Explican el origen de la función terapéutica de los sueños

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Pedro Ribeiro/Creative Commons/confesar y compartir bajo la misma autorización.

Investigadores de la Universidad Berckeley (EEUU) han demostrado que soñar tiene una función terapéutica. De hecho, han descubierto que durante la fase REM del sueño el cerebro procesa experiencias emocionales y que al mismo tiempo se inhibe el mecanismo del estrés. Gracias a ello, a pesar de que al soñar se revivan dolorosos recuerdos, en el cuerpo no surge una respuesta fisiológica que de por sí se derivaría de esas vivencias. Por tanto, las emociones asociadas a estos recuerdos se suavizan y el dolor se alivia.

Según los investigadores, la investigación ayuda a comprender por qué algunas personas sufren alteraciones post-traumáticas. Al dormir, al parecer, no se les inhibe el mecanismo del estrés, por lo que no pueden superar los malos recuerdos, tienen pesadillas y tienen problemas para dormir. También se comenta que las personas con depresión tienen problemas similares.

Para llegar a estas conclusiones, se han analizado 35 jóvenes adultos sanos. Se dividieron en dos grupos y a cada uno de ellos le hizo ver 150 imágenes de impacto emocional, dos en dos, con una franja de 12 horas. Mientras tanto, mediante el escáner MRI se recogieron imágenes del funcionamiento del cerebro. El primer grupo vio las imágenes por la mañana y por la noche y el otro por la noche y por la mañana después de dormir.

Las imágenes provocaron una respuesta emocional mucho más baja en los que dormieron que en los demás. En las imágenes con MRI vieron claramente que la amígdala, parte del cerebro que procesa las emociones, tuvo una reacción más leve en los que dormieron y que el aspecto "racional" del cerebro (cortex prefrontal) tenía control de las emociones. En cambio, en los que no pudieron dormir entre las dos visitas, la amígdala mostró una actividad más violenta.

Además, en el grupo de los que dormieron, se dieron cuenta de que la concentración de un neurotransmisor relacionado con el estrés, la norepinefrina, se reducía en la fase REM. De ahí se deduce que el mecanismo del estrés se inhibe en esta fase.

Cabe destacar que en otros estudios también se detectó el descenso de la norepinefrina y su efecto favorable. El descenso se producía como efecto secundario de un fármaco de control de la presión sanguínea, y se concluía que los afectados por alteraciones post-traumáticas no sufrían pesadillas y que la calidad del sueño era claramente mejorable. En este sentido, los investigadores han sugerido que el control de la concentración de norepinefrina puede ser una buena oportunidad para tratar este tipo de alteraciones.

La investigación ha sido publicada en la revista Current Biology.

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