El lobo, cada año más

Roa Zubia, Guillermo

Elhuyar Zientzia

La población de lobo aumenta. De hecho, últimamente lo han visto en lugares que no se veían habitualmente. Esto quiere decir que la actitud del hombre ha cambiado, el lobo tiene menos amenazas que antaño y ha empezado a volver a territorios abandonados hace muchos años. ¿Qué es eso, buena o mala noticia?

No hace mucho tiempo que Europa estaba llena de lobos. Hace unos cien años, casi en cualquier bosque existía el lobo, de noche en forma de uva y de día oculto. El hombre siempre ha sentido respeto y admiración hacia el lobo. Pero hay que comer y el lobo mata a los animales. No hay duda: el lobo es competidor.

Durante muchos años ha sido habitual premiar a quien cazaba lobos. Además del premio, el cazador gozaba de gran prestigio. De ahí que los lobos capturados se expusieran en los pueblos; era una bestia aterradora que a menudo cazaba junto a perros salvajes. Había que morir. Y fue asesinado hasta su casi desaparición. En la Península Ibérica sobrevivieron algunos ejemplares, en las estribaciones de Zamora y Galicia. También perduraron en la zona de Rusia. Pero, en general, el lobo desapareció de toda Europa.

En la década de 1970, dos factores tomaron gran fuerza. Por un lado, se extendió la mentalidad ecológica y, por otro, la gente salió de los pueblos y se fue a vivir a la ciudad. El despoblamiento de las zonas rurales y la asunción de la conservación del lobo en las ciudades. Se pusieron en marcha medidas para proteger el lobo y la situación cambió radicalmente, reduciendo la presión ejercida por el hombre, lo que permitió colonizar muchos territorios. En la actualidad, la Península cuenta con más de 2.000 ejemplares, la mayor población de Europa. ¿Pero dónde están esos lobos?

Por debajo del monte

El fuerte poder adaptativo del lobo ha permitido el crecimiento de la población. De hecho, esta especie puede perdurar en un ecosistema que no es saludable; incluso puede vivir comiendo lo que encuentra el lobo en los vertederos. Por ello, varios expertos han puesto en duda si los habitantes de la estepa son realmente 'naturales'. Sin embargo, el debate ha contribuido a la proliferación del lobo, que se adapta casi a cualquier hábitat.

La situación actual del lobo, además de su capacidad de adaptación, ha destacado otra característica: la creencia generalizada de que el lobo vive espontáneamente en el monte o en el bosque, no es correcta; en la estepa, en el bosque, en la costa, en los montes bajos y altos, en lugares fríos, en lugares calientes… casi todos los medios son apropiados para el lobo.

Es cierto que debido a la presión humana, las poblaciones quedaron aisladas en los montes, ya que las zonas ocupadas por el hombre se encuentran en los valles, pero si se le permite, el lobo puede vivir en cualquier lugar.

En la actualidad, se ha producido una paradoja en torno al lugar de residencia del lobo, que no avanza en los territorios con más animales salvajes, es decir, los más aptos para vivir de forma natural. Y la razón es que es en esos lugares donde más presión ejerce el ser humano, porque son lugares propicios para que los animales sean libres.

De hecho, de mayo a octubre aproximadamente, es habitual dejar sueltos al ganado en el monte. Así suelen tener a menudo vacas en Aralar, Urbasa o en algunos lugares de los Pirineos. Por supuesto, los animales no deben cuidarse si no tienen enemigos naturales. Y si no es un lobo (o un oso), ¿qué animal captura una vaca sana? Por lo tanto, es en estos lugares donde el hombre pone más obstáculos a los lobos.

Un claro ejemplo es el de los pastos de cría de toros bravos. El ganado taurino es muy caro, por lo que se cuida mucho, por lo que a pesar de la proliferación de la Península Ibérica, el lobo no ha tenido éxito en los territorios al sur de Salamanca y está a punto de desaparecer en Extremadura.

Menú del lobo

Está claro que la situación del lobo es difícil para comer animales salvajes. O al menos para comer grandes animales salvajes. Ciervos, corzos jabalíes y animales similares se encuentran en las zonas más protegidas del lobo por el hombre. Pero el lobo tiene una gran capacidad de adaptación a otros hábitats, lo que significa, entre otras cosas, que puede incluir en su dieta muchos tipos de alimentos.

Un buen ejemplo es la población de lobos de estepa cerealista. ¿Qué comen? En Estepa hay pocos animales salvajes; de vez en cuando el lobo encuentra jabalíes, pero no hay ciervos, ni cabras silvestres, ni otras especies presentes en los montes. Pero en esas zonas hay ganado, ovejas, vacas, etc. Como ya se ha comentado, la población de lobo está creciendo en estos lugares, por lo que es lógico pensar que en la estepa se alimenta de ganado.

Para ello, el equipo del biólogo Juan Carlos Blanco analizó la dieta del lobo en la estepa cerealista ibérica, recogiendo y analizando los excrementos y conversando con los pastores de la zona. Como es de esperar, en las deyecciones aparecían restos de ganado. También aparecieron conejos, jabalíes, perdices y otras especies salvajes, pero la base de la dieta era el ganado. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los pastores no informaban de los ejemplares perdidos. No había rastro de la caza del lobo en los alrededores.

¿Qué estaba pasando? La respuesta era sencilla: el lobo es un carroñero, es decir, comía habitualmente ganado muerto, no capturado. Para ello, los investigadores utilizaron radiotransmisores para realizar el seguimiento de los lobos. Durante la noche, los lobos buscaban el ganado muerto, que comían principalmente.

Lobo y pastoreo

Los pastores de Estepa y otros lugares no tienen problemas con el lobo. Por supuesto, tienen que utilizar pastores y cuidar el ganado. Y es que, según los expertos, para convivir con el lobo, sólo es necesario recoger ganado y utilizar pastores durante la noche. Ocasionalmente matará una vaca o un par de ovejas, pero no será un problema real.

El mayor problema, por tanto, es para el pastor: tiene que estar con el ganado si no quiere perderlo. Y en muchos lugares se ha perdido esa costumbre. En estos lugares es difícil convivir con el lobo. Entre otras cosas, por eso no se ha incorporado con éxito al lobo en Álava. Los pastores alaveses no suelen estar con el ganado.

De ahí la pregunta. ¿Queremos vivir con el lobo? ¿O basta con que el lobo esté en algunos lugares, lejos de nosotros? Para vivir juntos deberíamos hacer un gran esfuerzo, entre otras cosas, adaptar la vida de los pastores. No olvidemos que es una especie fascinante y merecedora de conservación. No olvidemos que el ganado es el oficio del pastor, por lo que es muy importante proteger su interés.

¿Cómo se contabilizan las poblaciones de lobos?

Según los expertos, la Península Ibérica cuenta con más de 2.000 lobos. ¿Cómo lo pueden saber? No es fácil, en lugar de contar lobos, cuentan grupos. No hay que olvidar que el grupo es la estructura social básica del lobo. El grupo está formado por una media de diez lobos. Y, por tanto, conociendo el número medio de lobos en cada grupo, se puede conocer la población. Cuando hay crías, el equipo no realiza viajes largos. Nacen en mayo, pero en los dos primeros meses están en el foso, por lo que los conteos comienzan en julio y terminan en septiembre.


El lobo en Euskal Herria

El lobo entró en Álava en 1988 y, según los datos de los biólogos, tuvieron su primera cría dos años después. Sin embargo, han quedado al oeste de la provincia y no han 'colonizado' Euskal Herria. Al parecer, el lobo encuentra demasiados obstáculos para avanzar. Las razones pueden ser muchas: la población humana es muy grande en un ámbito tan reducido, los problemas con los ganaderos, etc. Por ello, la evolución del lobo en Euskal Herria no es comparable a la de la península. Sin embargo, en Álava no se ha perdido.

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