Se ha descubierto una nueva forma de estudiar la forma de los núcleos atómicos, que se han visto afectados por choques de alta energía entre ellos. La forma de los núcleos atómicos afecta a casi todos los aspectos de los procesos nucleares, por lo que puede ser importante comprenderlos mejor para comprender mejor cómo se forman los elementos en las estrellas y saber cuáles pueden ser los mejores combustibles nucleares. Revista Nature
En el Laboratorio Nacional de Brookhaven (Nueva York), en el talkador RHIC se originaron colisiones entre los núcleos de uranio-238 y también con los átomos de oro. Al chocar con tanta fuerza, los núcleos amarillos se deshacen en una "sopa". Este plasma caliente se propaga rápidamente a presión y su propagación depende de la forma inicial de los núcleos.
Con los métodos anteriores solo se obtenía la media de las formas fluctuantes de los núcleos. Este nuevo método es mucho más directo y da cuenta de la forma exacta que tienen los núcleos en el momento del choque. Así, los resultados muestran que el núcleo de los átomos de oro es casi esférico y el de uranio tiene forma de kiwi.
Este método, además de ofrecer imágenes más precisas de los núcleos, permite analizar formas exóticas y complejas que no se pueden ver con métodos tradicionales. Además, la capacidad de análisis de la deformación de los núcleos debido a los impactos de alta energía puede ayudar a distinguir los núcleos "rígidos", con formas bien definidas y "suaves", que varían continuamente debido a las fluctuaciones cuánticas.
El estudio de estas formas puede aportar información decisiva sobre la manera en que los protones y neutrones se agrupan en los núcleos y ayudar a comprender fenómenos nucleares complejos.