En el Departamento de Geodinámica de la UPV/EHU se ha iniciado un estudio para analizar la cantidad de sedimentos que salen en suspensión de las tres cuencas principales de Gipuzkoa, las cuencas del Urola, Urumea y Deba. El objetivo de la investigación es analizar la influencia de diferentes factores ambientales, tanto naturales como humanos, en la salida y transporte de estos sedimentos.
Para el estudio de los sedimentos de estos ríos se mide el caudal, las precipitaciones y la turbidez del agua. Estas medidas se adoptan ininterrumpidamente desde hace dos años.
La turbidez depende de los sedimentos que se transportan en suspensión con agua. Este parámetro se mide mediante una sonda sumergida en el agua. Y para medir la concentración de sedimentos hay un muestreador en el río.
Cuando llueve, el agua sube y el receptor se pone en marcha hasta llenar de agua las botellas que contiene. Los investigadores recogen estas muestras y, una vez vaciado el muestreador, las vuelven a colocar en el río, lista para la siguiente crecida. A continuación estas muestras se trasladan al laboratorio, se filtran y se miden los sedimentos que contienen. De esta forma se conoce la concentración de sedimentos en ese momento.
Aunque están interrelacionados, la relación entre turbidez y concentración de sedimentos no es directamente proporcional. El tipo de sedimentos, tamaño, color... influyen en la turbidez, aunque la concentración sea la misma. Cuando se establece la relación entre estos dos parámetros, existe la posibilidad de conocer la concentración de sedimentos que sale en todo momento de las cuencas, recordando que la turbidez se mide ininterrumpidamente. Para cada cuenca esta relación es diferente.
La concentración de sedimentos que transportan los ríos no sólo depende de la lluvia y del caudal, sino también de la naturaleza de la cuenca. Dado que las tres cuencas seleccionadas para este estudio presentan características diferentes, comparando los resultados, se observa que en cada caso los factores que más influyen en la salida y transporte de los sedimentos son diferentes.
Otra acción humana que afecta a la concentración de los sedimentos transportados es el relleno en una ladera. El terreno de relleno es relativamente libre y además no cuenta con protección vegetal. Por tanto, hasta que esta tierra se compacte y se cubran las hierbas, más sedimentos llegarán a la boca de la cuenca.
Las aguas de las tres cuencas altas en estudio alimentan los embalses, por lo que otro de los objetivos del estudio es conocer la cantidad de sedimentos que reciben los embalses. De hecho, las partículas que transporta el agua a los embalses se sedimentan en el fondo y, poco a poco, los embalses se llenan de sedimentos. De este modo, se analiza el tiempo durante el cual los embalses pueden desempeñar su función. Por ejemplo, en la cuenca del Ebro hay embalses que se han llenado totalmente de sedimentos.
La situación de los embalses en Euskal Herria no es, en absoluto, tan grave. Aquí se liberan sedimentos, pero no como para llenar los embalses a corto plazo.
En el futuro, además de las mediciones que se están realizando en las cuencas altas de los arroyos, también se realizarán mediciones en los afluentes situados más arriba de las mismas, con el fin de mejorar la fijación de las fuentes sedimentarias. Además, pretende analizar las características químicas del agua.