Chillida en Bilbao: señales de la atmósfera en la piel

Lakar Iraizoz, Oihane

Elhuyar Zientzia

Varias esculturas de Chillida decoran las calles de Bilbao. Uno de ellos está en el Museo Guggenheim Bilbao: Abrazo XI. Recientemente, los conservadores del museo han modificado su plan de conservación, ya que su aspecto no evolucionaba según lo previsto. En un estudio realizado en colaboración con investigadores de la UPV, se ha aclarado por qué se ha producido esta evolución extraordinaria y se han tomado las medidas necesarias. En definitiva, el impacto se debe a la atmósfera de Bilbao.
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Ed. Oihane Lakar/Elhuyar Zientzia

Corteza irregular, trozos de material levantados, color que no debería ser... Una serie de esculturas de acero inoxidable realizadas por Eduardo Chillida en Bilbao sufre una serie de alteraciones inesperadas. Al tratarse de un acero específicamente concebido para sobrevivir en condiciones callejeras, "no son las características esperadas", explica Ainhoa Sanz, conservadora del Museo Guggenheim Bilbao. Recalca, sin embargo, que no son "preocupantes" porque son alteraciones muy superficiales y a muy pequeña escala. "Sin embargo, conviene conocer su origen para poder tomar medidas para proteger las esculturas en la medida de lo posible", ha añadido.

El acero inoxidable (conocido también como nombre comercial de Corten) es el formado por la capacidad de formar una capa protectora adecuada para las condiciones exteriores. Desarrolla una capa de corrosión superficial que actúa como barrera frente a los agentes de estrés en condiciones exteriores. Por tanto, se utiliza mucho para la creación de estructuras externas como fachadas, puentes y ferrocarriles. Y muchos artistas llevan mucho tiempo usando ella para estar fuera en las esculturas, entre ellas Chillida.

Con el objetivo de conocer el estado de las esculturas de acero inoxidable, sus agentes, posibles soluciones, etc., se puso en marcha un estudio en colaboración con investigadores del departamento de Química Analítica de la UPV/EHU y los conservadores del Museo Guggenheim Bilbao. Además de la escultura Abrazo XI del Museo, tuvieron permiso para estudiar otras esculturas de Chillida en Bilbao: Begirari IV, Elogio del Hierro III y Buscando la Luz IV. "Al encontrarse en diferentes zonas de la ciudad, tenían diferentes focos de contaminación, lo que nos permitió realizar un estudio comparativo", explica Julene Aramendia, investigadora del departamento de Química Analítica de la UPV.

Abrazo XI
Ed. Oihane Lakar/Elhuyar Zientzia
Ed. Oihane Lakar/Elhuyar Zientzia
Desde la apertura del Museo Guggenheim Bilbao esta obra forma parte de la colección del museo desde 1997. La descripción de la escultura en el museo es la siguiente: Esta estructura de acero es un elemento vertical y a la vez sinuoso. Las partes de acero se trenzan y transforman como plantas que crecen del suelo y se enmarcan en ellas al abrazar". Junto a otras esculturas, Besarkada XI refleja "la estrecha relación de las obras de Chillida con la naturaleza. Al aire libre, bajo luz variable, estas obras ponen de manifiesto la sombra de sus curvas y su perímetro".
Begirari IV
Ed. Oihane Lakar/Elhuyar Zientzia
Ed. Oihane Lakar/Elhuyar Zientzia
Esta escultura, fundada en 1997, fue colocada en 2003 en su actual ubicación, en el Parque de la Ribera, al inicio del paso de Pedro Arrupe, frente a la Universidad de Deusto. Como un faro al que espía, es una obra de arte vertical, como un tótem. La estructura de acero se va extendiendo a medida que asciende. En la parte superior se abre una cavidad que le da el don del ojo de un gigantesco Polifemo.

Capa protectora, no siempre

La capa de protección se forma en contacto con el oxígeno y el agua. Está formado por varios oxihidroxidos de hierro y su formación requiere ciclos de mojado y secado. Estos compuestos se van transformando progresivamente y ofrecen cada vez mayor protección. Aramendia explica el proceso que suele ocurrir: "En las primeras etapas aparece lepidocrociada en toda la superficie de la escultura. Es un oxihidroóxido de hierro, muy inestable, muy activo químicamente, que reacciona continuamente y cambia con los agentes del entorno. Poco a poco, por efecto de mojados y secados, la lepidocrociita se transforma en goetita. La goetita es un compuesto mucho más estable, más pasivo. Más pasiva hace de barrera y no deja pasar la contaminación. Por lo tanto, el efecto protector real se produce cuando aparece agotado".

Sin embargo, el material no responde igual en todas las atmósferas y en determinadas condiciones no crea la protección esperada. "Así lo hemos visto, además de en el Abrazo XI, en la escultura Begirari IV de Chillida. En cambio, Elogio del Hierro III y Buscando la Luz IV se encuentran en buen estado, con una superficie homogénea y un color adecuado", ha precisado el investigador.

Este comportamiento atípico se debe a que "vimos que hay partículas abundantes en la atmósfera de Bilbao, sobre todo ricas en silicatos, como el polvo natural o algunas partículas de humo de coches --explica Aramendi-. Además, estando cerca del mar, se añaden partículas de sal a las anteriores", añade.

Problema: suspensión de conversión

Los investigadores utilizaron técnicas de investigación no invasivas para "causar el menor daño posible a las esculturas", según Aramendia. Las técnicas de espectroscopia y fluorescencia permitieron conocer la estructura molecular de la superficie de las esculturas, es decir, los compuestos que la componen y la estructura básica, es decir, los elementos químicos que aparecen en la superficie, tanto cualitativa como semicuantitativamente (en qué proporción se encuentra cada uno de ellos).

Al igual que el Abrazo XI, a la escultura Begirari IV no se le quitaron su capa negra al salir de la fundición. A medida que se genera la capa de oxidación típica del acero inoxidable, la capa negra se ha ido levantando. Gran parte del material que cae corresponde a la capa negra. Al caer deja un color rojo intenso. Ed. Oihane Lakar/Elhuyar Zientzia

En los resultados de estos análisis se observó que las esculturas en peor situación presentaban una elevada concentración de lepidocrociitas y una baja concentración de goetita, mientras que las que se encontraban en mejor situación presentaban una situación a la inversa. Dicho de otro modo, "el proceso de transformación de la lepidocrociita en goetita está interrumpido en las esculturas que se encontraban en peor estado", es decir, la composición de las partículas ricas en silicatos, que de lo contrario no afectan de ninguna manera al acero: no se erosiona, no se deteriora ni nada", afirma Aramendia.

Los sulfatos y nitratos son los responsables de la caída de pequeñas partes de los materiales superficiales de las esculturas y el yeso. Estos compuestos fueron medidos en grandes cantidades en la superficie de las esculturas. Los sulfatos de hierro y los nitratos de hierro proceden de la reacción del dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno de la atmósfera con el material de las esculturas. "Son compuestos muy solubles que facilitan la pérdida de material con la lluvia", explica Aramendia.

La abundancia de cal en las tierras del País Vasco ha provocado, además, la presencia de yesos en la atmósfera y, por tanto, la caída de pequeños trozos de material al posar el yeso sobre la superficie de las esculturas. El yeso puede aparecer en tres niveles de hidratación (yeso, hemidrato y nidrita) y cada uno tiene un volumen determinado. Por tanto, al cambiar de una a otra, el volumen también cambia, lo que provoca estrés físico en la piel y, por tanto, desprendimiento de fragmentos de material.

Factores desencadenantes excepcionales

Si la influencia de las partículas atmosféricas fuera mínima, Aramendia observó en los estudios realizados que "la composición del acero utilizado para la realización de esculturas tiene una importancia capital en su conservación". "No profundizamos demasiado en ello porque es un tema de investigación completa, pero hemos visto que la escultura que se encontraba en mejor estado de conservación, Elogio del Hierro III, está hecha de acero de otra aleación". En lugar de acero corten, Elogio del Hierro III (el mismo que utilizó Chillida para elaborar el Peine del Viento de San Sebastián) está fabricado en acero denominado Reco, que "responde muy bien a la atmósfera de Bilbao", explica Aramendia

La escultura Elogio del Hierro III es una de las esculturas que mejor se conserva entre todas las estudiadas. Color uniforme y sin irregularidades en la piel. Ed. Oihane Lakar/Elhuyar Zientzia

La respuesta a los contaminantes atmosféricos se encuentra en las diferencias cuantitativas de los compuestos de las aleaciones de aceros Corten y Reco. En general, y por encima de todo, "podemos decir que las esculturas con bajo contenido en cobre en la aleación se han conservado peor, y que las de alta concentración de níquel perduran mejor en la atmósfera de Bilbao", ha añadido.

Ainhoa Sanz del Museo Guggenheim Bilbao, por su parte, explica el tratamiento que se le da al acero inoxidable para fomentar la creación de una capa protectora de corrosión: "Cuando sale de la ferrería sale con una capa negra. Para facilitar el proceso de oxidación y de forma homogénea se limpia con arena para eliminar esta capa negra. Pues bien, Chillida no quiso hacerlo en la escultura que tenemos en el museo. Esto ha incrementado la irregularidad de la piel".

Pues bien, en Abrazo XI y Begirari IV se han sumado todos los factores nocivos: Ambos se encuentran cerca de la ría de Bilbao, el puente que pasa junto al Museo Guggenheim tiene mucho tráfico, por lo que hay mucha contaminación en los coches y son dos de las esculturas que Chillida no quiso limpiar con arena.

Plan de conservación: mayor riego

De los resultados y conclusiones del estudio realizado, "hemos aprendido mucho y lo hemos traído al día a día, adaptando el mantenimiento a Besarkada XI. Periódicamente regamos la escultura para eliminar los contaminantes que han quedado en la superficie, el polvo y la sal. De esta forma, además de limpiarlas, le proporcionamos los ciclos de secado necesarios para formar la capa protectora. Así que regando conseguimos doble efecto", explica Sanz.

Además de estos riegos, no se han adoptado otras medidas en el museo en lo que respecta a la conservación de la escultura de Chillida, ya que "no hace falta. Los universitarios han visto que en la piel están sucediendo cosas extrañas, pero no es grave, y estamos seguros de que la escultura no tiene ningún peligro de deterioro", dice Sanz.

Se ha continuado: "Si en algún momento observáramos que existe este riesgo, la primera medida sería introducir la escultura en el almacén para protegerla de la atmósfera contaminante. A continuación, estudiaríamos en profundidad la intervención que podríamos hacer para restaurar la escultura, y sabiendo esto, tendríamos que hablar con la familia de Chillida para obtener el permiso necesario. Y es que antes de realizar cualquier intervención es necesario conocer cuál es el deseo del artista, qué quería expresar conceptualmente. Y ambos intereses no tienen por qué coincidir."

Elogio del Hierro III
Ed. Laboratorio Ibea, UPV
"Bilbao debe mucho al hierro y yo también... Esta escultura rinde homenaje a la historia del hierro en esta ciudad. Parte de la Tierra, se transforma y asciende". Estas son las palabras de Eduardo Chillida en el acto de colocación de esta escultura en la Plaza Circular de Bilbao. Realizó la obra entre los años 1990 y 1991 a petición del banco BBV.
Buscando la Luz IV
Ed. Laboratorio Ibea, UPV
La plaza entre las torres Isozaki fue la última ubicación de esta escultura hasta junio de 2013. Entonces sacaron a subasta y pagaron la mayor cantidad de dinero pagada por una obra de arte de Chillida: 4.806.209 euros. Chillida creó en 2001 una escultura de 8 metros de largo por 16 toneladas.
Luis Chillida, hijo de Eduardo Chillida, explicó cómo el arquitecto Arata Isozaki y su padre eligieron la ubicación de esta escultura: "Entre los dos vieron que esta ubicación sería adecuada para una escultura que se llama Buscando la Luz y que asciende. Aquí, la escultura paterna surge entre dos grandes y sorprendentes edificios de viviendas: se extiende a medida que asciende en busca de la luz que le da nombre".
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