Por eso, la memoria JetFlash es una de las últimas joyas del progreso tecnológico. El último capricho de los amantes de la moda tecnológica. Sí, porque en esta memoria que tiene forma de caja metálica se pueden almacenar datos de ordenador, fotos, archivos de sonido y todo tipo de archivos.
¿Y qué tiene que ver? Muchas cosas, primero estética. Ahora que la tecnología está en constante renovación, ¿quién utiliza ahora el disquete? Nadie. En breve, los documentos que se vayan a llevar de trabajo a casa y de casa al trabajo se almacenarán en una cajita metálica en la memoria JetFlash.
De hecho, una señal muy relacionada con la estética es que al comprar esta memoria, la mayoría también da cordel para colgar del cuello. De este modo, el usuario puede llevar el último adelanto a la vista de todos parpadeando del cuello.
La memoria JetFlash tiene una tapa y al eliminarla aparece un conector. Es un conector USB a través del cual se comunican con el ordenador. Además, con este conector, la memoria toma electricidad desde el propio ordenador, no necesita enchufes ni pilas.
Después, conectarlo y utilizarlo, hay que actuar como un auténtico “plug play”. Por ejemplo, cuando introducimos un disquete, el ordenador designa en la memoria con la letra A; en este caso también el ordenador dará el nombre de una letra libre a la memoria JetFlash. Luego podemos coger los archivos que queremos y guardarlos en esa letra, claro está, la memoria JetFlash tiene más capacidad de almacenamiento de datos.
Mientras esto se esté haciendo, se encenderá una pequeña luz indicando que el proceso está en marcha. Durante este periodo es importante no interrumpir la comunicación, de lo contrario se pueden perder los datos. Una vez finalizado, podemos cerrar la tapa y llevar la memoria al lugar deseado. Por supuesto, los que no les gusta el collar también pueden llevar la cajita en el bolsillo.
La caja metálica cuenta además con un sistema de protección de la información. Basta con cambiar la posición de un botón para proteger los datos almacenados previamente. Y en aquellos casos en los que se quiera aumentar la certeza, existe la posibilidad de introducir una contraseña a través del software.
Además, no es necesario poner contraseña a toda la memoria. La memoria puede ser fragmentada, de manera que en un apartado de la memoria se almacenan los datos públicos y en el otro se puede introducir la contraseña y los datos privados. Estas distribuciones pueden ser modificadas en el momento que se desee, sin embargo hay que tener en cuenta que los datos que ya estaban almacenados previamente se borrarán, ya que es necesario una nueva ordenación de la memoria.
Pero una de las características más destacadas es el tamaño, que son muy pequeñas. Los más grandes sólo tienen 9 cm de largo y 2 cm de ancho. Sin embargo, en esta pequeñez se pueden almacenar multitud de datos. Existen memorias JetFlash con 32 MB, 64 MB, 128 MB, 256 MB, 512 MB, 1GB, 2GB y 4GB de capacidad. La de
4 GB ha sido lanzada recientemente.
Y, cómo no, la duración. Los datos introducidos en la memoria JetFlash se almacenan durante 10 años y pueden borrarse y grabarse un millón de veces. Por lo tanto, ofrece enormes posibilidades.
Hay otras opciones. Las memorias JetFlash M, además de almacenar información, permiten escuchar música. De hecho, en estos modelos se pueden guardar archivos MP3 y escuchar directamente los auriculares conectados. No solo eso, también tienen un micrófono para grabar.
En este caso, sin embargo, es necesario un montón para escuchar música. La memoria tiene autonomía para escuchar archivos MP3 durante 12 horas con una sola pila, y permite escuchar repetidamente la canción deseada, retroceder y avanzar, entre otras cosas.
Parece que los últimos días del lector de CD también se están acercando. Y es que la memoria JetFlash es mucho menor, más moderna, más bonita y más práctica. En definitiva, está preparado para el futuro. ¿Y nosotros?