La empresa ORONA nace en 1964 con la colaboración de dos grupos de trabajo que trabajan en la construcción en Donostia. En cualquier caso, hasta 1967 no se constituyó la estructura empresarial actual, hasta que adquirió la condición de cooperativa al amparo del Colegio Mondragón Corporación Cooperativa de Mondragón. Desde entonces es colegiado junto a otras empresas punteras en este momento.
Hoy en día ORONA no tiene mucho que ver con esta época. En este momento hay 920 personas trabajando en los 17 talleres que tiene la empresa. También ha constituido delegaciones en Gran Bretaña, Francia, Portugal e Italia. En cuanto a la producción, el 15% de los ascensores del Estado español se han realizado en ORONA.
El ámbito de actuación de ORONA es el relacionado con los ascensores. A pesar de que el sector de los ascensores de uso residencial era el principal antes de la puesta en marcha de la empresa, en la actualidad ha diversificado la producción y la oferta de servicios, proporcionando escaleras eléctricas, puertas y pasos para peatones y estructuras de grandes cubiertas. En este último campo ORONA realizó su trabajo más espectacular en 1992 para el polideportivo Sant Jordi de Barcelona.
Las primeras huellas de la Torre Onddi datan de 1994. Fue entonces cuando la empresa empezó a trabajar el laboratorio necesario para llevar a cabo sus investigaciones. Fruto de ello es la Torre Onddi, un magnífico probadero para el estudio de los ascensores. Detrás de la torre se puede apreciar la filosofía de control de la producción. Con el objetivo de huir de la dependencia de los centros de investigación, el probadero construido en el propio taller proporcionaría una vía óptima para el desarrollo de la tecnología local.
El diseño de la Torre Onddi es obra del arquitecto Luis Peña Gantxegi. La integración de la funcionalidad de la torre con el respeto al medio ambiente ha sido el criterio básico del proyecto. El carácter que se ha querido dar al proyecto ha llevado a los responsables de ORONA a rechazar muchos proyectos. Tras visitar la torre de pruebas de 127 metros que la empresa Express Lifts tiene en Northampton, su modelo metálico fue descartado porque, según los arquitectos, generaría un impacto ecológico excesivo en la ladera del monte Onddi.
De vuelta a Hernani se comenzó a trabajar. Si bien el diseño inicial preveía que la altura de la torre iba a ser de 86 metros, por razones que se analizarán posteriormente se decidió descender a 71 metros. ¡No es poco, nada!.
Se ha obtenido mediante encofrado de toda la estructura de la torre. Las plantas se han construido una a una, utilizando placas de hormigón prefabricado hasta llegar a la cima de la torre. Debido a la imposibilidad de realizar el hormigón armado en planta, desde la base de la torre han tenido que utilizar un sistema de bombeo especial que mantiene estables las características del hormigón. Debido al riesgo que supone trabajar a esta altura, se optó por modificar la estructura de la torre. Se basa en el modelo de planta de la cruz y tiene una altura de 71 metros que se divide en 24 plantas. La elección de la planta de la cruz ha ofrecido grandes ventajas, ya que los edificios son más manejables y permite dar diferentes funciones a cada edificio.
Por el contrario, la estructura de cuatro edificios originó problemas de rigidez. Se han utilizado juntas de mortero y estructuras especiales de tornillo para dar rigidez y firmeza a la estructura. Más que funcionalidad, es la estética el quebradero de cabeza que ha generado la Torre Onddi. Para poder integrarse con el paisaje ha sido necesario buscar una estructura “elegante”, consistente y a la vez ágil. Las características del hormigón y las técnicas de inyección del mismo fueron seleccionadas según este criterio. En consecuencia, los muros de la torre sólo tienen un espesor de 15 cm. El peso total de la torre es de 1.100 toneladas, 16 toneladas por metro de altura.
A pesar de la importancia concedida a la imagen exterior, la verdadera obra se desarrollará en el interior de la Torre Onddi. Como se ha comentado anteriormente, aunque se va a utilizar para testar ascensores, esto no será tan sencillo como parece, ya que el montaje y accionamiento de los ascensores es más complicado de lo previsto. Entre otras cosas, los sistemas de accionamiento deberán medir los movimientos y vibraciones del ascensor. Los sistemas de control establecidos dentro de la Torre Onddi permitirán analizar la interacción entre el ruido de los motores, los amortiguadores neumáticos y los sistemas de velocidad. Además, consideran que será más fácil evitar problemas derivados del uso conjunto de las redes de datos de ascensores y de construcción.
La principal función de Torre Onddi será acelerar el proceso de montaje de los ascensores que va a realizar ORONA. Esto se debe a que entre los procesos de montaje y producción suele haber una gran diferencia y el coste económico que ello supone repercute en el precio del producto final. Consideran que acelerar los procesos permitirá abaratar precios y ser más competitivos.