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Al igual que en blanco y negro, para el revelado de la película no se necesita laboratorio, pero se necesitan más productos, por lo que tendrás que tener más recipientes para guardarlos. El termómetro puede servir, pero sólo si es preciso a temperaturas cercanas a los 38º. No se necesita mucho más material, pero tanto las películas como los baños y el papel son más caros. (Veremos lo que hay que añadir al laboratorio en el artículo siguiente).
Después de aprender a revelar en blanco y negro, conviene empezar con el color. Aunque no es imprescindible, al principio es conveniente utilizar materiales de la misma marca que la película. Por ello, comenzaremos el proceso de revelado con la ayuda de la imagen de la página siguiente. (Lee rápidamente los artículos de mayo y junio y sigue leyendo estas líneas).
La mayoría de las películas (y papel) de colores están formadas por tres capas de emulsión con varios tintes y haluros de plata suspendidos y sensibles a un color primario. Según el principio “sustractivo”, los colores del sujeto se reproducen a partir de los tres componentes (éste, magenta y cyan). De esta manera, al poner la película a la luz, cada capa forma una imagen sordera de las partes del sujeto con su color correspondiente.
En el revelado, las imágenes latentes de cada capa se convierten en imágenes de colores complementarios y las tres capas reproducen a la vez cualquier tono o color. Las diapositivas soportan un proceso de conversión que forma una imagen positiva en la propia película. Los negativos proporcionan una imagen formada por tonos negativos y colores complementarios que deben positivarse sobre el papel. (Las diapositivas pueden ser revueltas como negativas para obtener efectos especiales, pero si se revelan haciendo negativos no se obtiene imagen).
Los pasos descritos en el esquema de la página 46 son pasos básicos, dependiendo del tipo de proceso o incluso de la marca, aunque vayan hacia una uniformización (durante mucho tiempo habrá dos tipos de procesos, uno para negativos y otro para diapositivas). Leer atentamente las instrucciones de cada proceso.
Por lo tanto, el proceso de diapositivas se puede dar por finalizado en esta. Sólo necesitan poner marcos. Veremos cómo se positivan los negativos en el siguiente y último artículo de esta sección.
Las investigaciones para conseguir una película de colores comenzaron poco después de que se inventara la foto. En 1861 el físico escocés James Clerk Maxwell realizó la primera fotografía a todo color. Cogió tres láminas de blanco y negro y las colocó a la luz a través de filtros rojos, verdes y azules; las proyectó superpuestas y de nuevo con filtros (mostrando así la síntesis aditiva de los tres primarios). Poco después, dos jóvenes franceses idearon un sistema para obtener una imagen positiva de las 3 transparencias. Uno de ellos, el pianista francés Luis Ducos de Haron, interpreta 'Les Couleurs en Photographie: En 1869 publicó "Solution du Problème". Pasó de la teoría a la práctica y en la década de los 70 realizó fotografías de gran calidad. G. El proceso inventado por el físico Limman llegó también a reproducir el color con gran calidad, pero era muy complicado ponerlo en práctica y no fue más allá de ser un experimento de laboratorio. En 1907 los hermanos Lumiere (precursores del cine) inventaron placas autocromas. El mérito fue poder combinar todos los elementos del proceso en una sola plancha. De esta manera bastaba con sacar una sola foto (los procesos anteriores necesitaban tres). Hasta entonces era más práctico y sencillo que los sistemas y se pudo comercializar. Las láminas autocromas fueron muy conocidas y se emplearon en abundancia. Poder trabajar en colores con facilidad y precisión vino de la mano de los músicos Leopoldo Mannes y Leo Godowsky. En 1935 se creó la película KODACROM, la más conocida del mundo, en las horas libres que KODAC les dedicó al laboratorio. En 1936 la casa alemana AGFA produjo una película negativa para hacer imágenes en papel. Desde entonces, el color se convirtió en una herramienta fotográfica. La pureza del color y la saturación quedaron aseguradas.
Los productos se venden en juegos con todo lo necesario para un determinado proceso. Las soluciones se pueden utilizar varias veces. Por cada litro de solución de revelador se pueden utilizar cuatro películas de 35 mm. Debido a la doble capacidad de los otros baños, la mayoría de los juegos incluyen un doble volumen de revelador.
Para la preparación de los productos se tendrá en cuenta:
Una vez colocados los guantes, verter todas las disoluciones en recipientes numerados previamente y colocarlas en una barrica profunda con agua a unos 48 grados. Cuando la temperatura del primer revelador esté entre 35º y 40º, verter agua caliente o fría hasta límites aceptables. El bote también debe ir acompañado de soluciones en una cubeto de agua caliente. Tener a mano el resto de herramientas (reloj, botellas, embudo, etc.). Asegúrese de que dispone de suficiente agua para limpiar la película a la temperatura adecuada. No olvides que se necesitan temperaturas muy precisas, ya que aceptan la caída de un tercio de grado. (Comprobación de la temperatura durante el proceso).
Una vez que la película ha sido introducida en el bote revelador en una oscuridad total (como en blanco y negro), lo que hay que hacer en cada etapa es:
Actuar siempre de la misma manera sobre el bote, siguiendo las instrucciones del proceso. Inmediatamente después de llenarlo hay que darle unos golpes al bote para no hacer burbujas. Después seguiremos accionando, poniéndote medio minuto abajo. Reservar los últimos 10 minutos de cada etapa para vaciar la lata. Una vez limpia por última vez se le da un baño de estabilización para que la película se endurezca y perdure. La mayoría de las películas de colores tienen un aspecto bastante opaco mojado. Por tanto, el resultado no puede juzgarse hasta que no se seque. Se debe mantener en agua caliente cuando no se esté actuando.