En Irak se han encontrado enterrados aparatos de vidrio de hace más de cuatro mil años. Estos instrumentos servirán para predecir la evolución de los residuos nucleares enterrados.
De hecho, los residuos nucleares se almacenan en envases de vidrio que se introducen en otros metálicos y que finalmente son enterrados. Los científicos no pueden conocer de antemano la evolución de estos envases, ya que las simulaciones que se realizan no son nada fiables durante miles de años.
Por su parte, el estudio de los cambios que han sufrido los antiguos envases de vidrio y sus elementos decorativos se considera que servirán para predecir lo que pueda ocurrir en el futuro. En consecuencia, se propone que quienes trabajan con residuos nucleares tengan en cuenta la experiencia de los arqueólogos.