La migración como guía de la pesca

Cada año, en marzo, llega el verdel por el noreste del Golfo de Bizkaia, donde los pescadores de Hondarribia esperan. En abril aparece la anchoa y es entonces cuando corresponde a los vapores de bajura de nuestros puertos. El próximo mes de junio, sin embargo, el objetivo es el bonito y el atún rojo que han abandonado la anchoa y han llegado al Golfo de Bizkaia para alegrar los bolsillos de los pescadores de la costa y, cómo no, saciar los tripas de todos nosotros. Estímulos procedentes del cielo Campos magnéticos Corrientes Olfato La temperatura El caso de la anchoa Casos de atún y bonito El caso de la merluza El caso del salmón
BIBLIOGRAFÍA

“No hay obispo que no haya sido sacerdote”. No nos fijaremos en el tema eclesiástico, pero sí en la influencia de la experiencia o la vida marina en el comportamiento de nuestros arrantzales.

En este sentido, la ciencia pesquera, incluida la migración de peces, se ha aprovechado de lo aprendido durante años por los hombres del mar y de las experiencias vividas de generación en generación. Los pescadores siempre han seguido en mar abierto las especies que les interesaban y, de paso, y a veces sin darnos cuenta, han dibujado perfectamente las rutas migratorias de estas especies. Convertir el conocimiento popular sobre las migraciones en hipótesis científicas y confirmar esta hipótesis ha sido el verdadero reto de las ciencias marinas. Nuestro relato tendrá como objetivo el último enlace de esta cadena que a menudo se rompe fácilmente: socializar este trabajo científico.

¿Qué es la migración?

Antes de materializar el esqueleto de esta historia, intentemos situar el tema. ¿Qué es la migración? En el diccionario enciclopédico Harluxet el término migración se define como: “Algunos tipos de peces, aves, insectos y otros animales en el entorno (estaciones, clima, variedad de alimentos, etc.) en busca de uno más adecuado, el cambio de hábitat que realizan y que supone un desplazamiento intermitente entre ambos hábitats”.

La ciencia pesquera, incluida la migración de peces, se ha aprovechado de lo aprendido durante años por los hombres del mar y de las experiencias vividas de generación en generación.
P. CERMEÑO

Esta definición, muy amplia, recoge la mayor parte de los tipos de migración de los peces que se indican a continuación y será de utilidad para nosotros. Para llevar a cabo el cambio de hábitat que se define, en ocasiones son muy largos los desplazamientos, en otras ocasiones cortos, mientras que el cambio de hábitat se produce a través de los océanos, en otras ocasiones desde el mar a los ríos y viceversa. Entre los motivos que se esconden bajo un entorno más favorable, a veces prevalece el criterio de la opción alimentaria, mientras que otras veces prevalece la búsqueda de lugares más adecuados para la reproducción o lugares de vida ambientalmente más ricos. A veces... y así hasta formar una lista larga e interminable. Vayamos paso a paso a responder a las siguientes preguntas en nuestra breve narración.

¿Por qué y para qué hacen las migraciones?

A la hora de explicar el porqué de las migraciones, debemos desembarcar muchas razones diferentes, aunque la más habitual es la conocida como migración reproductiva. Durante la migración reproductiva, el animal viaja desde la zona de alimentación hasta las zonas reproductoras. Su objetivo es la reproducción y se traslada de una zona apropiada para la supervivencia del animal adulto a una zona más adecuada para los huevos y las larvas. Así pues, tras la reproducción y guiado por el estómago, toma la ruta migratoria de regreso (Figura 1).

Figura . Modelo de migración reproductiva de peces (oceanódromo). El modelo que se muestra en la figura es el más complejo, pero en general las regiones de invernada y alimentación de los adultos son las mismas. Sin embargo, dependiendo de la época de puesta de la especie, los peces adultos realizan distintos movimientos. (Foto: ADAPTADO de DINGLE (1980).

Sin embargo, otras migraciones no tienen relación con la reproducción y se realizan con la intención de buscar fuentes de alimentos útiles o condiciones de vida más adecuadas en cada momento.

Por otro lado, teniendo en cuenta el cambio de hábitat que se produce a la hora de llevar a cabo estas migraciones, podemos lanzar una nueva clasificación de los tipos de migración. Así, si la migración es entre mares y ríos decimos que es una migración diadrómica. Sin embargo, cuando el traslado se realiza en la misma zona, la migración se realiza por zonas: migración oceanodrómica (el desplazamiento se produce en el océano o en el mar) y desplazamiento potadrómico (el movimiento se produce a través del río).

Mención especial merece la migración diadrómica. Los animales que llevan a cabo esta migración, en determinadas épocas, se dirigen hacia el agua dulce o al revés, generalmente con fines reproductivos. Las diadromías pueden ser de tres tipos: anadromía, catadromía y anfidromía (Figura 2).

Figura . Diferentes migraciones clasificadas en función del cambio de hábitat. (J): nacimiento, (U): reproducción y (H): crecimiento. (Foto: Desde GROSS (1987).

Las especies anadrómicas nacen en aguas dulces, los juveniles migran al mar para residir en él, y luego vuelven a reproducirse en aguas dulces; entre este tipo de especies migratorias, lamprea, salmón, esturión, etc. las tenemos. Por su parte, las especies catadrómicas, tras nacer en el mar, se dirigen a los ríos para pasar la mayor parte de su vida en este medio, aunque retornen al mar a la puesta; los ejemplos más conocidos de estas migraciones son las anguilas y las angulas. Por último, la especie anfidroma realiza durante su vida varias migraciones de un lugar a otro, y la reproducción se produce en uno u otro lugar.

De momento, sólo hemos aclarado dos respuestas a las cuestiones planteadas anteriormente. Vamos a seguir buscando más respuestas.

Mecanismos de migración

Los movimientos de los peces han fascinado a lo largo de los siglos al ser humano, más aún cuando se constata que en las mismas estaciones recorrían miles de kilómetros para volver a los mismos lugares. Así pues, nos viene a la cabeza la pregunta que ha perdurado durante años: ¿cómo orientan el camino y qué mecanismos han desarrollado para buscar su destino?

El pescador, y el hombre en general, ha conocido durante siglos la existencia de migraciones piscícolas y, además, cada año, durante la misma estación, sin apenas faltar, el acceso a una rica fuente de alimentos se ha convertido en un fenómeno común.
H. MURUA

Los científicos han explicado varias explicaciones sobre la orientación de los peces: campos geomagnéticos y geoeléctricos, corrientes, olfato, cambios de temperatura, cambios de salinidad, luz solar y polarizada, etc. La explicación de todas estas razones y la descripción de todos los mecanismos nos va a costar mucho, no es el objeto de este artículo, sino que algunos ejemplos sencillos van a permitir comprender mejor estos mecanismos.

Orientación solar: hoy en día está bastante claro que los peces, al igual que los pájaros, se sirven del sol para orientarse. Si los peces encuentran buenas condiciones de luz y cielo, detectan los cambios que se producen en el ciclo solar diario y utilizan esta información para orientarse en el agua. Para ello, los peces deben ser conscientes de los cambios que se producen en el altitu (ángulo formado por los rayos solares respecto al plano vertical) y en el azimut (ángulo que forman los rayos solares respecto al plano horizontal). Sin embargo, tanto en días nublados en los que no hay sol, como por la noche, intercalan otros mecanismos para orientarse en el agua.

El hecho de que los peces sean dueños de un compás magnético supone ser capaces de percibir y orientar el campo magnético de la tierra. Son abundantes los peces con esta sensibilidad, como los de la subclase elasmobrankio, los de la orden angiliforme, los salmones del género salmo y los túnidos.

Los movimientos de los peces han fascinado durante siglos al hombre.
M. ARRAZOLA

Las corrientes de agua, además de servir para el transporte de huevos, larvas y peces adultos, pueden provocar señales de orientación que puedan detectar peces. Una vez encontrada la corriente de agua, el pescado puede orientarse en corriente y nadar a su favor o en contra.

El olfato que utilizan los peces para orientarse en su camino fue el primer mecanismo propuesto para responder a la pregunta de cómo se orientaban. Se da sobre todo en especies que realizan migración anadrómica. Los peces aprenden el olor característico del río que ha sido su lugar de nacimiento en una fase temprana de su vida y, posteriormente, el descubrimiento de este olor es lo que guía la evolución de la migración reproductiva. Ese olor aprendido empuja al pez al río que ha nacido, sin apenas vacío, a reproducirse.

La temperatura parece ser el factor ambiental más importante que desencadena la migración de peces. Además, tanto directa como indirectamente, tiene una gran influencia sobre los mecanismos de orientación de los peces. El movimiento de muchas especies migratorias está condicionado por el cambio de temperatura y siguen sus viajes con sus isotermas favoritas.

Esta respuesta a la temperatura puede ser directa, a una temperatura determinada o indirecta, asociada a la abundancia de alimentos. Los bloomas del plancton están relacionados con los cambios de temperatura, por lo que el pescado busca la temperatura adecuada para encontrar alimento.

Investigación de migraciones

Figura . Marcado de un arenque.

Como se ha mencionado en la introducción, el pescador, y el hombre en general, ha conocido durante siglos la existencia de migraciones piscícolas y, además, la disponibilidad de una rica fuente de alimentos en la misma estación del año sin apenas faltar, se ha convertido en un fenómeno común. En muchos casos, las comunidades costeras también dependen de estas migraciones para asegurar su supervivencia. Así pues, ¿cómo investigar las migraciones?

El método de investigación de las migraciones más extendido, útil y a la vez más útil en el último siglo ha sido y sigue siendo el marcado de pescado. A través de estas marcas de identificación de peces se obtiene información muy útil para dibujar las rutas de migración de los peces. En las siguientes líneas trataremos de asimilar este método de una manera sencilla y comprensible: una vez que el pescado ha sido capturado vivo y recibido información sobre el mismo (fecha del marcado, posición, peso, longitud, estado, etc.). ), se marca y se vuelve a dejar en su medio natural, el agua.

La marca colocada al ejemplar (figura 3) contiene un código y el nombre y dirección de la persona o entidad que lo marca (para saber a quién se le debe devolver). Así, una vez que el pescado ha sido recapitado, junto con la recogida de la marca, se vuelven a medir los mismos datos. En consecuencia, aunque no se conozca la trayectoria completa de este pescado, también sirve para conocer el desplazamiento que ha realizado y su crecimiento en ese tiempo.

Figura . Diferentes tipos de marcas utilizadas en la investigación de migraciones de peces. (A) Marcas convencionales, (B) Marcas pop-up y (C) Marcas internas y de archivo.

La simplicidad de este método es evidente y no presenta grandes dificultades para llevarlo a cabo. Sin embargo, son tres los inconvenientes que podemos encontrar en el método mencionado: la pérdida de marcas, el daño que ocasiona a los peces y la baja probabilidad de recuperar la marca (bien porque el pescado no se ha recapitado o bien porque la marca no ha llegado a manos de los investigadores).

A pesar de ser un método tan sencillo y sencillo, en las últimas décadas se ha producido un gran avance en este campo de investigación. Por ello, hay una gran diversidad y variedad en torno a las marcas, como para escribir otro artículo, pero nosotros sólo les ofreceremos una supervisión. En general, existen dos tipos de marcas:

  • Marca externa: se inserta en la piel de los peces y es visible para el observador.
  • Marca interna: se inserta dentro de los peces. Al no ser espectacular para el observador, podemos detectarlo de dos maneras: mediante la implantación de una marca externa especial o mediante sensores con diferentes industrias tras la pesca del pescado.

Tanto las marcas internas como las externas pueden ser de distinta naturaleza (figura 4):

  • Convencional: soporte con un código y una dirección.
  • Marca pop-up: recoge la posición del pescado, la profundidad y la temperatura del agua cada hora. La información obtenida se recibe vía satélite, cuando la marca emerge en una fecha determinada previamente programada (Figura 5).
  • Interno y de archivo: como los pop-ups, pero es una marca interna. Esto recibe la temperatura del animal y del agua (tiene una extensión al exterior).
Figura . Un atún con la marca pop-up.
B. BLOCK

Sin embargo, existen otras formas de investigar las migraciones. Por un lado, las capturas de las diferentes flotas transmiten gran cantidad de información, como por ejemplo, observando las capturas de cada estación del año, nos hemos dado cuenta de la evolución de las diferentes especies. En distintas épocas del año, la misma especie de pescado no se captura en el mismo lugar y este hecho, al menos cualitativamente, permite dibujar rutas migratorias. Por otro lado, los parásitos de un animal también pueden ofrecer información útil. Esta técnica se aplica cuando el pescado se contamina por un parásito localizado. Así, una vez que se ha producido la migración, si el pescado parásito se pesca en una zona en la que no vive el parásito, podemos saber dónde ha comenzado el desplazamiento que ha hecho el pescado y dónde ha terminado.

¿Y todo esto afecta a la pesca?

El lector rápido, tras fijarse en el título, ya se hubiera dado cuenta de que la respuesta es afirmativa. Como ya se ha mencionado, a lo largo de los siglos, diversas comunidades costeras quedan sometidas a migraciones piscícolas esperando el apoyo de una determinada estación. Conocemos las pesquerías que se aprovechan de la migración en todo el mundo, y aunque no es posible mencionar todas en este artículo, trataremos de resumir ejemplos cercanos.

El verdel, después de pasar la temporada estival hasta el invierno en el norte de Europa, a principios de marzo, haciendo caso de la migración reproductiva, entra en la costa de Hondarribia por el este del Golfo de Bizkaia. A medida que avanza la época de desove, se dirige hacia el oeste por el mar Cantábrico, antes de comenzar de nuevo en verano el largo camino hacia el norte (Figura 6).

Figura . Modelo migratorio de verdel (basado en la hipótesis de una sola población). (Foto: A. URIARTE).

Aunque no está muy claro dónde pasa el invierno, nadie sabe dónde pasa la primavera. La reina de la flota de bajura aparece cuando el agua del Golfo de Bizkaia tiene una temperatura adecuada para la anchoa, para poner en marcha su temporada de cría.

El bonito y el cimarrón que explota la flota vasca de bajura son especies que realizan largas migraciones. El Atlántico se desplaza por diferentes épocas y fases de la vida buscando las condiciones más adecuadas para vivir y reproducirse. Así, los ejemplares adultos, tras su puesta en la zona reproductora del mar Caribe desde abril hasta septiembre, migran a las zonas de invernada (Atlántico Medio) para pasar el invierno (Figura 7). Por otro lado, los juveniles de bonito pasan los cuatro primeros inviernos de su vida con los adultos en la zona de invernada.

En las distintas épocas del año, la captura de una misma especie de pescado no se realiza en el mismo lugar, hecho que, al menos cualitativamente, permite dibujar rutas migratorias.
M. ARRAZOLA

A la llegada de la época reproductiva, aún no tienen capacidad reproductiva y se dirigen durante el verano al Golfo de Bizkaia para alimentarse. Sin embargo, el atún rojo (figura 8), tras nacer en la zona de puesta del Mediterráneo y pasar su primer año en la costa marroquí, durante el verano migra hacia el Golfo de Bizkaia para llenar la tripa. Hacia el invierno regresa a la costa marroquí. Una vez llegado a la madurez, regresa al mar Mediterráneo y allí pasa todo el año, aunque algunos ejemplares viajan en verano hasta Noruega.

En época de desove, en busca de las condiciones adecuadas, se cree que se produce una migración sur-norte. Así, cuando comienza la época de puesta, entre diciembre y febrero, tanto la captura como la mayor cantidad de merluza se da en la zona sur del golfo de Bizkaia. A medida que avanza la época de puesta migra hacia el norte y durante los meses de junio y julio se encuentra en el mar de Irlanda.

A pesar de que hace tiempo no hay demasiados ejemplos de esta migración, nuestros abuelos recuerdan que antiguamente veían salmones saltando por el río (Bidasoa, Urumea, etc.). Los salmones adultos remontan el río entre diciembre y enero.

A pesar de ello, la flota vasca intenta sacar el máximo partido a las especies migratorias de temporada. “De temporada” nos aconseja un cocinero vasco conocido por todos. Si combinamos este juego de palabras con nuestra cultura gastronómica, es fácil advertir qué especies visitan nuestra costa siguiendo sus rutas migratorias. El anciano ele, zuhur ele, conduce la migración pesquera.

Figura . Modelo de migración del bonito.
H. ARRIZABALAGA
Figura . Modelo de migración del atún rojo.
H. ARRIZABALAGA

Orientación, navegación y pilotaje

Los peces, y en general muchos grupos de animales, tienen capacidad de desplazarse, orientarse, pilotar y navegar, y utilizan estos tres mecanismos para llegar a su destino en migración desde un punto.

(Foto: Desde MCKEOWN (1984).

Imaginemos que un pez está en el punto de origen de su migración y que su destino es la desembocadura de un río. Este pez, mediante un mecanismo de orientación (rayos solares, campo magnético, etc.), toma una dirección y se dirige hacia su destino. El pescado se encuentra en el caso A. Orientando. Supongamos ahora que la corriente u otros factores hacen que el mismo pez se desplace por el camino (caso B); está claro que manteniendo la orientación anterior (flecha con guión) se perderá. En consecuencia, con la ayuda de un estímulo que ha recibido, navega para llegar al destino.

La navegación es una corrección orientativa (flecha continua). En el caso C, sin embargo, el animal se ha desplazado y ha perdido el estímulo para llevar a cabo la corrección (flecha equivocada). Entonces, perdido, comienza a pilotarse (puede hacer un mapa con ayuda de marcas o estímulos del entorno) en busca del estímulo que necesita. Una vez localizado este estímulo, comenzará a navegar y orientarse hacia el destino.

Por tanto, no es posible orientarse si el pescado no es capaz de navegar o pilotar. Cada mecanismo está relacionado con el otro y la capacidad de llevar a cabo las tres acciones permitirá que el pescado llegue a su destino.


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