Aspirador

En 1901 un estadounidense experimentó en su viaje a Inglaterra la despolvadora de alfombras. La función de la máquina era soplar el polvo del suelo y meterlo en una caja. El único problema era que quedaba fuera tanto como el polvo que se metía en la caja.

El inventor inglés Herbert Cecil Booth descubrió esta máquina de polvo y no sorprendió la ineficacia de la máquina. Él había hecho muchas pruebas con artefactos para limpiar el polvo y estaba convencido de que soplar el polvo no era la solución. Unos días después del intento del americano, el inventor Booth tuvo una idea. En un restaurante realizó una sorprendente prueba con una silla de felpa. Apoyó los labios contra la parte posterior de la silla y respiró profundamente. Casi se ahogó en la garganta por el polvo que había tragado. Incluso si el polvo le hizo pasar un rato ácido, el inventor inglés estaba contento: Sabía cómo recoger el polvo. Inventó el aspirador.

Inmediatamente realizó una aspiradora de diseño propio, la patentó y puso un servicio de limpieza. No tenía ni mucho menos que aquel artilugio. Esta máquina era enorme y tenía que llevarla en un carro de caballos. La máquina gigante que funcionaba con gas se colocaba en la puerta de la casa. La máquina tenía un tubo flexible de 244 metros que entraba por la ventana al interior de la casa. Con el objetivo de mostrar una maravillosa invención, las mujeres de la alta sociedad invitaban a sus amigos a tomarse el té. Mientras tomaban el té, los invitados ponían en marcha el aspirador para que pudiesen ver cómo el espectacular artefacto recogía el polvo de la alfombra.

El remedio del asma

Mientras algunos tomaban el té con calma sin miedo al polvo, en Ohio James Murray Spangler no podía quitarse la estula. Este portero de 59 años devoraba el polvo durante todo el día, debido a la limpieza constante de las alfombras en el edificio. Antes de ser conserje fue inventor y ante su lamentable estado de salud decidió dedicarse a la profesión anterior. Quería inventar el aspirador para ocultar el polvo y dejar de hacer la estula. Los ingredientes que utilizó para fabricar la primera aspiradora eran muy comunes: una caja de jabón y un cepillo de cerdas de cabra grapado al mango de escoba.

Desde hace mucho tiempo conocemos escobas y otros artilugios para eliminar los polvos de las alfomvas. Queremos mantener limpios los rincones y no, el polvo en todas partes. XX. Hemos tenido que esperar hasta el siglo XX para conocer el aparato que absorbe totalmente el polvo.

También colocó un ventilador al nuevo aspirador y utilizó una funda de cabezal para recoger los polvos. El portero se quedó muy satisfecho con el artilugio portátil realizado por él y decidió abandonar el oficio. Sin embargo, se desplazó por los pasillos del edificio, ya que las alfombras largas rellenas de polvo eran excepcionales para probar el aspirador. El hombre asmático se tomó en serio la nueva profesión y vendió el primer aspirador a su primo. Pero no era cualquiera, ese primo: Frank G. El artilugio que vendió a la madre de Hoover.

La familia Hoover vivía de la venta de arneses y con la llegada del coche el negocio se hundió. Ante esta grave situación en 1908 Hoover compró al inventor Spangler los derechos del aspirador. En 1948, Frank Hoover, director de la Hoover Vacuum Cleaner Company, el negocio iba creciendo.

El negocio de este hombre tuvo un gran éxito y es testigo de ello la propia palabra “hoover”: En Inglaterra, en lugar de llamar “vacuum” al aspirador, muchas veces se le llama “hoover”.

Aspiradoras actuales

Dejamos de lado los primeros intentos realizados con las aspiradoras y nos centramos en las características de las actuales. Los aspiradores cumplen un papel importante en nuestras casas, ya que los suelos están llenos de alfombras y moquetas. En la actualidad existen en el mercado muchos tipos de aspiradores, siempre adaptados a diferentes necesidades. Los componentes son bastante comunes: la máquina es metálica, de plástico o sólo de plástico. La potencia de estos artefactos también es muy diferente. Con una potencia de 150 vatios y artefactos industriales de 1.000 vatios. Esta potencia de absorción, lógicamente, puede ser controlada en la actualidad mediante una válvula o sistema electrónico de cambio de velocidad.

La mayoría de los aspiradores tienen tareas de quitar y colocar algunos componentes. Sobre todo los tubos flexibles son los que podemos sacar a la máquina. Al ser un tubo de retirada y colocación, los aspiradores pueden limpiar todo tipo de superficies. Desde las alfombras y moquetas hasta las tapicerías y cortinas. La manguera flexible proporciona un gran confort, pero para conseguir un mayor confort los fabricantes hacen todo lo posible por reducir el tamaño de la máquina. Cuanto más pequeño es, más fácil es mover el aspirador y saca los polvos de cualquier rincón en un instante.

El aspirador recoge el polvo y, por supuesto, tras un tiempo el casquillo se llena y hay que vaciarlo cuanto antes. A través de la luz, de algún sonido o de forma mecánica se indica al usuario que la funda está llena de polvo. Todas estas facilidades están presentes en los aspiradores modernos, pero los productores quieren hacer una vida cada vez más sedentaria y más cómoda. Además de informar de que se está llenando la funda, la máquina recoge automáticamente el cable y el mando se puede utilizar con el pie, por lo que no es necesario agacharse. Otros aspiradores de tecnología avanzada comprimen el polvo recogido en el casquillo, lo que sólo permite vaciar el casquillo tres o cuatro veces al año. ¿Se puede pedir más?

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