Gracias al Consejo de Ancianos de Rapa Nui y al Gobierno de Chile, los miembros de la Asociación de Ciencias Espeleológicas Alfonso Antxia de Bilbao hemos trabajado durante cuatro años en la zona roiho de la isla de Rapa Nui. Con la ayuda de investigadores de las universidades de Almería, Chile, Bolonia, Trieste, Madrid y Navarra, hemos estudiado los tubos volcánicos de la zona y hemos trabajado diferentes ramas científicas para profundizar en sus huellas y su cultura.
La isla de Rapa Nui, situada a 3.800 kilómetros de la costa chilena, en pleno océano Pacífico, es la isla más aislada y poblada. En un radio de 2.000 kilómetros no vive nadie. La isla se caracteriza por su reducida extensión (16,5 km de longitud y 17,5 km de anchura), por su clima subtropical (entre 18 y 25 grados) y por su elevada precipitación anual (1000 mm o más). La isla se formó gracias a las erupciones de tres volcanes (Terevaka, Rano Kau y Poike) y el punto más alto de la isla es de 500 m.
La isla de Rapa Nui es de origen volcánico. Y las cuevas de las islas volcánicas se llaman tubos volcánicos. Son estructuras formadas por lava que generalmente se forman en terrenos con poca pendiente. Cuando en las erupciones la inundación de lava se seca rápidamente en la superficie, en el exterior queda una capa dura, pero la lava interior sigue moviéndose, formando unas tuberías de cientos de metros y otras de un metro de diámetro. Una vez seca la tubería, si la capa superior cae, se crea una estructura llamada jameo o "boca" que permite a los espeleólogos acceder a la cueva.
Roiho es la zona elegida para trabajar y la que cuenta con más tubos volcánicos, ya que en ella se encuentran la mayor parte de las mil cuevas censadas en Rapa Nuin. Por eso elegimos esta zona. Tiene una superficie de 4 km 2 y es una serie volcánica procedente del cono volcánico Maunga Hiva Hiva, en Maunga Terevaka (volcán Terevaka). Es un lugar muy seco e incómodo de caminar por sus rocas volcánicas. Roiho es una serie volcánica formada en la última erupción de la isla de Pascua hace unos 10.000 años.
Los tubos volcánicos de Roiho están llenos de cuevas estrechas. Las bocas de acceso al interior de las cuevas (jameos) se encuentran dispersas a lo largo de la serie volcánica. A veces no es fácil encontrar jameos, ya que se trata de una amplia zona de rocas negras y rojizas, libres en el paisaje. Hemos tenido que hacer paseos de muchas horas, sobre el material de espeleología, buscando agujeros e introduciendo sus referencias en el GPS. Pero en otras ocasiones se mira a la sección volcánica y se ven muy bien, ya que desde ella crecen los árboles, y es señal de que hay un agujero en la parte inferior (los árboles crecen en esos agujeros, ya que en los agujeros la humedad se mantiene mejor). Los tubos volcánicos de Rapa Nui se encuentran a escasos metros de su superficie y es fácil acceder al interior. Dado que las tuberías volcánicas de la zona de Roiho, en general, se encuentran al mismo nivel, no hemos necesitado materiales para trabajar verticalmente, salvo en las cuevas costeras. Su acceso, en ocasiones, ha sido bastante complicado, ya que las entradas a las cuevas dan a los acantilados. Sin embargo, la dificultad para estudiar los tubos ha sido, sobre todo, su estrechez y, en muchos casos, su colapso (es decir, su llenado de piedras y barros). Por ello, para realizar la topografía hemos tenido que arrastrar la parte principal del sistema de cuevas.
2005, 2007, Como resultado de los trabajos realizados en los años 2008 y 2009 hemos obtenido resultados interesantes con estancias de un mes cada año.
Se ha realizado una topografía subterránea de 10 km de cueva volcánica. De ellos se ha demostrado que 6,5 km. constituyen un único sistema de cuevas (sistema Ana Te Pahu - Ana Heva - Vaiteka), es decir, la propia cueva. Así, hemos visto que la zona de Roiho de Rapa Nui es el 11º sistema de cuevas volcánico más grande del mundo y el más grande de Chile.
Además, se han localizado en la topografía realizada un centenar de cuevas, así como referencias geográficas de las cuevas analizadas. Además, en la topografía se han localizado cuevas con agua o cualquier tipo de indicios (antropológicos, biológicos...), ya que se ha realizado una topografía en diferentes capas. En este trabajo nos dimos cuenta de que en las entradas de todas las cuevas que tenían agua había petroglifos (figuras talladas en la roca). Así que nos dimos cuenta de que la presencia de petroglifos era señal de que había agua en las cuevas. Este descubrimiento ha sido muy interesante y el resultado se consideró importante.
A través de las fotografías hemos podido obtener información sobre las cuevas. Por un lado, el interior de las tuberías volcánicas. Por otro lado, los restos antropológicos encontrados son: huesos humanos, puntas de flecha de ovídica, navajas y otros utensilios, morteros, kiea (pinturas para colorear el cuerpo), petroglifos, pictografías (pinturas en roca), etc. Conviene dejar todas estas pistas en el lugar donde se han encontrado, ya que algún día se podría investigar. Sin embargo, si se moviera se perdería la información. Y finalmente, los espeleotemas o estructuras que se forman en las cuevas, es decir, las estalactitas, estalagmitas y otras estructuras.
Por primera vez hemos encontrado la fauna subterránea de Rapa Nuin, en la cueva de Ana Roiho, en el Parque Nacional de la Isla de Pascua. Los invertebrados encontrados en Ana Roiho han sido analizados por Rafael Jordana y Enrique Baquero, del Departamento de Ecología y Zoología de la Universidad de Navarra, encontrando nuevas especies. Una nueva especie descrita pertenece al grupo Collembola (Collembola, Entomobryomorpha, Entomobrydae) y ha sido denominada Coecobrya kennethi n. sp. También ha aparecido otra especie de este grupo. Por otro lado, también ha aparecido una nueva especie del grupo Sinella que aún no ha sido denominada. Por último, la especie Arrhopalites caecus ha sido citada en numerosas ocasiones en el hemisferio norte, tanto en Australia como en Nueva Zelanda, pero ha aparecido por primera vez en la isla de Rapa Nui. Además de estas especies, la doctora Moraza de la Universidad de Navarra estudia tres tipos de ácaros (dos larvas Oribatida y una larva Mesostigmata) encontrados en la cueva de Roiho. El descubrimiento de estas especies es una de las aportaciones de nuestro trabajo a la ciencia y a la isla de Pascua.
Desde que comenzamos a estudiar las cuevas, nos dimos cuenta de que los espeleotemas o estructuras de las cuevas que allí encontramos eran muy interesantes. Las formaciones en cuevas de lava son, en general, irregulares y de pequeño tamaño. En la cueva de Rapa Nuiko Ana Hetereki, sin embargo, vimos nuevas estalactitas con una estructura larga y estrecha de color amarillo. Estas estructuras singulares (mucolitos) han sido analizadas por el profesor Paolo Forti de la Universidad de Bolonia y por el profesor José María Calaforra de la Universidad de Almería, y han visto que se han formado gracias a la materia orgánica introducida desde el exterior. Además, el hecho de estar formado por miles de capas finas de microorganismos ha demostrado que los mucolitos estaban en la isla antes de que llegaran los habitantes que construyeron los moai.
Estudios realizados al microscopio óptico y electrónico han demostrado que estos mucolitos son de origen biogénico y están constituidos por diatomas vivos o muertos de la Orden Penales y cianounión. Por otro lado, se realizaron estudios de ADN con técnica de hibridación in situ (técnicas FISH y CARD-FIISH) en el laboratorio de Ricardo Amilsen, en el Centro de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid. De estos estudios se desprende que los mucolitos están formados por un gran número de microorganismos vivos, en los que, además de diatomes y cianobacterias, predominan las proteobacterias (más concretamente las gammaproteobacterias). En otras cuevas hemos obtenido resultados similares en mucolitos y fangos, lo que significa que este tipo de microorganismos han tenido una gran importancia en la formación de mucolitos.
En febrero de 2008 y 2009 se realizaron los estudios físico-químicos de las aguas de las cuevas de Rapa Nui utilizando los aparatos de campo. Además, se muestreó y analizó el agua de lluvia (Hanga Roa capital).
En resumen, las aguas de los tubos volcánicos de Rapa Nui son mayoritariamente cloruradas en sodio y/o magnesio. Debido a la superioridad de este perfil, se puede concluir que el agua proviene mayoritariamente de aguas pluviales (no hay ríos en la isla), ya que tiene el mismo perfil de cloruro que este tipo de agua. Además, la composición del agua de las tuberías volcánicas incluye componentes de la roca como sílice, hierro y nitratos. Cuando el agua de lluvia que se filtra por la superficie se introduce en el interior de los tubos volcánicos y se condensa como gota gruesa en las paredes de la cueva, aumenta la humedad interior, por lo que el agua se acumula en el interior de la cueva. No hay grandes diferencias entre unas cuevas y otras. En cuanto al tipo de agua, la mayor diferencia se da en la muestra de agua tomada en la cueva de Anakena, más próxima a la costa, con más conductividad y más cloruros, probablemente debido al aerosol marino. Son, en general, aguas de baja mineralización, de pH neutro, no saturadas y de buena calidad en cuanto a parámetros fisicoquímicos (sodio, cloruro, bicarbonato y nitrato).
El trabajo realizado en los campos de lava de Roiho ha puesto de manifiesto la importancia de las cientos de cuevas que albergan, no sólo desde el punto de vista de la espeleología, sino también del resto de ciencias, como la bulcanoespeleología, la geología, la biología y la arqueología.
Para finalizar, queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento al Consejo de Ancianos, al Ariki, a la familia Pakarati, a la Corona y a la familia, a la Gobernación de la isla de Pascua, a la CONAF, a la CONAD, al Comité de Monumentos Nacionales y a todas las personas que han hecho posible este trabajo.
¡Coro Maururu! ¡Yorana!
Asesores lingüísticos: Agurtzane Urrutia/Imanol Miranda.
Iñakiri, Arani, Asierri
Aku Akua de mi corazón, en memoria, con amor
Naufrago fui, antes que navegante Séneca