Las fibras ópticas de plástico son hilos de un milímetro de diámetro. Se puede imaginar la cuerda de una guitarra para hacer una idea. Actualmente estas fibras ópticas se utilizan en redes domóticas domésticas, coches, trenes y aviones.
En un lado de la fibra, en el extremo de entrada, se coloca la fuente de luz. Normalmente suele ser un LED o un láser, que se selecciona en función de la aplicación. Los láseres son más rápidos y por tanto pueden enviar más información, pero son más caros.
La luz llega inmediatamente al final de la fibra y el sistema receptor que se encuentra en ella interpreta esta señal como 1. Sin embargo, si se interrumpe la fuente de luz de entrada, al final de la fibra no llega luz, por lo que el sistema receptor lee 0.
De esta forma se transmiten imágenes, textos y otros tipos de información digitalizados que se codifican mediante series 1 y 0 en sistemas digitales.
Las fibras ópticas también se pueden utilizar para hacer sensores. Son muy utilizados en automoción para sensores relacionados con la seguridad. Por ejemplo, se puede saber si hay que cambiar el aceite del coche mediante un sensor basado en una fibra óptica. Cuanto mayor es la impureza del aceite, menos luz deja pasar. Por lo tanto, si al final de la fibra no llega suficiente luz, el sensor da la señal de cambio de aceite.
Además de las diferentes aplicaciones, las fibras ópticas de plástico tienen muchas ventajas. Son baratos, para hacer las fibras se utiliza metacrilato, plástico simple y los conectores que necesitan son simples y baratos. También son ligeros, un coche reduce 50 kg si la red de comunicaciones se realiza con fibras ópticas de plástico. Y quizás lo más importante, no tienen riesgo de interferencia, ya que los campos magnéticos y otras señales eléctricas no afectan al plástico.
Pero, claro, también hay inconveniente. No son adecuados para largas distancias, ya que presentan pérdidas importantes en la transmisión de la luz. En consecuencia, pueden tener una longitud máxima de un kilómetro, para distancias más largas se utilizan vidrios. Además, no pueden trabajar más de 80C, ya que el plástico comienza a derretirse y, por lo tanto, pierden la transparencia necesaria para correcto transporte de la luz. Y si en el camino hay mucha curvatura o espirales, también se pierde la luz.
Un equipo de investigación de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbao trabaja con fibras ópticas de plástico. Se ha desarrollado un software de simulación de la propagación de la luz a través de la fibra, herramienta ya utilizada por varias empresas. Además, diseñan y desarrollan nuevos dispositivos basados en fibras ópticas de plástico. Además, se ha realizado un estudio de adecuación de la red de fibra de los coches para reducir las pérdidas de información por volutas, principalmente.