Para lograr estos dos objetivos se utilizan bolsas con CPDA (citrato, fosfato, dextrosa, adenina) en los Hospitales de la zona. La sangre mezclada con el CPDA puede utilizarse durante 35 días manteniendo entre 1ºC y 6ºC. Las células rojas o hematíes obtienen la energía necesaria para sobrevivir a partir de la dextrosa ATP y la adenina. El citrato es el que consigue mantener la sangre sin salar.
Sin embargo, en la sangre almacenada durante 35 días se producen algunos cambios, como por ejemplo, el porcentaje de glóbulos rojos que sobreviven desciende al 71%, se acidifica algo el pH, disminuye el nivel de ATP, etc. Sin embargo, estos cambios no tienen relevancia clínica.
La sangre extraída al donante se recoge en una de las tres bolsas comunicadas, donde se mezclan con el CPDA. Para lograr un mayor aprovechamiento se procede a la separación de la sangre en sus componentes, para lo que se utilizan unas grandes centrifugadoras. Aplicando velocidades de centrifugación diferentes y manteniendo la centrifugación en tiempos determinados, obtendremos diferentes componentes.
Células sanguíneas rojas o hematíes
Las bolsas formadas por estas células se denominan concentrados de hematíes. Para conseguir estos concentrados se quitan a la sangre el plasma y las plaquetas: en el primer paso la centrifugación dejará el plasma y las plaquetas en la parte superior de la bolsa y las pasaremos a la segunda bolsa a través de la prensa; en el segundo paso otra centrifugación dejará las plaquetas en la parte superior de la bolsa de plasma y las plaquetas en la parte inferior, de forma que el plasma pase a la tercera bolsa con la prensa. Se obtienen por tanto tres bolsas: una concentrada de hematíes, la segunda plaquetas y la tercera el plasma.
Las bolsas de sangre tienen un volumen de 500 ml, de los cuales 450 ml se llenarán de sangre, el resto corresponde al CPDA. El concentrado de hematíes tiene un volumen de 300 ml y los volúmenes de plaquetas y plasma son de 50 ml y 150 ml respectivamente. Los concentrados de hematíes se almacenarán en el frigorífico manteniendo la temperatura entre 1 C y 6 C. De esta forma se pueden guardar durante 35 días y si superamos ese plazo no podremos utilizarlos.
Los frigoríficos de sangre mostrarán su temperatura interna de dos formas: en un marcador digital y en un medidor que marca la temperatura actual en un papel. Este papel cambia semanalmente o mensualmente y nos da la grabación de las temperaturas de los días anteriores. Si la temperatura sale entre 1ºC y 6ºC, la nevera sonará una alarma audible y se encenderá una luz. Es conveniente que los frigoríficos y congeladores estén conectados a una fuente autónoma independiente de las fuentes de electricidad del hospital para que sigan funcionando de forma ininterrumpida.
La sangre es el fluido responsable de transportar el oxígeno a todos los tejidos del cuerpo humano y lo transporta en glóbulos rojos o hematíes. Disminución de la capacidad de transporte de oxígeno (hemorragias, anemias, etc.) podremos utilizar transfusiones de concentrados de hematíes. Sin embargo, si se puede curar la anemia con ciertos medicamentos o medicamentos, no se utilizará la transfusión. Como es sabido, la sangre para la transfusión se elegirá en función del grupo de sangre al que pertenezca (véase el número 55 de Elhuyar).
Plasma
El plasma es el fluido que nos queda tras eliminar las células de la sangre. Además de agua y electrolitos encontramos albúmina, globulinas gammáticas y factores de coagulación. Una vez donada la sangre, centrifugando como se ha mencionado anteriormente, se recogerá el plasma en una bolsa y para asegurar la estabilidad de los factores de coagulación será necesario congelar antes de 8 horas a una temperatura inferior a -30 C. Este producto se denomina plasma fresco congelado y se puede almacenar durante un año manteniendo la actividad de las sustancias necesarias para la coagulación de la sangre.
Utilizando los plasmas de muchos donantes de sangre, la industria obtiene una gran cantidad de productos derivados útiles: albúmina, proteínas, sal para cuajar que faltan los hemofílicos. factor, inmunoglobulinas, otros factores necesarios para la coagulación: II. VII. IX. X. etc.
Crioprecipitación
El plasma fresco helado es una parte insoluble que permanece en el plasma tras templar entre 1 C y 6 C. En ella se encuentran el 50% del factor de coagulación VIII presente en el plasma de origen, el 20-40% del fibrinógeno y el XIII. algo por factor.
Lo único que comentaremos es que es útil en dos situaciones en las que existen defectos en la coagulación de la sangre, es decir, en la enfermedad de Von Willebrand y en la hipofibrinogenemia.
Plaquetas
Son elementos creados a partir de células de la médula ósea que junto con los glóbulos rojos y blancos se encuentran en la sangre. El papel que juegan para la coagulación de la sangre con la ayuda de las numerosas sustancias que almacenan en algunos de los grumos que contienen es imprescindible. Sin placas no podríamos vivir; para no tener hemorragias es necesario tener un mínimo de plaquetas.
Hay situaciones (leucemias, enfermedades hepáticas, etc.) en las que la plaqueta puede aparecer insuficiente, por lo que se preparan para la transfusión, como ya se ha mencionado anteriormente. La bolsa formada por plaquetas separadas por centrifugación de una bolsa donada por un donante de sangre se llama concentrado de plaquetas o unidad. Es conveniente separar también las plaquetas cuando separamos el plasma de la sangre, es decir, antes de 8 horas. En el laboratorio tendremos plaquetas de una manera especial: A temperaturas entre 20ºC y 24ºC (suele ser la temperatura de la habitación) y en algunos batidores o rotadores que actúan sin parar. Si se dispone de ella, se podrán utilizar durante 5 días.
Consideraciones