Luchando contra los terremotos

Cuando la tierra empieza a vibrar, la gente también empieza a temblar. Aproximadamente dos mil millones de personas viven en lugares con alto riesgo de terremotos. Los hechos ocurridos en Tangshan (1976), México (1985) y Armenia (1988) en China no son más que una sencilla muestra de los terremotos.

Junto a las escalofriantes cifras de muertos, no hay que olvidar que cada año los daños económicos medios superan los mil millones de dólares.

En la actualidad, los altos edificios existentes en nuestra sociedad, los transportes de alta velocidad, las tuberías de gas, los depósitos de agua y las centrales térmicas y nucleares pueden incrementar las matanzas generadas por el terremoto. En estos momentos son muchos los estados que están investigando para prevenir los terremotos. La idea de que el impacto de los terremotos no sólo en los edificios, sino también en los planes generales de desarrollo es cada vez más aceptada.

El edificio de la imagen no se ha destruido completamente por la influencia del terremoto en su diseño.

Si bien en el ámbito europeo pueden darse en casi cualquier lugar, la zona mediterránea es la que más muertos ha tenido. Ver tabla adjunta.

África y Arabia están ejerciendo una presión creciente en Eurasia, que se refleja en la zona mediterránea. Grecia es la tierra con más terremotos; casi todos los días se puede decir que hay algún terremoto. A principios de siglo, es decir, entre 1903 y 1932, los mayores terremotos, es decir, 7 o más intensos en la escala de Richter, se produjeron en el norte. El sur fue la zona más afectada por los terremotos ocurridos en las cuatro décadas siguientes y en las dos últimas el norte ha vuelto a ser la zona más castigada.

Ante esta situación, el Gobierno griego creó en 1983 la Organización para la Protección y Prevención del Terremoto (EPPO), a la que posteriormente el Consejo Europeo ha dado apoyo y difusión. Hasta el momento el trabajo del PGPUE ha sido formativo, tanto a nivel de ciudadanía como de gobierno o administración. Como consecuencia de este trabajo, el gobierno griego ha elaborado una planificación que tiene en cuenta todos los estratos de la sociedad y, por lo tanto, desde los ministros hasta los estudiantes, todos saben qué hacer en caso de terremoto. Paralelamente, se están desarrollando investigaciones técnicas, tanto en la actualización de estándares constructivos como en suministros de agua, energía o comunicaciones.

En el pasado, las bases constructivas impuestas por los ingenieros eran consecuencia de un terremoto reciente. Pero como no todos los terremotos tienen las mismas características, es necesario modificar las normas de construcción. Para ello, la Universidad Técnica de Atenas cuenta con el tablero sísmico más avanzado de Europa, lo que permite estudiar estructuras con un movimiento de hasta seis grados de libertad.

La predicción de terremotos supondría un avance espectacular, pero hasta ahora se ha logrado en muy pocos casos. En 1975, en la ciudad china de Hai Txeng, las autoridades locales consiguieron adelantarse al terremoto porque las personas fueron expulsadas de la ciudad. Así fue muy pocos muertos. Pero éste es el único caso en el que se ha logrado el éxito en esta materia. A veces no ha habido previsión y, por lo tanto, ha habido grandes matanzas. En otras ocasiones, en California, por ejemplo, hubo predicciones falsas; después de poner los medios no hubo nada.

Una vez consciente de la importancia de la predicción, el principal problema no es sólo detectar señales que predicen un terremoto, sino conocer cuándo puede ocurrir el mismo, ya que no se pueden mantener las ciudades de las zonas de terremoto siempre vacías.

Como señal de aviso, cambio de frecuencia de la microlurrica, cambio de velocidad de las ondas sísmicas, movimientos del pavimento, cambios en el nivel del agua, etc. se toman. Los japoneses, por ejemplo, analizan 24 fenómenos diferentes en el sistema de avisos en tiempo real. Para los científicos griegos los cambios en las corrientes electrotelúricas son, sobre todo, de especial importancia.

Los equipos láser permiten estudiar con la ayuda de los satélites los cambios de distancia que se producen en la superficie terrestre.

Sin embargo, todos los sismólogos afirman que está en los inicios de la predicción sísmica. Por lo tanto, todavía hay que analizar los distintos eventos y establecer la relación de éstos con el terremoto.

La predicción más básica que se puede hacer es que si una ciudad ha sufrido un terremoto, algo antes o después sufrirá otro. Por eso, aunque es comprensible que la gente quiera volver a construir el pueblo destruido en el mismo lugar, no es nada apropiado.

Pero, ¿se pueden predecir grandes terremotos?

Los movimientos entre placas causantes de la mayoría de los terremotos no pueden paralizarse, pero hay quien piensa que la tensión que se genera en estos movimientos puede liberarse en pequeños y numerosos terremotos. Para ello, se ha propuesto inyectar agua en las grietas del suelo o hacer volar bombas nucleares a grandes profundidades, pero de momento las propuestas mencionadas son de ficción.

A la vista de las propuestas y de las masacres provocadas por los terremotos, cada vez son más las instituciones que están surgiendo para poder realizar estudios sobre el terremoto. Sin embargo, en la mayoría de las instituciones el objetivo es la formación, es decir, la socialización de las medidas inmediatas a tomar en caso de terremoto. Junto a ello, cabe destacar que los parámetros que se tienen en cuenta en el diseño de los edificios por los terremotos son cada vez más fiables, pero asegurar que mañana se producirá un terremoto terrible es por ahora equivalente al sueño.

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Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila