Cuando estas moscas larvas crecen y se hacen mayores, abandonan el cadáver. De hecho, en este mismo cadáver se encuentran también sus depredadores. Por ello, puede ocurrir que se vaya a estudiar un crimen y no se descubra ninguna larva de insectos, ya que los insectos ya han abandonado el cadáver. Sin embargo, en esta zona habrá otros insectos que también pueden dar pistas.
Además de investigar el crecimiento o desarrollo de estos insectos, hay que analizar qué es lo que llega a matar a lo largo de los días. Es una tarea compleja, especialmente en el País Vasco. De hecho, el conocimiento sobre el tiempo de crecimiento de los insectos necrogafos en el País Vasco y sobre los patrones de distribución es bastante escaso. ¿Cómo saber qué insectos hay en el cadáver?
Investigadores del servicio de entomología forense de la UPV-EHU analizan los insectos colonizadores de cadáveres y sus tiempos de cría. Para ello, primero disponen de varias trampas en terreno abierto. Por supuesto, estas trampas tienen un anzuelo para atraer a los insectos que en cada caso interesen. Por ejemplo, los insectos que se alimentan de animales muertos son atraídos por vísceras animales. Atraen principalmente a las moscas maduras hembras. El problema es que las hembras son más difíciles de identificar, mientras que los machos presentan características propias más evidentes. Por ello, los investigadores crecen larvas de estas hembras hasta conseguir machos que permitan una identificación más fiable de la especie.
Por lo tanto, en los casos en los que sólo reciben moscas hembras, las llevan en jaulas hasta la puesta de los huevos y las crían hasta una nueva generación. Esta nueva generación permite conocer con mayor certeza la población mosca. Es más, al ser machos y hembras, siguen poniéndolas y, por tanto, se mantiene la colonia de cría. Se colocan en un medio de cultivo adecuado en condiciones similares a las que tendrían en un cadáver. Miden cada día su tamaño hasta completar los gráficos de crecimiento. Para mejorar estos gráficos se realizan pruebas con distintas temperaturas. No es lo mismo que la descomposición del cadáver se produzca en invierno que en verano.
Ya se han descrito todas las fases larvares de algunas especies. Por lo tanto, una vez localizado el cadáver y recogidas las larvas, pueden conocer la especie de mosca a la que pertenece, así como prever el tiempo de vida de la persona, analizando las tablas de cultivo de dichas larvas.
Los muestreos realizados hasta la fecha en el campus de Leioa y Bilbao han encontrado diferencias entre los insectos que habitan en zonas urbanas y rurales. Por ejemplo, algunas especies no han sido encontradas en Bilbao, pero sí en Leioa. Y viceversa. Es un dato realmente interesante. Y es que el crimen puede ocurrir en un lugar y después el cadáver ha sido trasladado.
En definitiva, con todo este trabajo se pretende crear una colección de referencia de especies de insectos que puedan estar interesadas en las actividades forenses. Esta colección puede ser interesante para futuras investigaciones forenses que se puedan realizar en Euskal Herria.