El fuego y la granulación son dos de las tres enfermedades más graves que afectan a los manzanos. El fuego rojo es producido por una bacteria ( Erwinia amylovora ) que afecta a todos los órganos de la planta. El primer síntoma es que los brotes aparecen como si se quemaran. Si el frutal es muy sensible también puede morir. La granulación, por su parte, se debe a un hongo ( Venturia inaequalis ) que sólo afecta a hojas y frutos. Esto facilita el control de la enfermedad. Por culpa del hongo se forman pequeñas manzanas y de mal aspecto, y a las hojas les salen manchas oscuras.
En 1996 se inauguró en España un foco de fuego rojo. Los gobiernos tomaron medidas para erradicar la amenaza porque temían que la enfermedad se extendiera a los perales y a otras especies. Una de las decisiones adoptadas fue la puesta en marcha de un proyecto de investigación entre las Universidades de Girona y Valencia y la Universidad Pública de Navarra, con el fin de clarificar la resistencia al patógeno, la falta de sensibilidad y la variedad de manzanos. Al cabo de unos años se introdujo también la granulación, por ser una de las enfermedades que más afecta a los manzanos.
En este contexto, el biólogo venezolano ha analizado 253 variedades de manzano en España, con el fin de averiguar si son resistentes al fuego rojo y a las picaduras y variedades. El estudio se ha realizado en Doneztebe/Santesteban, donde el Instituto Técnico de Gestión Agraria dispone de su terreno experimental con todas estas variedades de manzano. Además, ha identificado las variantes del hongo Venturia inaequalis.
La investigación tiene un gran interés práctico. Y es que, tras conocer bien el fuego rojo y la granulación y variedades que sufren, estas variedades pueden ser cultivadas para combatir la enfermedad. En el caso de la granulación, este método es preferible al uso de fungicidas. De hecho, si la planta es muy sensible es necesario realizar 15 tratamientos al año. Esto perjudica al medio ambiente y es caro. Además, el uso continuado de insecticidas permite la formación de cepas que desarrollan resistencia.
El investigador ha analizado de forma diferenciada estas 253 variedades. En primer lugar, para descartar el mayor número de variedades inadecuadas, se ha centrado en las hojas. Así, según las manchas de las hojas, ha descartado directamente las variedades que presentan una alta sensibilidad a ambas enfermedades. Posteriormente, ha profundizado en el estudio de las variedades que han pasado por la prueba de las hojas, mediante la inoculación de los brotes. La técnica de inoculación consiste en la introducción controlada de los gérmenes de la enfermedad infecciosa a un organismo para estudiar su efecto.
La investigación en dos pasos tiene su razón. De hecho, los ensayos de sensibilidad requieren muchas inoculaciones y no se pueden estudiar muchas variedades en poco tiempo. El ensayo rápido sobre hojas fue superado por 103 de las variedades iniciales. Algunas de estas variedades mostraron una baja sensibilidad a la enfermedad, mientras que otras fueron seleccionadas por las propiedades organolépticas de la manzana: olor, sabor o aspecto de la manzana.
Tras la inoculación de los brotes, estas 103 variedades se clasificaron en tres grupos en función de su sensibilidad, mientras que 48 mostraron poca sensibilidad al fuego rojo. Posteriormente, a estas 48 variedades resistentes al fuego rojo se les introdujeron las dos enfermedades a la vez. De estas 48, 38 mostraron poca sensibilidad a la granulación, de las que 12 sufrieron bien ambas enfermedades. En definitiva, de las 253 variedades iniciales, 12 son resistentes a las dos enfermedades.
La segunda conclusión del estudio es que en el norte de España se han identificado 7 variantes del hongo Venturia inaequalis. Las 12 variedades de manzano que han pasado la prueba de inoculación presentan al menos resistencia a una de las variantes, mientras que las 4 variedades soportan todas las variantes.
Alejandro Martínez es la primera investigación de este tipo que se realiza en el Estado, aunque en Europa y Estados Unidos se han realizado estudios similares. Además, las evaluaciones de fuego rojo y granulación se han realizado en campo, siendo esta la primera investigación realizada en laboratorio.
De cara al futuro, es interesante conocer qué variedad de manzanos sufren bien una u otra enfermedad para producir estas variedades. Sin embargo, la variedad que sufre una enfermedad puede no ser adecuada para el mercado debido a sus propiedades organolépticas. En este caso, una de las alternativas es la combinación genética de dos variedades. Es lo que se está haciendo en el Instituto Técnico de Gestión Agraria para encontrar una variedad para la producción de sidra. Aunque por el momento el proyecto está en fase de estudio, puede tener buenos resultados a largo plazo.