Chequeos (y II): examen completo

Agirre, Jabier

Medikua eta OEEko kidea

En el número anterior destacamos la importancia de los chequeos en la prevención y diagnóstico del paciente. En esta ocasión, veremos cuáles son las pruebas habituales de chequeo estándar.

Realizar una historia familiar y personal del paciente

Sirve para conocer las enfermedades que han sufrido o están sufriendo en este momento en su familia, buscando así la causa congénita o hereditaria de la enfermedad. También se anota el peso y la altura, las enfermedades que ha sufrido la persona, las intervenciones quirúrgicas que le han realizado y sus hábitos de vida (alimentación, deportes, consumo de alcohol, tabaco o alguna droga, tratamientos farmacológicos, etc.). ).

Prueba específica

Normalmente se realizará una analítica completa (ver cuadro adjunto) para conocer el estado físico de la persona. También se estudia la boca, los ojos (o la vista) y los oídos (o el oído), la tensión arterial y el funcionamiento de los pulmones mediante una prueba denominada espirometría (inspiración profunda y posterior espiración forzada y expuesta lo más rápidamente posible a través de un tubo o tubo conectado a una máquina). Incluso para conocer la marcha del corazón, hoy en día se ha convertido casi en habitual el electrocardiograma (ECG).

Pruebas complementarias

A través de ellos se valora el estado en que se encuentra cada uno de los órganos del cuerpo, o si se detecta que puede haber un error en el funcionamiento de los mismos.

El número de pruebas a realizar y la naturaleza de las mismas dependerá de lo que el paciente nos indique, de su edad, de los dolores y molestias que haya padecido o que esté sufriendo en este momento y, sobre todo, de la condición de hombre o mujer en cada caso.

Mujeres

Citología

Se recomienda realizar esta prueba en el momento en que la mujer inicia relaciones sexuales dentro de las visitas ginecológicas. Cuando tiene una vida sexual estable, la mujer debería realizar revisiones ginecológicas cada cuatro o cinco años, y después de haber tenido algún niño, estos controles, incluida la citología, deberían realizarse anualmente. Cuando la mujer llega a los 50 años, se recomienda realizar un estudio anual de citología y pelvis, ya que el 60% de los cánceres de cuello de útero se diagnostican en mujeres de entre 50 y 60 años.

¿Qué es la citología? También conocida como prueba de Papanicolau, es un estudio de las células del cuello del útero. Para ello se utiliza una herramienta de diseño especial (una especie de cucharilla) para raspar el útero y las células así obtenidas serán analizadas posteriormente en el laboratorio. Este procedimiento no es doloroso y sólo dura unos segundos.

Mamografías

No hay consenso absoluto en los expertos en este punto. ¿Cada cuánto tiempo la mujer debería realizar habitualmente estas pruebas? Según la opinión de Zabaleta, a la mujer de unos 35 años se le aconseja que lo hagan entre 2 y 3 años, pero a partir de los 40 años debería hacer las mamografías cada año.

Densitometría ósea

Si había discusión sobre la prueba anterior, el debate sobre la misma es aún más fuerte, ya que es muy caro para poder realizar esta prueba de forma sistemática. Cuando la mujer ha desaparecido la menstruación, un mes después, o bien, se recomienda a las mujeres realizar esta prueba para valorar el estado óseo. La realización de esta prueba no está justificada antes de la menopausia, salvo que exista una fractura ósea o que el médico aprecie signos de osteoporosis (o descalcificación ósea). Una vez introducida la mujer en la menopausia, sería conveniente repetir esta prueba (¿cada cuánto tiempo? Aquí manda el dinero). La prueba no es dolorosa, no tiene ningún riesgo y tiene una duración de 5-15 minutos.

Hombres

Prueba de esfuerzo

A partir de los 40-45 años es conveniente realizar una valoración cardiológica (ver como funciona el corazón). También si tiene hipertensión, si tiene el llamado colesterol "malo" alto, o si tiene fumador o bebedor (por encima). Por supuesto, hay antecedentes familiares de patología coronaria.

Esta prueba de esfuerzo es sólo una prueba de resistencia al ejercicio, ya que el corazón puede dar síntomas que no aparecen en reposo durante el ejercicio. Se pide al paciente que pedalea sobre la bicicleta, o bien sobre la cinta que circula, acelerando poco a poco el ritmo. En la piel de la persona que nos ocupa, concretamente en las piernas y el pecho, se colocan unos electrodos para medir el funcionamiento del corazón en ese momento (electrocardiograma). Durante la prueba se mide también la tensión arterial.

Colonoscopia

Esta prueba consiste en ver y analizar el intestino grueso para detectar la presencia de tumores u otras anomalías, especialmente en el colon. Para muchos pacientes la prueba puede resultar molesta, ya que es necesario introducir un tubo o tubo de fibra óptica en el ano. Pero es una forma muy eficaz de conocer el estado del intestino. Esta prueba se realiza normalmente cuando el paciente tiene síntomas previos y el médico sospecha de algo (estreñimiento crónico, alteraciones bruscas del ritmo intestinal o diarreas injustificadas).

Próstata

Una vez al año conviene investigar la próstata después de que el hombre cumpla 50 años. Un sencillo análisis en sangre permite detectar o detectar el cáncer de próstata en fases muy tempranas. En algunos casos puede complementarse con un estudio rectal (tacto) y una ecografía.

Para fumadores

Los fumadores, ya sean hombres o mujeres, además de las pruebas mencionadas anteriormente, deberían realizar otros controles sobre el estado de sus pulmones. Una placa de tórax o incluso un escáner (esta última prueba es más cara y complicada de realizar) son pruebas que proporcionan una información muy adecuada, junto con la espirometría mencionada inicialmente.

Tú tienes la última palabra

Una vez realizado el chequeo, el médico puede valorar el estado de salud de la persona con un alto grado de fiabilidad. Los chequeos son métodos de diagnóstico adecuados, uno de los mejores sistemas de prevención para la detección de enfermedades, pero es evidente que no son panaceas que lo solucionan todo. Los chequeos, que no pueden curar enfermedades como el cáncer, pueden ser muy eficaces para el diagnóstico de otras enfermedades y, volviendo al caso del cáncer, en el caso de una enfermedad que se reproduce tan rápidamente, es importante detectarlos a tiempo (y en ello los chequeos pueden ser de gran ayuda).

Así que, lector, si has leído lo anterior, me gustaría plantearte una pregunta: piensa que tu cuerpo es parecido al coche. Estoy seguro de que realiza una revisión técnica periódica de su vehículo, esperando que funcione mejor. Si eres capaz de hacer ese coche (y también de agitar tu bolsillo), ¿tu cuerpo no merece la pena por no decir mucho más?

A ver si a partir de ahora presta tanta atención a los médicos como a los mecánicos. Tu cuerpo te lo agradecerá.

¿Cómo interpretar el análisis?

La siguiente información puede ayudar a conocer qué términos aparecen en el análisis de sangre y orina y cómo interpretarlos:

  • Velocidad de sedimentación globular (VSG). La "belocidad" de la sangre. Cuando es superior a lo normal significa que puede haber una inflamación, infección o enfermedad neoplástica en el cuerpo.
  • Hemograma. Muchos glóbulos rojos indican alguna enfermedad del riñón o de la sangre, mientras que si están bajos representan una anemia. Las plaquetas y leucocitos (glóbulos blancos) también forman parte del hemograma. Los primeros miden la coagulación de la sangre y los segundos nos informan de nuestras defensas (sistema inmunológico).
  • A través de transaminas, bilirrubinas y fosfatasa alcalina se puede conocer el estado de la función hepática (es decir, si hay daño hepático). El exceso indica hepatitis, cirrosis o dolorosa (o ictericia).
  • Urea y creatinina. Son los marcadores de la función renal. A veces una es excesiva y la segunda no (lo que puede indicar que la persona bebe poco y orina poco). Si ambos parámetros están elevados, puede ser signo de insuficiencia renal. Si los niveles son bajos puede deberse a una inflamación o inflamación del hígado o a la falta de proteínas.
  • Glucosa. Un nivel demasiado alto puede indicar diabetes y el contrario puede presentar una hipoglucemia o alteración del páncreas.
  • Perfil lipídico. Incluye colesterol, triglicéridos y lípidos totales.
  • Ácido úrico en orina: en caso de exceso, gota o piedras en el riñón. Si está demasiado bajo nos informa de alguna infección.
  • Sangre en orina: indica posible cáncer de colon. Pero no sirve demasiado si la prueba se realiza mientras la mujer está con la regla.
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