El corzo, príncipe de las selvas

FICHA TÉCNICA Corzo

Ha pasado muchos años en Leitza desde que vimos por primera vez el corzo. A pesar de que entre zarzas se escapó en pocos segundos, todos conocimos aquel magnífico animal. Sin embargo, cuando bajamos del monte y lo contamos a nuestros amigos, muchos no quisieron ni creer. Y es que tuvimos que oír “patadas de txantxangorri”. Hoy en día, sin embargo, es normal en estas zonas y pocos pondrían en duda su presencia.

Los matorrales, los bosques alternados de pastos y los bosquetes jóvenes son los lugares preferidos del corzo.

En los últimos tiempos, además del corzo, se ha producido un notable aumento de ciervos y jabalíes. En el caso del corzo, hace unos 50 años era muy escaso en el País Vasco, sólo quedaba en los bosques cercanos a Irati. Sin embargo, en los últimos 20 años, y por las razones que se exponen a continuación, la situación ha cambiado radicalmente. Por un lado, en algunas zonas rurales se han vaciado los pueblos y, con ello, se ha reducido el número de animales y se han convertido en selvas algunas zonas. Por otro lado, la presión cinegética ha disminuido, ya que la caza de esta especie ha estado prohibida durante muchos años y se sigue practicando de forma sostenible. Por último, hay que mencionar la escasez de enemigos, ya que los grandes mamíferos hoy en día no tienen casi ninguna presión sobre los lobos, osos o linces.

Así, el corzo está recolonizando los territorios antiguos y, con la ayuda del hombre, llenando algunas noticias. Prueba de ello son las recientes repoblaciones de este animal en Leitzaran, Oiz, Pagoeta, Aralar, Lokiz, o Urdaibai. No hay que olvidar, además, que en algunas regiones de la Península Ibérica y de Francia este animal se está extendiendo y penetrando en el País Vasco de forma espontánea en diferentes direcciones, desde Landeta hacia el Norte, desde el Este hacia el Pirineo o desde el Oeste (Demanda, Urbio y Camerostik) hacia Araba, Bizkaia y Navarra. Viendo que las poblaciones de corzo están en buen estado de salud, vamos a empezar ahora a conocer un poco más a este animal.

El corzo ( Capreolus capreolus ) es el cérvido más pequeño de Europa. En las inmediaciones puede pesar entre 15 y 25 kilos y parece, descalzo, fino y esbelto. El macho tiene en la cabeza unas majestuosas ramitas de tres puntas que caen cada año hacia el mes de noviembre para que pronto se renueve y esté listo para abril o mayo. Las ramas son herramientas para la defensa, para atraer a la hembra y poder medir fuerzas sin dolor en la celo.

La piel de este mamífero es rojiza en verano y más gris y robusta en invierno. En el extremo aparece el “bigote” negro y el mentón blanco. En el trasero, también presenta una mancha blanquecina que la separa cuando huye en la oscuridad del bosque.

El fondo blanco de este bello animal resulta llamativo.

Como ya se ha indicado, este mamífero aparece ligado a los bosques y, sobre todo, vive en zonas de bosques y pastizales con abundante matorral. Se localiza tanto en bosques caducifolios como mixtos y se adapta con facilidad a los distintos domicilios. La presencia de agua es imprescindible y la sequía de los últimos años ha provocado que las poblaciones del sur de la península hayan empeorado.

En cuanto a su naturaleza, es un inquieto, discreto y fugaz. Gracias a la fina audición y el olfato, se esconde a un vistazo antes de que lo veamos. Cuando detecta algún enemigo, además, puede empezar a ladrar para avisar a los cohetes y advertir al enemigo de que ha sido detectado.

Por otro lado, es un animal territorial y sedentario. Suele tener una superficie aproximada de 40 hectáreas, pero esta medida puede variar en función de la densidad y el lugar de residencia. A modo orientativo, la población media de las zonas de corzo de Navarra es de 0,67 ejemplares por cada 100 hectáreas y en las zonas de mayor número de ejemplares, 3,7 corzos por cada 100 hectáreas. Estas densidades quedan bastante alejadas de las existentes en muchas regiones europeas, donde no es raro que entre 10 y 20 ejemplares por cada 100 hectáreas. Entre las causas de menor densidad aquí, furtivismo y otros herbívoros (ciervos, ovejas, etc.) podemos mencionar la competencia que tienen. Aunque, como se ha dicho, es territorialista, su comportamiento a lo largo del año es diferente.

Normalmente las hembras acompañan a las crías y los machos llevan una vida solitaria. En invierno forman pequeños grupos, pero hacia la primavera tanto los machos como las hembras se convierten en territoriales. Los machos marcarán ramas a árboles jóvenes y cuidan su territorio con rigor. Las hembras, por su parte, tienen un territorio más grande y son menos estrictas a la hora de ahuyentar a los coetáneos.

En los últimos años el corzo es cada vez más abundante en Euskal Herria.

En cuanto a la alimentación, el corzo es un herbívoro que requiere una gran diversidad vegetal. A lo largo del día consume 3-4 kilos, siempre eligiendo las plantas y brotes más nutritivos. Debido a que el intestino de los pequeños ungulados es corto, la comida que ingieren no les puede sacar mucho partido, por lo que buscan las partes más nutritivas de las plantas (brotes...) y a lo largo del día tienen que hacer muchas comidas. En invierno rojo, cuando sólo hay que conformarse con cortezas arbóreas, zarzas, etc., pero reduce considerablemente la actividad para reducir las necesidades energéticas.

Con el verano viene la época de los amores y en este tiempo hay muchas peleas de machos. Si no hay alta densidad de hembras, el macho sólo tomará una hembra. El cortejo suele ser largo, el macho corre por detrás de la hembra hasta que ésta le permite cubrirlo. A continuación se produce la gestación retardada: el óculo fecundado permanece en el útero varios meses sin desarrollarse para que el parto se produzca en mayo o junio, en la época más adecuada. Cada hembra da a la mayoría de las veces dos crías vestidas con manchas blancas. Su periodo de lactancia dura unos tres meses y en 9-12 meses se separan de su madre.

En cuanto a su distribución mundial, el corzo se encuentra por Europa y el norte de Asia. Al igual que ocurre con otras especies de mamíferos, el peso de este animal es mayor a medida que se va desplazando hacia el norte y el este; en Siberia, por ejemplo, se pueden encontrar corzos de 50 kilos, ¡muy alegres!

Especie: Capreolus capreolus
Familia: cérvidos
Orden: artiodactilos
Clase: mamíferos

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