Brújula virtual

Alvarez Agirre, Inma

Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Al navegar en el mar, conocer la dirección exacta y sin errores nunca ha sido fácil. Ahora, sin embargo, esto puede cambiar gracias a la pegatina virtual creada por Aitor Martínez, profesor de la UPV y capitán de la navegación comercial.
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Ed. Aitor Martínez

La nueva herramienta se llama CMI Compass. Recibe las señales de todos los sistemas de navegación del buque, de forma individual o conjunta, y, mediante un software integrado, realiza automáticamente la corrección correspondiente a cada uno de ellos, dando la dirección correcta del norte geográfico. Envía la señal de dirección directa al piloto automático.

Hasta ahora, los instrumentos que mostraban la dirección en los barcos eran tres: la caja de brújula, el pasamontaje y el compás de gps. La primera es una brújula tradicional que señala el norte con una serie de imanes. El principal problema de las brújulas está en su base, ya que los imanes marcan el norte magnético, pero en la Tierra el norte magnético no coincide con el norte geográfico. La diferencia entre ambos es la declinación magnética.

"Los chinos crearon la brújula y sabían que había una diferencia entre el norte magnético y el norte geográfico, pero no sabían cómo corregir el error en la brújula", explica Aitor Martínez, profesor de la Escuela Técnica Superior de Náutica y Máquinas Navales de la UPV.

Entre 1873 y 1878, William Thompson (Lord Kelvin) resolvió otros problemas de la brújula en los barcos. Colocó el rosa de la brújula en un recipiente lleno de aceite para reducir la influencia de los balcones del barco. Y para contrarrestar la influencia de los barcos de hierro en el imán de la brújula, le añadió dos esferas de hierro dulce, llamadas esferas Thompson.

En la actualidad, la caja brújula, además de las esferas de Thompson, tiene imanes de compensación para reducir la diferencia entre el norte magnético y el norte geográfico, pero no consiguen eliminar completamente la diferencia. La declinación magnética, mayor o menor, siempre está ahí, y además varía según la latitud.

Los marineros utilizan una lista oficial con la declinación en cada punto: la tabla de desvío. CMI Compassa tiene integrados estos datos. Recibe la señal de la caja brújula y crea y aplica en tiempo real la tabla de desvío para obtener la dirección real del barco o la dirección de proa.

Además de la brújula, XX. A principios del siglo XX se empezó a utilizar otro sistema de navegación: el compás de ambiente. Tomando como base la teoría del giróscopo, fue patentada en 1908 por Elmer Ambrose Sperry y Herman Anschütz-Kaempf en Estados Unidos y Gran Bretaña. El compás de giros está formado por anillos que giran a gran velocidad y, cuando se pone a más de 20.000 revoluciones por minuto, su eje mantiene siempre la misma dirección. Para su aplicación a la navegación, en el momento de su fabricación se le indica el norte geográfico. Sin embargo, no es fiable en todas las latitudes.

"Girocompás señala el verdadero norte --dice Martinez-, pero necesita correcciones en función de la latitud. Cuando estamos muy al norte o muy al sur, o dependiendo de la velocidad del barco, el motor no funciona correctamente y tiene desvíos".

La brújula virtual de Aitor Martínez recibió una mención especial en la feria de Equipamientos Marinos de Amsterdam. Ed. Aitor Martínez

Y otro sistema que se utiliza en los últimos años es el compás de gps. El sistema GPS recibe la señal enviada por los satélites y la envía al piloto automático. Sin embargo, el compás de gps envía la señal con unos minutos de retraso y además, al igual que ocurre en la carretera, a veces la señal se pierde.

Sin errores y en todo momento

La brújula virtual patentada por Martínez da solución a los fallos de los tres sistemas de navegación convencionales. Sólo necesita un conversor para digitalizar y leer la señal analógica enviada por los sistemas de navegación. Después, aplica las correcciones y envía al piloto automático la dirección real, sin errores, en tiempo real y en todo momento.

"Aprovechando los sistemas informáticos y las nuevas tecnologías y teniendo en cuenta que el compás de satélites como el girocompás da una verdadera dirección, hemos discriminado estas señales y hemos conseguido que el error en el desvío de la aguja magnética sepa en centésimas", subraya Martínez.

Actualmente, los equipos que envían señales al piloto automático de buques se integran sin problemas con el CMI Compass, ofreciendo una solución global más sólida y fiable.

Además de resolver problemas de navegación, la brújula virtual facilita los trámites administrativos. A algunos barcos --buques mercantes, pesqueros, remolcadores, yates grandes y embarcaciones de recreo - la administración les exige disponer de un certificado de la tabla de desvío. El capitán marcará punto por punto las correcciones de dirección en la tabla de desvío. Este certificado se realiza manualmente y es fácil manipularlo, sin embargo, la brújula virtual creará automáticamente la tabla de desvíos y nadie podrá distorsionarla.

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