Hace un año, la FDA, organización estadounidense encargada de la admisión de alimentos y medicamentos, declaró que la carne y la leche de los animales clonados eran seguros para comer. Sin embargo, se pidió a las compañías productoras de este tipo de animales que aún no comercialicen estos productos. Al parecer, se preveía una actitud contraria por parte de los consumidores y además se querían realizar más pruebas (llevaban cuatro años investigando).
Ahora, la EFSA, organismo responsable de la seguridad alimentaria en Europa, ha afirmado lo mismo que la FDA, que los productos de las reses clonadas y sus descendientes no dañan a las personas y, por tanto, son comestibles. Tras ello, la FDA ha ratificado lo aprobado el año pasado, ya que las investigaciones realizadas durante este periodo refuerzan los resultados de las anteriores.
Los consumidores que tengan ganas de probar declaraciones, carne o leche de ganado clonado tendrán que esperar porque todavía no se comercializarán. Y si alguna vez se comercializan, seguramente serán muy caros, ya que pocos animales se generan por clonación.