Nautilus, el rey bajo el mar

Rementeria Argote, Nagore

Elhuyar Zientziaren Komunikazioa

Según Julio Verne en su novela Veinte mil legos submarinos, los que vieron al submarino Nautilus pensaron que era un monstruo marino, un gigantesco narbal. Pues bien, a la hora de poner el nombre al primer submarino nuclear construido por el Ejército de los Estados Unidos, se pudo recordar con aquel pasaje, ya que USS Nautilus (SSN 571) era enorme y no parecía un narbal, pero parecía un cachalote de acero.
Nautilus fue botado por primera vez el 21 de enero de 1954.

Al sumergirse por primera vez en el agua en 1952, era sin duda el rey de los submarinos. Era mayor que el resto de submarinos y tenía mucha más autonomía. Náutilus logró esta superioridad gracias a los reactores nucleares, que fue el primer submarino nuclear.

Hoy en día la simple escucha del término nuclear provoca escalofríos, ya que al escuchar la energía nuclear se evocan los peligros de los residuos nucleares.

El riesgo, la energía nuclear, sobre todo en la industria armera, supuso un gran avance.

En cuanto a los vehículos nucleares, los submarinos fueron los pioneros. Cuando construyeron Nautilus, los submarinos tenían motores Diesel para propulsión. Sin embargo, sus dificultades para mantenerse bajo el agua eran notables, ya que los motores Diesel necesitan oxígeno para la combustión y pueden transportar una cantidad limitada de oxígeno, por lo que cuando se agota el motor se detiene y no puede seguir llenando las baterías. Esto obligaba a subir a la superficie a poner en marcha motores a menudo y llenar las baterías.

Sin embargo, el reactor nuclear de Nautilus no necesitaba oxígeno, lo que le permitía permanecer largo tiempo sin aumentar la superficie.

En cuanto a la autonomía, también batió récords, ya que Nautilus sólo necesitaba un trozo de uranio del tamaño de una pelota para hacer cien mil millas náuticas, unos 160 mil kilómetros. Gracias a ello, no tenía que atracar con tanta frecuencia en busca de combustible.

Según las crónicas de la época, el tiempo que podía permanecer bajo el agua era ilimitado, pero el verdadero límite lo ponía la tripulación: no sería fácil pasar días y días para 116 personas que se acumulaban en el interior del submarino sin ver la luz del sol.

Uno de los viajes más largos de Nautilus fue en 1958. Salió de Honolulu y no paró hasta llegar al muelle de Portland, en Inglaterra. Durante este largo viaje cruzó la capa de hielo del Arqutico en 95 horas, inevitablemente en el fondo marino. En ese viaje se convirtió en el primer submarino que llegó al Polo Norte.

Submarino gigante

Aquel primer submarino nuclear demostró claramente que era posible hacer submarinos del tamaño de los barcos. De hecho, su longitud era de casi cien metros y su peso era de tres mil toneladas.

Sin embargo, a pesar de su gran tamaño no era nada lento, sino que gracias a la propulsión nuclear se podía alcanzar una velocidad de 20 nudos, casi 40 km/h. Dejaba atrás los submarinos más rápidos de la época.

Nautilus, el submarino más rápido de su tiempo.

El rival estadounidense no sólo temía el tamaño y la velocidad del submarino nuclear.

Nautilus estaba muy bien equipado para la guerra: tenía seis tiradores de torpedos y podía lanzar 24 torpedo.

Ante el éxito de USS Nautilus (SSN 571), el ejército estadounidense construyó más submarinos nucleares llamados Nautilus. El resto de vehículos y aparatos nucleares llegaron más tarde, como barcos, aviones, satélites...

Todos los vehículos movidos por propulsión nuclear tienen el mismo sistema básico. El reactor que mueve es muy parecido al de las centrales nucleares, ser más pequeño.

Nautilus separó dos circuitos de agua. La fisión del Uranio-235 calentaba un circuito de agua que a su vez calentaba el otro circuito de agua. En este segundo circuito de agua tenía una turbina que es arrastrada por el vapor de agua. Esta turbina de vapor ponía en funcionamiento los generadores y propulsores de electricidad submarina.

Como se ha comentado, ambos circuitos de agua estaban separados, lo que permitía evitar la salida de sustancias radiactivas fuera del submarino. De hecho, en el primer circuito se acumulaban los isótopos radiactivos producidos en la fisión del uranio.

Nautilus antiguo

Museo Nautilus. Está en Grotón, EEUU.

Debido a los residuos radiactivos, Nautilus no tuvo problemas hasta su retirada. Pero los submarinos nucleares, en general, han vertido numerosos residuos al mar, principalmente debido a las averías producidas en los accidentes.

Son cientos los submarinos nucleares que recorren todos los mares del mundo y este tipo de submarinos dan mucho trabajo antes o después. Cuando son viejos, las reparaciones son cada vez más frecuentes y, inevitablemente, cuando se retiran, los residuos radiactivos almacenados en su interior deben ser tratados.

Nautilus realizó su último viaje en 1980. Fue trasladado a tierra y tras cinco años de trabajo se convirtió en museo, eliminando los residuos nucleares y tras algunos cambios. Actualmente se encuentra en la ciudad estadounidense de Groton, en el Museo Nautilus.

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