Copenhague, aprovechamiento carrizal

Mapa de distribución de Copenhague en el País Vasco.

A nuestro alrededor se encuentran los lagos, pantanos y marismas, junto con otros, los ecosistemas con mayores niveles de producción, por lo que la densidad y diversidad de los seres vivos que los habitan son también muy notables. Las aves, por su parte, han cosechado un gran éxito en estas zonas, donde, además de la abundancia de alimentos, pueden encontrar escondites y refugio para sobrevivir y nidificar. Además, y debido a la capacidad de vuelo de estos vertebrados, no tienen problemas para moverse por las zonas regadas, lo que les aporta una gran ventaja frente a otros vertebrados terrestres.

Copetazuria es un ave con forma de gallinas, excéntrica y fácilmente reconocible en la familia de los rálidos.

Todo ello hace que los pantanos, lagunas y charcas sean un auténtico paraíso para las aves, cuya densidad y diversidad de especies puedan ser muy elevadas. Sin embargo, con el fin de evitar la competencia entre ellas, las especies se han especializado enormemente, consolidando notablemente sus nichos ecológicos. Hay varias especies adaptadas para vivir en aguas libres. Otra máquina es la que circula por la vegetación acuática. Sin embargo, unos pocos se han adaptado a vivir en las fronteras entre estos dos mundos, y es un ejemplo de esta copiloto. ¡Y un ejemplo curioso!

Copetazuria (Fulica atra) es un ave curiosa y reconocible, clasificada en la familia de los rálidos. Su plumaje es casi totalmente negro y presenta escudos y picos blancos sobresalientes en la zona de la frente. Por otra parte, su aspecto es redondo y robusto, ya que sus aletas son cortas para su tamaño. Por ello, aunque el tamaño de la frente puede alcanzar entre 35 y 40 cm de longitud y entre 500 y 900 g de peso, su ancho de vuelo es de 70-75 cm. Esto le hace muy difícil despegar del agua, y tiene que hacer grandes carreras en la superficie antes de alcanzar la velocidad de despegue.

El nido es una estructura flotante construida tanto en el interior del carrizal como a base de árboles o arbolado autóctono.

Como ya se ha mencionado, la cofradía es una población fronteriza entre carrizales y aguas libres, que puede apreciarse tanto en su forma de vida como en sus peculiaridades anatómicas. De hecho, la brevedad de sus laderas, y por tanto la dificultad de despegar, es característica de la mayoría de las aves capaces de sumergirse en el subsuelo. Y como la cofradía se alquila sumergiéndola sobre todo en prados submarinos situados en las proximidades de las aguas libres, para lo que disponía de largas aletas. Por otra parte, el copenhete tiene dedos con pliegues membranosos que ayudan a mejorar la adaptación al nado.

Pero si se observan peligros, la cofradía busca refugio ocultando carrizales y descubre la tranquilidad y el descanso dentro de la densa vegetación de la zona. Así pues, además de estar adaptados a nadar, los dedos de la copenhague suelen ser largos, idóneos para moverse adecuadamente entre los carrizales y las ramas de los puentes circundantes. Y así, el copenhague reúne las características de las aves buceadoras de aguas libres y especializadas en vivir entre plantas, pudiendo sobrevivir en las fronteras de ambos mundos.

A pesar de la tendencia a vivir en grupos, la copenhague tiene una gran territorialidad.

Por otra parte, la copiloto es un animal gregario, pero esta tendencia se acentúa especialmente en invierno. Y es que en esa época se unen a los habitantes del País Vasco los ejemplares que nos vienen de norte de Europa como invernantes. A pesar de la tendencia a vivir en grupos, la copiloto es territorialista y las luchas entre ellos son frecuentes. Según algunos autores, la jerarquía entre estas aves parece estar determinada, entre otras cosas, por el tamaño del escudo de la coronilla del animal, que de alguna manera sería indicativo de la época del ave.

Sin embargo, es frecuente ver copetazurias en las que las plantas subacuáticas se hilvanan entre sí, lo que a menudo provoca la lucha entre dos copetazurias. Con la llegada de la primavera, y como ocurre en la mayoría de las aves, también aumenta la territorialidad de la focha, siendo la defensa de la zona del nido el trabajo de la macho y la hembra, donde se pueden ver también peleas de pareja.

Todos los pollos nidifugo tardan dos o tres días en nacer. Nacen y a los dos o tres días los pequeños son capaces de dejar el nido.

La época de reproducción comienza a partir del mes de abril, con la realización de dos chitazos anuales. El nido es una estructura flotante construida dentro del carrizal o ligada a árboles o arbustos autóctonos (formada por materiales procedentes de carrizales, aneas y demás plantas acuáticas) y su preparación es obra del macho y la hembra. Cuando el nido está listo, la hembra pone entre 6 y 9 huevos durante una semana -uno al día-. Estos huevos suelen ser subelípticos, de 50-55 mm de longitud y 35-38 mm de anchura, gris parda claro y pintados de pardo oscuro o negro. En cualquier caso, las focas pueden ser parásitas a las especies en forma de nido, y este ave irreverente puede poner huevos en los nidos de sus compañeros antes de finalizar su nido.

El chiteo se prolonga de 22 a 25 días y este trabajo lo realizan los dos miembros de la pareja. Después de este periodo, claro está, nacen los pollos nidifugos, pero para que todos nazcan se necesitan dos o tres días. En cualquier caso, dos o tres días después de nacer, los pollos son capaces de abandonar el nido, comenzando inmediatamente a nadar tras los adultos. Nos pueden ofrecer un espectáculo increíble, todavía casi calvo, y vestidos de collares y plumillas rojas del rostro y amarillo llamativo, los esfuerzos de estos divertidos pollos que intentan perseguir a sus padres como pueden. Sin embargo, una vez abandonado el nido, los jóvenes de Copenhague necesitarán dos meses antes de conseguir su total independencia, durante los cuales viajarán con su padre o su madre. Al principio serán los padres quienes les lleven la comida al pico, pero los chites aprenderán qué comer y dónde buscar la comida. Por otro lado, los padres también pueden iniciar otro festival a pesar de que los chavales estén cerca.

Copenhague es una población de los límites entre carrizales y aguas libres.

En cuanto a la alimentación, la coquetazuria es sobre todo un ave fitófaga y generalmente de plantas de pastos submarinos (Poligonium amphibium, Groenlandia... ), se alimenta de nuevos brotes en las orillas del carrizal o de vegetación de ribera. Pero al igual que la mayoría de las especies que se alimentan de vegetales, cuando llega la primavera, el copenhague también consume animales para satisfacer sus necesidades de calcio y proteínas. Por ello, en su dieta caben una gran cantidad de invertebrados, anfibios, peces pequeños, etc. aparte de las plantas. Además, y como hemos podido comprobar en la pasada primavera, también puede explotar los huevos de otras aves acuáticas, rompiendo la concha y comiendo el interior. De hecho, pudimos ver que la cofradía explotó tres nidos del gran carpintero (Podiceps cristatus), por sorprendente que fuera.

Según lo dicho, la cofradía es una especie típica de los medios húmedos para sobrevivir, necesitando de vegetación acuática y carrizal. Sin embargo, sus necesidades no son excesivamente estrictas y, al menos en el País Vasco, es el ave que aparece en la mayor parte de los lagos y embalses de nuestro territorio, si bien estos espacios no son muy numerosos. Por otro lado, en las marismas de Muskiz existen varias parejas que también habitan en las estaciones de los ríos Zadorra y Ebro. Las parejas que se reproducen en Euskal Herria, por su parte, son sedentarias, pero como ya se ha mencionado, a partir del otoño llegan a pasar el invierno muchas unidades que provienen de los territorios nórdicos.

FICHA TÉCNICA FOCHA COMÚN

ESPECIE: Fulica atra

FAMILIA: RÁLIDOS

ORDEN: GRUIFORMES

CLASE: AVES

Babesleak
Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila