El proyecto ESCAPE, que nació con el objetivo de analizar cómo la contaminación afecta a la población europea a largo plazo, arroja resultados claros: la contaminación del aire y el ruido del tráfico pueden provocar hipertensión, una enfermedad que se encuentra detrás de muchos problemas cardiovasculares y muertes.
Según los investigadores, la contaminación del aire tiene un efecto sobre la hipertensión equivalente al sobrepeso, equivalente al Índice de Masa Corporal (18,5-25).Se ha medido la concentración de partículas en el aire de diversos tamaños, entre ellas 2,5 micras, que penetran profundamente en los pulmones, y se ha llegado a la siguiente conclusión: En el caso de partículas de 2,5 micras, el riesgo de hipertensión aumenta en un 20% cada vez que el aire aumenta 5 microgramos por metro cúbico.
Se ha analizado una consecuencia similar con el ruido del tráfico. Pero han querido dejar claro que se trata de la primera investigación que ha analizado de forma independiente la contaminación química del aire y la incidencia del exceso de ruido en el tráfico. Esto es importante ya que las medidas preventivas que se pueden adoptar para reducir ambos tipos de contaminación son diferentes.
Parece que la contaminación del aire y el ruido pueden provocar hipertensión por diferentes vías: la contaminación del aire provoca la inflamación del corazón y de los vasos sanguíneos y el estrés oxidativo (debido a las moléculas nocivas acumuladas en el cuerpo), así como el desequilibrio en el funcionamiento del sistema nervioso. Sin embargo, el ruido del tráfico parece influir en el funcionamiento del sistema nervioso y del sistema hormonal.
Los investigadores señalan que la contaminación también se ha visto afectada por personas que viven por debajo de las contaminaciones convencionales europeas. Esto ha puesto de manifiesto que la legislación actual no nos protege adecuadamente de los efectos nocivos de la contaminación del aire.