Elhuyar Fundazioa
Este físico y matemático vio por primera vez en Lyon la luz de este mundo el 22 de enero de 1775. Su padre era un comerciante retirado que fue asesinado por guilotina durante la revolución francesa cuando los republicanos tomaron la ciudad en 1793. Andre-Marie sufrió entonces una gran depresión.
Desde pequeño intentó aprender por su cuenta literatura, ciencias naturales, filosofía, matemáticas, etc. Tenía una gran facilidad matemática y para los trece años había escrito un tratado sobre cortes cónicos.
En 1801 fue nombrado profesor de Bourg para impartir Física y Química. En 1802, utilizando el cálculo de probabilidades, publicó un trabajo sobre la teoría del juego.
En 1804 muere su mujer, recién casada. Tuvo que sufrir una nueva depresión.
Sin embargo, siguió enseñando física y química en Bourg y en 1809 fue profesor de matemáticas en la Escuela Politécnica de París. En 1814 fue nombrado miembro de la Academia de Ciencias en materia matemática.
Pero también se ocupó de la química. En una carta enviada a Berthollet en 1814, por ejemplo, se indicaba que todos los gases de igual presión, volumen y temperatura tienen el mismo número de moléculas. Hay que aclarar que, aunque Ampe no lo sepa, Avogadro lo hizo un año antes.
Sin embargo, realizó sus mayores avances en el campo de la física. Cuando en 1820 la Academia de Ciencias de París informó del descubrimiento de Oersted, un conductor de corriente eléctrica que desviaba la brújula, Ampere y Arago empezaron a trabajar. Una semana después, Ampe demostró que la desviación de la aguja se producía según lo que hoy se conoce como “regla de la mano derecha” o “regla del corchero”. La mano derecha se coloca agarrando al conductor el dedo pulgar marca la dirección de la corriente y los otros dedos indican el polo norte del imán. Según la norma, el imán se desviará en la dirección de la observación. Era el inicio del concepto de líneas de fuerza de campo magnético.
Para aplicar la regla de la mano derecha había que decidir cuál era la dirección de la corriente eléctrica. Según las ideas de Franklin, parecía normal considerar la dirección de la corriente desde el polo positivo hacia el negativo porque pensaban que el polo positivo tenía demasiado fluido eléctrico y el negativo demasiado poco. Ampe también consideró esta dirección, aunque hoy se sabe que los electrones van del polo negativo al positivo.
Ampere indicaba que para ver las atracciones y repulsiones magnéticas no era necesaria la presencia de imanes y polvos de hierro. Colocó dos hilos conductores paralelos, que uno se podía acercar o alejar. Cuando los dos hilos tenían la corriente eléctrica en el mismo sentido, se atraían entre sí, mientras que cuando tenían la corriente en el sentido contrario se comparaban.
Ampe también investigó los campos magnéticos creados por la corriente a través del hilo circular. Junto a Aragón, el hilo en forma de espiral cilíndrica se comportaría como un imán con corriente eléctrica. El hilo en forma de espiral se llama solenoide.
Si la corriente eléctrica podía desviar la aguja magnética, midiendo la desviación a escala graduada se podía analizar la cantidad o intensidad de corriente. Ampe aplicó por primera vez las matemáticas de alto nivel a los fenómenos eléctricos y magnéticos, y se puede decir que es el creador de un campo llamado electromagnetismo.
En 1823 publicó una teoría sobre las características del imán. Decía que había pequeñas corrientes eléctricas que circulaban continuamente por el imán. Por ello, también se puede considerar como el precursor de la teoría electrónica, aunque los científicos de la época de Ampere no hicieron mucho caso a esta idea.
Ampe, a finales de su vida, comenzó a clasificar todos los conocimientos humanos, y lo dejó inacabado en su “Ensayo sobre la filosofía de las ciencias”.
Utilizó por primera vez las palabras “corriente” y “tensión”, ya que distinguía entre intensidad y diferencia de potencial, y el telégrafo eléctrico también es inventado por él.
Actualmente la intensidad de la corriente eléctrica se mide en amperios en honor al físico francés.
Murió casi sin gloria en Marsella el 10 de junio de 1836.