Hace apenas un año, el presentador de un programa de innovación tecnológica en la televisión japonesa vertió el petróleo que había en un barco sobre su mesa. Luego sacó un polvo blanco y lo echó encima del petróleo. Diez segundos después de que el presentador pasara la mano sobre la mesa, no quedaron restos de petróleo ni polvo.
Como podéis imaginar, el público se sorprendió por completo; ¿Dónde está el petróleo? ¡Parecía un milagro! Pero los espectadores estaban ante el mejor carpintero que había visto. Cuando el absorbente actúa sobre el hidrocarburo se pueden distinguir dos fases diferentes. En la primera fase el polvo absorbente absorbe el petróleo como una esponja. Eso no es raro, porque las arcillas, por ejemplo, tienen la misma propiedad.
El segundo, por su parte, presenta una notable singularidad. El polvo hinchado por la absorción se solidifica. Tras la plastificación de cada molécula, el petróleo queda herméticamente atrapado. Se obtiene una capa en forma de caucho. Es muy consistente y fácil de recuperar. Pero, ¿cuál ha sido el origen de este producto?
El milagro comenzó cuando en 1975 investigadores de la empresa francesa CdF Chimie investigaban varios compuestos y descubrieron que la sustancia llamada polinorborneno tenía propiedades absorbentes. Cuando surgió la conciencia de que la incidencia de esta sustancia podía ser importante en la lucha contra la contaminación, se realizó un estudio de mercado. Como consecuencia de este estudio se produjeron dos obstáculos. Por un lado el precio, es decir, el kilo del polinorborneno 125 pts. Su valor se situaba entre 6 y 7 veces por encima de los productos convencionales. Por otra parte, dado que el producto era un tejido orgánico del tejido, no era conveniente almacenar más de treinta meses, ya que corría el riesgo de perder propiedades.
Se decidió descartar el desarrollo del producto por estas razones. En otros lugares se endureció la legislación anticontaminación.
Uno de ellos es Japón y la compañía Nippon Zeon empezó a interesarse por este producto francés en 1982. Un año después se comenzó a comercializar el producto con los nombres Fixol y TFN-2. Según algunos estudios realizados, se observó un alto riesgo de accidentes en los mares del Sureste, por lo que los principales puertos japoneses se dotaron de polinorbornenos.
Los vientos en el mar hacen muy fácil la dispersión del polvo. Luego son los pescadores los que ponen fin al trabajo utilizando sus redes.
Viendo el éxito del polinorborneno, se ha optado por extenderlo a otras aplicaciones, tanto domesticas como industriales.
En los últimos años Estados Unidos también está endureciendo la legislación anticontaminación. Sin embargo, uno de los problemas más acuciantes aquí es el de los aislantes térmicos de los transformadores. Hasta ahora se han utilizado piralenos como aislantes, pero las fugas y derrames de esta sustancia han contaminado más de 20.000 balsas. Parece que el polinorborneno puede ser interesante como sustituto de los piralenos y en estos momentos se está estudiando la comercialización.
En Europa también se está endureciendo la legislación sobre problemas de contaminación y cada vez cobrará más importancia este producto o productos similares. Sin embargo, la principal tendencia de uso de estas sustancias no es sólo la lucha contra las mareas negras, sino la lucha contra la contaminación industrial. Los investigadores consideran que el papel que pueden jugar contra los residuos radiactivos en este ámbito puede ser interesante. Por lo tanto, este producto puede tener futuro.
Pero ahora tenemos la oportunidad de mantener nuestra Tierra más limpia. Sólo falta aprovechar la oportunidad.