Preparemos para el invierno

Agirre, Jabier

Medikua eta OEEko kidea

Ahora mismo deberíamos empezar a tomar medidas contra los problemas de salud tan frecuentes y molestos durante el invierno para proteger nuestro cuerpo, piel y pelo con remedios simples y fáciles.

Prevención de la gripe

La temporada de la gripe ya ha comenzado, pero si no queremos que estemos entre nosotros hasta marzo, es muy importante tomar medidas desde hoy para prevenir la enfermedad.

Todos los expertos coinciden en que la vacunación es imprescindible tanto para personas mayores como para personas con enfermedades cardiacas, inmunológicas o respiratorias crónicas. En los últimos tiempos, tampoco falta quien diga que la vacuna es recomendable para gente más joven. Quizá dentro de este grupo más grande los niños tienen su lugar especial, aunque la vacuna nunca se recomienda para menores de 6 años. Además, no se debería poner la vacuna en el caso de que la persona tenga un catarro, es preferible curar primero el catarro y depositarlo después.

Aprender a conocer los puertos alérgicos

Cuida tu peso en invierno. Los expertos consideran normal que en invierno aumentemos el peso corporal en dos o cinco kilos, ya que realizamos actividades más relajadas y menos ejercicio físico que en verano, y aportamos más calorías.

La gente a menudo mezcla los estornudos provocados por la alergia con el enfriamiento o la ronquera. También es cierto que ambas enfermedades tienen síntomas comunes como congestión nasal, fatiga o dolor de cabeza. ¿Cómo saber cuándo es un cuadro y cuándo otro? Normalmente los ojos enrojecidos y "mojados con agua" indican una reacción alérgica. Por el contrario, las aromas provocadas por la ronquera desaparecen en tres o cinco días. Normalmente es así y si el problema persiste, acuda al médico.

Los casos de asma son cada vez más numerosos en los últimos años. Aunque por el momento se sospecha, los médicos lo han asociado a alergias domésticas cada vez más abundantes (los ácaros de polvo, por ejemplo, son insectos microscópicos que se reproducen mucho en casa durante el invierno). Además, nuestras casas son cada vez más autosuficientes desde el punto de vista energético, por lo que hoy en día el aire de la casa se recicla mientras se sustituía por aire fresco del exterior. Por ello, los alérgenos alergénicos encuentran en nuestras casas un ambiente inmejorable para disfrutar de toda la temporada invernal.

¿Cómo evitar estas alergias? Si es posible, saca fuera animales disecados y no almacene demasiados papeles viejos en casa (periódicos o revistas, por ejemplo). Cuando llegue el momento de volver a sacar la ropa que has guardado en casa durante unos meses, no olvides que conviene lavarla antes de vestirte. De hecho, estos insectos microscópicos producen alergias, tanto vivas como muertas.

Cuida tu peso en invierno

Los expertos consideran normal que en invierno aumentemos el peso corporal en dos o cinco kilos, ya que realizamos actividades más relajadas y menos ejercicio físico que en verano, y aportamos más calorías. Al tomar menos rayos solares, aumenta la tendencia a los hidratos de carbono, que consumimos en grasas y azúcares. Como acabamos de pasar la Navidad, no hay duda de que muchas veces tenemos posibilidades de abusar de los alimentos.

Por otro lado, se sabe que en invierno la motivación para perder peso es menor que en otras épocas del año. Los estudios han confirmado que la persona que inicia una dieta en invierno perderá menos kilos que la que va a realizar en primavera o verano.

Se sabe que es conveniente prescindir de hábitos inadecuados. Comer tentempiés durante el día es un método conocido para perder peso, pero si al mismo tiempo no conseguimos reducir las comidas, ¡se acabó! Por ello, se recomienda concentrarse en las comidas principales durante el invierno: carne, ensaladas, frutas, verduras, especialmente calabaza y coles de Bruselas, que dan sensación de saciedad. Sin embargo, es más importante que todo esto: no te quedes en el rincón de la casa y busca siempre ocupado y la forma de actuar.

Cuidado con los rayos solares

Hay muchas personas que sólo se preocupan del sol en la playa y en la piscina, pero también hay que estar atentos en invierno: en zonas con hielo o nieve, los rayos solares se reflejan entre el 80 y el 90%. Aunque en invierno hay menos rayos ultravioleta nocivos, los daños producidos por el sol se acumulan, por lo que el sol seguirá envejeciendo y castigando la piel en invierno.

Por ello, en zonas con mucha nieve (y en nuestra cuenca estos lugares se encuentran principalmente en los Pirineos), habría que utilizar productos de protección solar como factores de protección 10-15.

Reforzar la inmunidad

Comer yogures a menudo en invierno puede ser muy apropiado para nuestra salud. Se ha demostrado que un yogur semidesnatado puede reducir en casi un 25% los riesgos de atrapar la ronquera. Se cree que las bacterias vivas fortalecen la inmunidad porque activan sustancias químicas que se enfrentan a las enfermedades. Por lo tanto, en las tiendas de alimentación, busca en su etiqueta envases que indiquen que contienen cultivos "activos" o "vivos".

Por otro lado, se avanza en la lucha contra el enfriamiento. Estudios recientes han demostrado que el estrés debilita aún más el sistema inmunológico, dejando el cuerpo en peores condiciones a la acción del frío. Por lo tanto, las tensiones emocionales de carácter positivo, o dicho de otro modo, la tensión contra el estrés, pueden contribuir a fortalecer o reforzar el sistema inmunológico, como por ejemplo, se ha podido demostrar que en las personas adultas que estuvieron viendo películas de humor se redujo considerablemente el número de hormonas que atacan la inmunidad.

El ejercicio también es una buena herramienta contra las enfermedades invernales. Un programa de ejercicios no muy exigente, como dos sesiones semanales de veinte minutos, es capaz de destruir virus e incrementar el número de células del cuerpo. En este caso también es conveniente extremar las precauciones. La agotamiento por exceso de ejercicio provocará una disminución del sistema inmunológico en un período de seis horas. Y eso sin tener en cuenta las enfermedades infecciosas que se pueden contraer en los gimnasios en mal estado higiénico (sobre todo virus y hongos): pedir siempre un sistema de ventilación adecuado y nunca utilizar jabones o toallas de los demás.

Prestar atención a la piel

El tiempo invernal puede ser un adversario para la piel. Sin embargo, el frío no es el único culpable de la sábana. Tal y como insisten los dermatólogos, cuando la humedad es muy baja pueden aparecer efectos graves, por lo que conviene refrescar la piel y mantenerla húmeda.

Algunos médicos recomiendan la sustitución de las duchas en invierno por baños, lo que mejora el grado de hidratación de la piel. Es preferible evitar las deducciones de jabón o desodorantes, ya que algunos de estos componentes secan mucho la piel. Lo mejor es el ph neutros izares.

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