Las terapias avanzadas utilizan biomoléculas para curarlas y han despertado una gran esperanza al ofrecer tratamiento a enfermedades que hasta ahora no tenían el tratamiento adecuado. También investigan en terapias avanzadas en centros de la alianza BRTA, como las cadenas de ARN de Cidetec para aliviar la artrosis de rodilla y la terapia CAR-T de Biogune para tumores sólidos.
En el caso de la artrosis, el centro de investigación Cidetec participa en el proyecto europeo Sinpain. De hecho, son muchos los ciudadanos que sufren el dolor de la artrosis y actualmente no hay un tratamiento eficaz. De hecho, la artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que afecta al cartílago interóseo, sin el cual es frecuente el dolor, la inflamación y la rigidez de las rodillas o muñecas. El objetivo del proyecto es desarrollar un tratamiento adecuado para aliviar el dolor y disminuir la evolución de la enfermedad.
Para ello utilizan el SiRNA o cadenas de ARN de interferencia. La función de estas cadenas es producir interferencias para evitar que se sinteticen las proteínas responsables de los síntomas de la artrosis. De hecho, según explica Iraida Loinaz Bordanabe, directora de Cidetec nanomedicine, la inflamación afecta de manera importante a la degradación del cartílago y a la evolución de la enfermedad: “Entonces, nosotros queremos utilizar estos medicamentos para controlar bien la inflamación y mantener el cartílago. Además, las utilizamos para controlar otras proteínas y factores que van a producir dolor”. En
primer lugar, deben identificar las proteínas que provocan la degradación del cartílago. Posteriormente, en el laboratorio se crearán cadenas de ARN que les enfrentarán y se introducirán en el paciente. Según Loinaz, el objetivo es poder inyectarse y administrarse directamente en la rodilla en un hidrogel. “Este mismo hidrogel protegería bien el cartílago y además contaría con nuestros medicamentos que controlan el estado de la rodilla”.
El objetivo es que estas terapias sean seguras, eficientes y rentables, así como que los procesos de producción sean escalables fuera del laboratorio para su comercialización. Loinaz explica: “La mezcla que vas a realizar en un pequeño laboratorio es muy diferente a la que se va a realizar en un gran reactor. Y sí, escalar ahí puede cambiar mucho el proceso”. De esta forma, Cidetec trabaja en la tecnología de encapsulado y en la generación de nanopartículas.
En Biogune trabajan en terapia CAR-T. La investigadora Leire Egia Mendikute explica en qué consiste: “La terapia CAR-T consiste en la extracción de células del sistema inmunitario de pacientes con cáncer, llamadas linfocitos T, que son modificados genéticamente y que son readministrados al paciente con cierta recuperación. Los linfocitos T así modificados son mucho más eficaces contra el tumor”.
Las terapias CAR-T han tenido éxito en cánceres hematológicos y ahora el reto es desarrollar terapias eficaces para tumores sólidos como el cáncer de mama y el de pulmón. En realidad, el medio hipoxico (poco oxígeno) de los tumores sólidos es un gran obstáculo para las células inmunitarias, por lo que es mucho más difícil conseguir células CAR-T eficaces que en los cánceres hematológicos. Al mismo tiempo, las terapias CAR-T tienen un hándicap, con un cierto grado de toxicidad y unos efectos secundarios asociados a la agresión masiva del sistema inmunitario.
Por lo tanto, es un gran reto, y la investigación y el desarrollo son muy caros. Por lo tanto, Biogune no ha ocultado la importancia de despertar el interés de las farmacéuticas para conseguir financiación. El objetivo merece la pena ofrecer una cura a los cancerígenos que actualmente no tienen un tratamiento eficaz.