Maite haugu, zorion

Aristegi Urkia, Igor

Ikertzailea

EHU

La ciencia nos ayuda a curar enfermedades y a vivir más cómodamente. Pero por si fuera poco, en las últimas décadas los científicos han tenido un tema especial de investigación: la felicidad. Y es que en los países desarrollados la epidemia más violenta no es la de la gripe, sino la tristeza es el doloroso virus de los ricos, la desesperanza, el aburrimiento. Hoy en día, para dar sentido a la vida, para poder ejercer con satisfacción nuestras funciones, debemos pedir aclaraciones a hombres y mujeres de la bata blanca, que han realizado importantes descubrimientos para garantizar nuestro bienestar. Aquí, en este artículo, nos centraremos en dos áreas de investigación, analizando las aportaciones en Farmacología y Psicología.
Maite haugu, zorion
01/04/2006 | Aristegi Urkia, Igor | Investigador (UPV)

Fármacos de la felicidad

(Foto: De archivo)
Aldous Huxley describe la feliz sociedad en el libro Brave New World (1932). Anunció a través de la ficción los posibles cambios que la ciencia pudiera traer en el futuro. En su utopía, el desarrollo científico y técnico permite a los seres humanos vivir en plena forma, sin guerra ni pobreza. También han encontrado la forma de evitar la tristeza, consumiendo una droga llamada soma, la cocaína y la mezcla con morfina.

Huxley, con acertijos literarios precisos, predijo el uso de psicofármacos ulteriores que se empezaron a utilizar en la década de 1950. De hecho, la falta de felicidad ha sido un tema de investigación importante para los científicos, y hoy en día, en los países industrializados, los laboratorios farmacéuticos comercializan una gran cantidad de principios activos para solucionar nuestros quebraderos de cabeza. Si nos preguntamos en la farmacia, nos darán un listado de nombres hasta el aburrimiento: fluoxetina, paroxetina, clomipramina, tradozono, desipramina, escitalopram, etc. Nombres comerciales, otros tantos: Procac, Seroxat, Anafranil, Trazola, Norpramine, Meridian y más.

A todos estos fármacos, al igual que el soma, se les suele denominar fármacos de la felicidad; o mejor dicho, antidepresivos. Como su nombre indica, estos medicamentos se utilizan para tratar la depresión. Debido al trastorno bioquímico del cerebro, las personas que sufren depresión se ven afectadas por la imposibilidad de afrontar las tareas cotidianas, el insomnio y la hipersomnia (más somnolencia), los trastornos del apetito, el nerviosismo, la pérdida del deseo sexual, la falta de placer y la dificultad para concentrarse. Según pone en el DSM IV (manual canónico de enfermedades mentales), la depresión es una alteración del estado de ánimo. La enfermedad mental. Estos medicamentos, por tanto, al igual que el resto de medicamentos, deben ser recetados por el médico tras el diagnóstico. Sin embargo, no siempre es así.

Como en el libro de Huxley Brave New World, queremos curar la falta de felicidad con los medicamentos.
de archivo

Moderar

El hombre puede desear muchas cosas apasionadamente, la riqueza y la fama, el poder y el éxito, incluso la mujer de su amigo, pero, además de todo, el hombre quiere ser feliz. Sin embargo, los caminos de la felicidad son inimaginables y, a pesar de los esfuerzos realizados, a veces se producen obstáculos cotidianos. Por eso, sin estar enferma, mucha gente toma antidepresivos para sentirse un poco más alegre, pensando que así solucionará sus frustraciones y tristezas.

No podemos culpabilizar sólo a los laboratorios, pero la automedicación puede deberse a que la publicidad ha hecho poco caso a los efectos secundarios. Hace 30 años se creó el medicamento que revolucionó el mercado de antidepresivos, con una eficacia inmejorable y sin daños, según los vendedores. Este medicamento pronto conquistó los corazones y cabezas de enfermos e hipocondríacos. Su nombre: Proceso El principio activo es el clorhidrato de fluoxetina, inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina. Aumenta el nivel de serotonina cerebral, lo que da cierta satisfacción al consumidor.

El producto, que fue comercializado primero en Bélgica en 1987, apareció dos años después en Estados Unidos, y posteriormente los inventores extendieron su nuevo descubrimiento a todo el mundo. El éxito de estas décadas ha sido tal, que la influencia de Procac no se ha limitado a la salud. Se ha convertido en un icono de nuestro tiempo y, por lo tanto, ha tenido un gran prestigio entre los culturistas, cuyo nombre ha sido continuamente citado por narradores, cantantes, poetas.

Mucha gente toma los antidepresivos para sentirse un poco más alegre, esperando que así solucione sus frustraciones y tristezas ocasionales.
de archivo

Con el paso de los años, las virtudes del Procac han sido, según los expertos, la eficacia y la inocuidad. Los efectos secundarios más comunes son: sueños anormales, eyaculación y visión, disminución del apetito sexual, mareo, ansiedad, boca seca, síntomas de la gripe, vientos, dolor de cabeza, impotencia, insomnio, picor, falta de hambre, dolor de tripa, náuseas, nerviosismo, lloros, sinusitis, somnolencia, dolor de garganta, sudor, temblor, olores. Y, sin embargo, a pesar de que estas conclusiones no son nefastas, han existido numerosas polémicas en torno a Probac.

Hace diez años un hombre que consumía aquel medicamento se suicidó. La verdad es que no es un hecho sorprendente sabiendo que tenía depresión, pero es grave que antes de hacerlo mató a 8 personas y acabó con 12 heridos. El laboratorio Eli Lilly fue juzgado por este caso y, tras un proceso bastante confuso, los jueces determinaron que el laboratorio no tenía responsabilidad penal. Desde entonces, se han realizado investigaciones puntuales sobre si los antidepresivos, en general, incrementan las tendencias suicidas y agresivas, no llegando a un acuerdo entre expertos. Dado que los receptores más sensibles son los jóvenes, los psiquiatras advierten a los padres de que por si acaso el antidepresivo puede generar comportamientos anormales en niños y adolescentes.

Si es así, conociendo estas sospechas sobre los fármacos, ¿por qué consumir antidepresivos sin necesidad real? Además, el efecto de las píldoras no se nota hasta el consumo de unas semanas. A diferencia de la soma de Huxley, los antidepresivos de hoy tienen importantes desventajas y no conviene usarlos si no hay necesidad urgente.

Psicología Positiva

A pesar de los esfuerzos, a veces los obstáculos cotidianos resultan abruptos.
de archivo

A veces parece que las aportaciones que puede hacer la ciencia son aparejos o medicinas para la salud. Pero hay áreas de investigación que, sin generar productos materiales, nos ofrecen mejoras favorables para aumentar nuestro bienestar. Estas áreas de trabajo son principalmente Humanidades y Ciencias Sociales. Por ejemplo, la Psicología, a pesar de no actuar con medicamentos, ha conseguido grandes avances científicos y nos ayuda a comprender y curar la mente humana. Además, hay problemas o debilidades mentales que no necesitan el Procedimiento del psiquiatra. El miedo, la vergüenza, la tristeza, la melancolía, el desamor, ¿quién no soporta en algún momento semejantes males? Pues bien, para hacer frente a los sentimientos normales hay medios más adecuados que la medicación, sin efectos secundarios, uno de ellos bastante apropiado, basado en estudios actuales de Psicología: Psicología Positiva.

C.P. Martín El doctor Seligman se debe a la Psicología Positiva, una nueva forma de entender la salud mental. En lugar de incidir en las enfermedades de las personas, esta disciplina tiene en cuenta aspectos saludables: investiga emociones positivas, características beneficiosas de la naturaleza. La psicología tradicional pretende resolver las carencias y carencias de las personas, por lo que se preocupa más por conocer las debilidades (ansiedad, depresión, estrés, etc.). ), que son los temas a tratar por los psicólogos según el DSM-IV. La nueva psicología, más que para superar las enfermedades, pretende proponer vías para alcanzar la alegría. Cómo aprender, disfrutar, ser generoso, vivir optimista… es lo que busca la nueva tendencia del Dr. Seligman.

Terapia para sanos

Para este experto, lo único que queremos los seres humanos es dejar de sufrir. Es más, queremos una vida agradable y una vida inteligente. Y aunque muchas veces así lo creemos, lo que más bienestar nos aporta no es un placer físico, sino un flujo de tareas enriquecedoras a través de la puesta en marcha de nuestras capacidades. Eso es lo que Seligman quiere hacer ver. En su opinión, la Psicología Positiva es una ciencia que nos puede ayudar a conseguir lo mejor de la vida. Terapia para personas sanas. Metafóricamente hablando, ya que no basta con pasar de un estado de menos cinco a cero, el objetivo es subir de cero a cinco.

El Dr. Seligman analiza las peripecias de las personas más felices y trata de averiguar qué hace tan feliz a las personas que viven a gusto y alegre.
de archivo

Hemos oído muchas veces, sobre todo desde el auge de las investigaciones genéticas, que nuestra identidad es mayoritariamente innata, y que la rareza inmutable nos hace felices o tristes. Sin embargo, el doctor Seligman niega esta tesis extrema y en su libro Authentic Happiness (2002) afirma que la actitud optimista puede aprenderse en gran medida.

Para ello, el doctor ha analizado las peripecias de las personas más felices y ha querido saber qué les hace tan feliz a las personas que viven contentas y alegres: qué valores tienen, cómo viven en el día a día, qué costumbres tienen, etc. De antemano podría pensarse que estos individuos van a ser completamente diferentes entre sí, ya que cada uno tiene sus propios medios para ser felices, cada uno busca sus razonamientos para dar sentido a la vida. Pues parece que la realidad es diferente. Los seres humanos felices son muy similares entre sí.

Según los resultados del estudio, la relatividad moral no es defendible. Además de los individuos, la mayoría de las culturas comparten la misma opinión sobre las virtudes a conservar y sobre las costumbres convenientes. Además, así lo dice Seligman, la investigación ha demostrado realmente la felicidad

que su puesta en práctica supone. Pero, ¿cuáles son esas virtudes? Seis son: sabiduría, coraje, humanidad, justicia, mesura y trascendencia.

Los fármacos ayudan mucho a resolver las penumbres de la depresión, pero en otros casos la Psicología Positiva es una buena opción.
R.D. Davis

Para profundizar en sus efectos, Seligman ha invertido millones de dólares y ha creado 50 grupos de investigación alrededor del mundo, con un total de 150 investigadores. Además, ha abierto cuatro centros con psicólogos clínicos en Psicología Positiva. Xabier Lete dice en una canción que la felicidad es una palabra sencilla inventada por los poetas, que no podían acertar. No vamos a hablar de lo que los poetas pueden imaginar aquí, pero podemos decir que los científicos, por lo menos, intentan hacerla accesible. Por un lado, nos ofrecen fármacos, como el Procac, que ayudan mucho a resolver las tinieblas de la depresión. Por otro lado, para los más normales, para que no se pierdan en el empeoramiento de la automedicación, la Psicología Positiva es una buena opción. Conociendo los frutos que nos da la investigación científica, no podemos decir, como Lete, "felicidad siempre de los demás".

Serotonina
La serotonina es un neurotransmisor que influye en el sueño, el apetito, la agresividad y el humor. Los neurotransmisores son sustancias químicas cuya misión es transportar mensajes entre las células nerviosas. Fluyen una célula y reciben las proteínas de la superficie de otra célula. Una vez enviado el mensaje, el neurotransmisor se deshace o recupera la célula inicial. A este proceso se le denomina rerecepción. Cuando se impide la recolección, el efecto del neurotransmisor aumenta. En este caso, el aumento de la serotonina produce una sensación placentera y de influencia en la actividad bioquímica del cerebro.
Flujo
Para el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, el flujo es la plenitud que sentimos cuando en una tarea trabajamos el cuerpo y el alma con toda nuestra energía. Las características de la tarea que hacen sentir el flujo son:
· la actividad no es demasiado complicada ni demasiado sencilla.
· las normas son comprensibles.
· objetivos claros.
El amante de la música puede sentir el flujo cuando toca la música.
(Foto: de archivo)
· somos capaces de concentrarnos en la tarea.
· tenemos la tarea controlada.
· La experiencia subjetiva del tiempo ha cambiado.
· Despreocupaciones y quebraderos de cabeza.
BIBLIOGRAFÍA
American Psychameic Association.
Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders
(DSM-IV-TR), APA, Washington (2000).
Barondes, S.
Better Than Probac: Creating the Next Generation of Psychameic Drugs.
Oxford University Press, Oxford (2003).
Huxley, A.
Brave New World (1932).
(Euskera: Sí, un mundo nuevo. Xabier Amuriza, Elkarlanean, Donostia, 2002).
Seligman, M.
Authentic Happiness,
Free Press, Nueva York (2002).
Aristegi Urkia, Igor
Servicios
218
2006
Seguridad
037
Premios CAF-Elhuyar; Medicina; Humanidades; Farmacología
Dossier
Descripción
Babesleak
Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila