Bajo el nombre de Cidetec, el nuevo centro de investigación del Parque Tecnológico de Miramón comenzó a trabajar hacia mayo del año pasado. Toribio Fernández, Catedrático de Electroquímica de la Facultad de Química de la UPV y principal impulsor de este proyecto, nos cuenta que su semilla fue sembrada hace unos 10 años. De hecho, el centro de reciente creación está estrechamente relacionado con el laboratorio de Electroquímica de Ibaeta, en el que se han formado los investigadores y se ha creado por iniciativa de las personas que trabajan en el centro para satisfacer las necesidades de las empresas electroquímicas.
“El laboratorio de Electroquímica de la Facultad de Química es pionero en ofrecer servicios a las empresas del sector. Llevamos años trabajando con las empresas, además del trabajo de investigación, para aclarar las inquietudes que surgen en la actividad diaria. A medida que se iba consolidando la red de centros de investigación de la CAPV, muchos de los doctores que se han formado en nuestro laboratorio acudieron al trabajo. Dentro de esta red de investigación, sin embargo, no existía un centro que cubriera las necesidades propias del sector y, aparte de las preguntas periódicas, no se podía atender la actividad diaria”. Y es que Cidetec viene a llenar ese vacío.
La electroquímica se emplea en multitud de procesos: recubrimientos de todo tipo: galvanizado, cobreado, zincado, pilas y energías acumulativas, etc. A la vista de la actividad de las empresas basadas en ellas, se puede afirmar que se trata de un sector de gran tradición e importancia económica. El País Vasco cuenta en la actualidad con 210 empresas que utilizan alguna rama de la electroquímica en su proceso de producción, de las cuales 148 son las principales tecnologías de la electroquímica. Salvo excepciones, estas empresas son pequeñas fábricas que llevan años trabajando. Toribio Fernández y Javier Rodriguez Parra, director de Cidetec, nos han realizado una radiografía del sector:
“La estructura industrial de la Comunidad Autónoma del País Vasco es similar en todos los sectores, si bien en el ámbito de la electroquímica algunas de sus características son especialmente destacadas. La mayoría de las empresas tienen una estructura familiar y se puede decir que son pequeñas en tamaño. Son estructuras empresariales tradicionales que consideran la principal tecnología la experiencia acumulada durante años. Las empresas que conforman el sector se conocen muy bien entre sí y hasta hace muy poco tenían una experiencia profesional como herramienta principal y casi única de competición. Hablar de transferencia tecnológica en las empresas de este perfil era muy difícil; era como introducir el sancta de cada empresa en el sanctorum. Hoy en día, sin embargo, la generación está cambiando en puestos directivos y creo que este cambio favorece el desarrollo de nuestro país. Ahora vemos a jóvenes con una formación excelente en puestos de responsabilidad, con una gran experiencia académica y que son conscientes de la importancia de la colaboración”.
Las ramas de esta reflexión afectan, claro está, a la empresa y a la universidad, y nuestros interlocutores nos han dicho que la misma preocupación está en ambas. “La confianza no se consigue de repente, en universidades con mucha más tradición que nosotros también tienen el mismo problema y hay que tener en cuenta que nuestra universidad sigue siendo muy joven, ¡sólo hay 20 años trabajando! Creo que estamos ante un proceso educativo en el que la universidad y la empresa tenemos que aprender a trabajar juntos, sólo así conseguiremos el nivel necesario para avanzar con competitividad. Creemos que los departamentos de I+D empresariales deben estar dirigidos por doctores que conozcan bien la realidad académica y laboral. Las empresas vascas necesitan doctores”.
Este es el modelo que hemos encontrado en el centro de investigación Cidetec, es decir, los jóvenes trabajadores y los excelentes formatos universitarios: Todos los que trabajan en la sede de Miramón son doctores en química.
El nuevo centro de investigación Cidetec tiene una estructura de fundación sin ánimo de lucro. Ante el peligro que suponía el suministro de una estructura empresarial estándar, hace unos años se comenzó a estudiar el camino de la fundación. Estos investigadores plantearon la necesidad de un centro de investigación en electroquímica y comenzaron a hablar con empresas que podían estar conscientes de la necesidad de poner en marcha la fundación. A pesar de su sencillez en papel, han sido muchos los años que han ido madurando el proyecto. Por último, Iberdrola, Cegasa y Berrilan se unieron a este proyecto y en la actualidad son miembros del Patronato de Cidetec. Las instituciones también han valorado positivamente la creación de una nueva estructura de investigación y han colaborado desde el principio en la puesta en marcha del proceso. Además del apoyo de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Jabier Rodríguez Parra, director de Cidetec, nos cuenta la importancia de la aprobación del Gobierno Vasco.
“Inmediatamente después de su creación, el Gobierno Vasco reconoció a Cidetec como una estructura empresarial de I+D. Ha reconocido explícitamente al centro Cidetec su capacidad de transferencia de tecnología y de profesionales relacionados con el pasado año. Y es que no pretendemos limitarnos a solucionar problemas de tecnología, sino que queremos dotar a nuestras empresas de la tecnología adecuada, lo que supone transferir no sólo recursos materiales sino también personal de alto nivel”.
5 investigadores de entre 30 y 32 años trabajan actualmente en Cidetec. El número de trabajadores irá creciendo en función de las necesidades de cada proyecto y, por ejemplo, este mismo año se espera contar con 10 colaboradores. Jabier Rodríguez Parra nos ha dicho que “el objetivo principal es integrar en la estructura a los doctores que se encargarán de cada proyecto”.
En este momento, tienen ocho proyectos. Junto a la empresa Cegasa se está investigando sobre las futuras pilas. “Estamos estudiando las pilas litio-ion y diseñando las que se adapten a las nuevas necesidades. Las pilas de litio tienen unas características únicas para almacenar energía y nosotros estamos estudiando el modelo más adecuado. Es un proyecto muy interesante porque va a tener un uso inmediato y va a poner a una empresa de aquí, Cegasa, a la cabeza de la tecnología”.
Además, se están estudiando los procesos de cobertura de los satélites artificiales, “un reto apasionante si tenemos en cuenta que las posibilidades que puede abrir este campo son muy grandes”, explica Rodríguez Parra.
El objetivo de CIDETEC es el desarrollo de la tecnología utilizada por las empresas vascas. Sin embargo, esta tecnología puede no estar localizada, es decir, no puede ser integrada por empresas del entorno. En estos casos, el propio Cidetec ayudaría a crear una empresa que utilice esta tecnología. “Nuestro objetivo –nos ha dicho Toribio Fernández– no es crear nuevas empresas, pero Cidetec no renunciará al desarrollo por no haber sido utilizado. Aunque el objetivo de la Fundación es el suministro de empresas, nuestro trabajo es la investigación y hay que abrirle todas las puertas”.
El criterio para evaluar la marcha del centro puede ser, además, analizar si se están desarrollando nuevos desarrollos tecnológicos. “A través de las patentes –nos ha aclarado Jabier- podremos ver si estamos cumpliendo los objetivos del centro, ya que es un criterio objetivo analizar cuánto hemos patentado. Además, mediante patentes queremos apoyar la labor realizada por los investigadores del centro, porque estamos generando riqueza y desarrollo”.