Esta última zona, concretamente la exterior, comenzaríamos haciendo mención al pueblo de Orio.
Los documentos indican que el municipio de Orio nació en 1379. Aunque inicialmente se movían en torno a la economía que ofrecía el hierro, el comercio adquirió gran importancia. Debemos pensar que el río Oria era un lugar imprescindible para pasar de un lado a otro. Por otra parte, el pueblo era mucho más pequeño de lo que vemos hoy, y hoy en día su aspecto inicial, estructurado y preparado para la defensa. Desde entonces se extendió en pendiente hacia el río, asentándose sobre marismas y riberas, principalmente por el desarrollo de la industria pesquera.
El último impulso lo ha dado el turismo, en el que sobre las playas y las dunas se han construido edificios de naturaleza irregular. Nuestra sociedad civilizada, que quiere apostar por la ecología, acabaría ya el camino emprendido y además tendrá a su disposición oportunidades y facilidades para conseguirlo...
La desembocadura del río ha sido testigo de una gran marisma y ribera que se extienden por el mar y por ella. Con el objetivo de ganar terreno a este sistema, el río se canalizó, realizando a menudo grandes rellenos para poder levantar la cota del terreno. Además, los riachuelos que discurrían hacia el río, sin considerar siquiera una ordenación mínima, se canalizaron de forma diferente, alterando el paisaje.
Con esto no queremos decir (¡ojala así sea!) Hay que dejarlo ahí, pero si hay que tener en cuenta todos los puntos de vista (y no unos pocos) para hacer las cosas. Después, a alguien se le ocurrió que pasar por la desembocadura a la autopista iba a ser una buena idea, y ahí están las consecuencias de esta obra.
En la actualidad, la playa de Orio ha quedado totalmente restringida y las zonas que quedan indican que en su día fue un sistema con un alto potencial ecológico, ya que dada la situación existente, existe un interesante número de especies de vegetación típica de estos sistemas. Destacan: Cakile maritima subsp maritima, Galium arenarium, Carex arenaria, Eryngium miritimum, Euphorbia paralias, Lagurus ovatus, Ononis repens var. maritima, Thymus polytrichus subsp. arcticuys, calystegia soldanella, Honkenya peploides, ...
Y muchas otras especies (quizá más del 50%) se han perdido desde principios de este siglo. En la actualidad, el sistema de dunas de playa está prácticamente destruido, pero la conservación de las partes de dunas que quedan al menos y la correcta ordenación de toda la zona en general sería beneficioso, al menos, con aspecto de jardín y no de cualquier tipo de partxeo. Por otro lado, la organización que le corresponde cuidar, aprovechar (y por qué no) el turismo debería tenerlo en cuenta.
Delante de la desembocadura del río Oria se encuentra a la izquierda esta preciosa playa. Sin embargo, las pistas y construcciones traseras hacia el lado de los diques y la barra han cegado este rincón. No obstante, dado el escaso volumen de las citadas edificaciones, se considera que el valor paisajístico de la zona sigue siendo considerado. Los distintos caseríos, prados y alcornoques situados sobre los que se asientan los zagueros de la parte trasera dan a esta zona un caramelo especial, siendo un lugar a preservar.
En la desembocadura del río se pueden ver los flysch costeros en las zonas izquierda y derecha. En esta zona aparece el flysch del Eoceno-paleozene, que aparece en la costa guipuzcoana, con presencia de areniscas y calizas pintadas principalmente. En esta zona veremos diferentes fenómenos geológicos: pliegues, diferentes procesos de movimiento, fósiles, ...
Sin duda, el aspecto geológico es muy importante y otro complemento de esta zona. Todos estos complementos son precisamente los que confieren una configuración global al río Oria y consideramos que desde esta perspectiva deberían plantearse criterios de protección.
El acantilado y la pendiente del mar, situados a la izquierda y derecha de la desembocadura del río, nos ofrecen una magnífica panorámica y son lugares idóneos para el avistamiento de aves marinas. Su vegetación es especialmente limitada a los acantilados (Plantago maritima, Crithmum maritimum, Asplenium marinum, ...). Subiendo por los acantilados, encontramos otros elementos. En los estratos erosionados y fisurados de arenisca del Flysch, la Vandenboschia speciosa, rara y rara garo, abedul, marojo, sauce y acebo, sobre el colchón espinoso de la otea, nos ofrecen sus matices. No podemos olvidar a Lilium pyreinaicum y Iris latifolia tan especiales como esbeltas. adaptadas tanto a las cumbres montañosas como a las laderas marinas. No hay que olvidar la típica silicícola Erythronium dens-canis y la escasa (sobre todo en la cota que hemos encontrado).
El recorrido entre el río Oria y las desembocaduras del río Iñurritza es único, de gran valor paisajístico, con una riqueza muy interesante como se ha mencionado anteriormente.
A finales de invierno y principios de primavera veremos unas bonitas flores amarillas. Son lilipas y, abriéndolas por todas partes, harán que nuestro recorrido sea bueno. Las especies presentes son dos: Narcissus pseudonarcissus supsb. pallidiflorus y Narcissus bulbocodium subsp. citrinus .
Partiendo de la playa de Oribarzar y tomando el camino que conduce hasta Zarautz, podremos contemplar unos hermosos alcornoques en las laderas de la derecha. Concretamente, en el artículo dedicado a este árbol (ver Elhuyar. Ciencia y Técnica nº 22. El lector puede consultar sus características y las particularidades de su entorno en abril de 1989.
En cuanto a la fauna demersal y al igual que en otras zonas, abordaremos la Zona 3, que es la que aparece en la desembocadura del río.
Como colofón a este apartado y a modo de resumen, nos interesaría echar un vistazo a los siguientes gráficos.
Como conclusión podemos decir que: La comunidad típica que aparece en el estuario del río Oria, aunque con un número reducido de especies, demuestra que el número de individuos es elevado, siendo fácilmente colonizables las zonas centrales e interiores del río.
En la zona exterior, el número de diversificaciones aumenta respecto a las otras dos zonas y tienden a disminuir progresivamente alejándose de la desembocadura.
Puede que el lector se pregunte: “¿Qué les pasará al río Oria y a los ecosistemas que le rodean?”. “¿Cuál es la actitud de las diferentes administraciones?”, “¿Qué dicen los biólogos, naturalistas y grupos científico-ecologistas?” ... Por nuestra parte, trataremos de explicarles algunas aclaraciones y propuestas que, en definitiva, tendrán que tener mucho peso.
En primer lugar y como referencia, especialmente en la última década, las diferentes Administraciones en el País Vasco han enumerado las áreas de interés naturalístico, que parece querer proteger, aunque rara vez se ha materializado la intención. Posteriormente, en cuanto a la zona, se recogen algunas de las zonas mencionadas en estos artículos. En la pasada legislatura el Departamento de Medio Ambiente, la zona de “Motondo”, en el “Mapa de Interés Botánico – Paisajístico de la CAPV”, puso de manifiesto que no es de extrañar que en otras ocasiones se vayan a llevar a cabo, con claras contradicciones entre las distintas administraciones.
Sin embargo, creemos que, como es real y lógico, debería aparecer y deseamos que estos artículos destaquen esa perspectiva. Esta zona debe considerarse dentro de una globalidad, eliminando los “mini-minimalistas”. De esta manera evitaríamos la realización de partxos y abordaríamos bien el problema desde donde hay que abordarlo. Pero vamos a la esencia.
A continuación se presentan los criterios que la Diputación Foral de Gipuzkoa utilizó en 1989 en el “Estudio de los espacios de interés naturalístico de Guipúzcoa” para la protección de los diferentes espacios naturales, que son discutibles. Ver “Elhuyar. Ciencia y Técnica” Vol. 29):
En base a estos criterios, trataremos de demostrar que debería ser un lugar de protección total.
En cuanto a los conocimientos ambientales, entre otras, las competencias que deben desarrollar los alumnos durante la Educación Primaria son las siguientes:
Debido al gran interés didáctico de la zona, será interesante trabajar en ella algunos de los bloques que se impartirán en nuestras escuelas y, además, si los puntos de referencia de estos bloques son objetivos generales (es decir, conceptos y procedimientos de los contenidos a desarrollar por el alumnado), nos parece muy interesante subrayar “valores, actitudes y normas” sobre el entorno.
La intervención humana en el medio ambiente y las consecuencias de su aprovechamiento y disfrute han generado serios problemas. Sin embargo, al ser una actividad cotidiana, dificulta la toma de conciencia de estas consecuencias. La educación de los valores conservacionistas debe ser constante, siempre combinando las implicaciones sociales e individuales de nuestro comportamiento. El objetivo de este Departamento es presentar unos valores que guíen esta intervención humana en el medio ambiente.
Siguiendo el espíritu de la reforma, y como hemos podido comprobar al analizar el entorno, si tenemos que tratar de trabajar valores, actitudes, normas, etc., también tenemos que evaluar estos, que nos presenta un “reto” pedagógico muy importante. No obstante, estos Diseños se han extendido a todos los centros y además cada centro puede realizar sus adaptaciones y aportaciones adaptadas a su situación. Por lo tanto, los educadores tenemos trabajo. Pero ¿por qué no enviar estos Diseños Curriculares a los diferentes Departamentos de Medio Ambiente de las diferentes administraciones y a los alcaldes de los Ayuntamientos?. Los Ayuntamientos de la localidad deberían potenciar el desarrollo de un Diseño Curricular que sea aprobado por sus escuelas. ¿No es así?
Por otro lado, las constantes opiniones economicista-políticas o la demagogía condicionan la conservación del espacio natural mediante argumentos pobres, inadecuados y falsos. ¿Hasta cuándo?