Siempre ha estado preocupado por el origen de las cosas que le rodean. ¿Cuándo y cómo surgió el primer ser humano? ¿Y la Tierra? ¿Y las estrellas?
XVIII. En el siglo XIX Joan Bautista Bernik, catedrático de la Universidad de Valencia, dedujo que el mundo tenía menos de 6.000 años siguiendo un razonamiento basado en la Biblia (ver cuadro 1).
Desde entonces la edad del mundo ha crecido muchísimo, hoy entre 15.000 y 20.000 millones! Se estima que es un año. Lo que la ciencia lee en la naturaleza no es tan claro como lo que podemos leer en la Biblia. Por lo tanto, todavía quedan muchos problemas a debate e incógnita.
En cualquier caso, en este artículo hablaremos como si supiéramos la verdad correcta, sin ninguna duda. Porque nuestro objetivo no es responder a todas las preguntas, sino meter en una sola mano esas grandes cifras que, en lugar de enraizar en nuestra mente, nos marean.
Hace 15.000 millones de años no había nada, ni materia, ni espacio, ni tiempo, salvo un punto de densidad infinita. Entonces este punto estalló (el famoso Big Bang), iniciando un proceso de expansión. Esta expansión redujo la densidad y la temperatura, iniciando el mundo y fijando las leyes de la Física.
Y es que todo lo que vemos en nuestro mundo, cuando nos acercamos, se nota que está formado por partes más pequeñas. Estas partes, a su vez, están formadas por partes menores. Sin embargo, hay fracciones básicas que no se pueden dividir: quark y collares, así como cuatro fuerzas de unión entre ellos.
Hay seis collares, el más conocido es el electrón. Son seis los quarks, cuya combinación da lugar al protón. A partir de ahí, al igual que los muñecos rusos, se forma todo objeto, como se puede observar en el cuadro 2. También hay algo más que no es materia: energía, cuya parte más pequeña es el fotón.
Si sabemos todo esto, empezamos a explicar la evolución del mundo.
Como se ha dicho, todo comenzó hace 15.000 millones de años cuando este punto de densidad infinita explota. En aquel momento las cuatro fuerzas se unían en una sola fuerza y no existían diferencias entre materia y energía. Sin embargo, antes de un segundo después de la explosión, nacen las cuatro fuerzas actuales, la materia y los fotones se separan, la materia se dividió en leptoi y quarks, y los quarks formaron protones y neutrones. ¡Un montón de eventos en tan poco tiempo!
Pronto (en 3 minutos) unos protones y neutrones se unieron formando núcleos. Y así se mantuvo el mundo durante 500.000 años. Entonces los núcleos empezaron a retener los electrones que circulaban libres formando átomos.
En ese momento podemos decir que el Universo era una nube de hidrógeno y helio en expansión. Pero la nube no era como las de algodón, sino como una esponja. Por ello, desde el principio, 1.000 millones (109) años después, en los lugares donde más materia había, se produjeron contracciones por acción del peso, dando lugar a galaxias (ver figura 1). Nuestra galaxia (Vía Láctea) se reconoce que nació hace 13.000 millones de años.
Pero dentro de cada una de estas galaxias se repetía el mismo proceso con las nubes más pequeñas que estaban girando, que serían las primeras estrellas. Estas gigantescas estrellas tenían una vida relativamente corta y en su interior fabricaban carbono, níquel, hierro, etc., hasta entonces desconocidos. Cuando el combustible de las estrellas terminaba, estallaban, dispersando por el espacio nuevos elementos formados. Por ello, en el polvo espacial se podían encontrar todos los elementos.
Hace 4.800 millones de años una estrella estalló. La onda comenzó a contraerse una nube de gas y polvo lateral, formando en su interior el núcleo que es nuestro Sol. El polvo que giraba alrededor del núcleo se recogió en los planetas. En la tierra, la gravitación no permitió escapar de los gases que emitían los volcanes (CO2, CO, N2, NH3, CH4 y H2O). Por lo tanto, apareció atmósfera. Y una vez condensado el agua, los mares se llenaron.
La energía solar (entonces no existía protección de ozono) provocó moléculas orgánicas: proteínas, enzimas, etc... algún día, una molécula capaz de hacer copias en su forma. De ahí, hace 3.000 millones de años, aparecieron células procariotas (bacterias y algas verdeazules) que viven sin oxígeno. Las segundas producen oxígeno. Así, 1.000 millones de años después se hizo notar la presencia de oxígeno en la atmósfera, apareciendo algas que respiraban oxígeno hace 1.500 millones de años.
Posteriormente aparecieron varios animales de esqueleto duro y peces de ellos. La vida se extendió de mar a tierra, formando después de la fusión de anfibios, reptiles, mamíferos, aves y seres humanos.
La cronología detallada de este largo viaje se puede ver en el cuadro 3-A.
Hemos señalado la historia del mundo como un cuento. Además hemos incluido todas las fechas en una tabla. Sin embargo, ¿realmente nos damos cuenta de la proporción? No creo, no estamos acostumbrados a utilizar estas cifras. Pero hay una manera de dominar todos esos millones.
Resumiremos toda la historia del universo a un solo año, es decir, el Big Bang ocurrió el 1 de enero, mientras nosotros vivimos el 31 de diciembre. El resultado se muestra en el cuadro 3-B. Maravilloso, ¿no?
Dentro de un mes había galaxias y, por lo tanto, el universo que conocemos. Sin embargo, tardaron 8 meses en aparecer el Sol y la Tierra y casi diez meses en aparecer. La vida desarrollada sólo tiene una quincena. El País Vasco apareció ayer mismo, y el hombre, después de una hora de desarrollo, permanecía en las cuevas cuando faltaban 30 segundos para escuchar las campanas del Año Nuevo.
¿Qué había antes del momento cero? La respuesta que nos da la ciencia no es nada cómoda. Y es que esta pregunta no tiene sentido. ¿Pero por qué? ¿Es un tabaco prohibido? Tenemos que hacer un pequeño esfuerzo para entenderlo bien.
Normalmente, cuando pensamos en el desarrollo del Universo, nos imaginamos como un globo que se expande en la habitación vacía y oscura en la que estamos. Por eso podemos preguntar qué había fuera del globo o antes de empezar a expandirse. Pero esta imagen no es correcta porque no hay habitaciones. Nosotros estamos dentro del globo. Nuestros conceptos de tiempo y espacio no existen fuera del Universo. Son características de este mundo y se “inventaron” con la explosión. Por lo tanto, no hay antes cuando no hay el mismo tiempo. Ni fuera donde no haya espacio.
No es tan difícil si lo intenta entender. Sin embargo, si quieres, hay explicaciones mucho más sencillas en la base de cualquier religión.