Hay que saber que el helio se puede detectar en uno de los diez átomos del universo, lo que hace de elemento básico. La pregunta surge a todos de inmediato: ¿cómo es posible que hasta el año 1895 no tengamos noticias del helio?
La respuesta a esta pregunta nos la da el propio helio: el gas noble más ligero, incoloro y sin olor. Dicho de otro modo, el helio cumple todos los requisitos necesarios para mantenerse oculto, ya que su ligereza hace difícil su detección mezclada con otros elementos.
El descubrimiento del helio fue el resultado del azar. Aunque en la Tierra hay grandes cantidades de helio, por primera vez se detectó en el Sol el elemento bautizado posteriormente con el nombre de helio. La primera noticia del helio se debe al investigador Norman Lockeyer, creador y director de la revista Nature. Trabajando en un mirador construido en su propia casa, quedó fascinado por la luz amarilla que se podía apreciar alrededor del Sol.
Estudió con el espectroscopio y su encanto se convirtió en una sorpresa. Aunque intentó renovar lo visto en el laboratorio, le resultó imposible. Esto le dio el último impulso que necesitaba para lanzar su hipótesis: La luz amarilla alrededor del Sol era originada por un elemento hasta entonces desconocido. Abrió a los cuatro vientos la noticia de su descubrimiento, pero los investigadores de su tiempo no lo consideraron y durante muchos años tuvo que seguir escondido el testimonio del nuevo elemento.
En 1885 recibe el merecido reconocimiento de Lockeyer. El químico escocés William Ramsay estaba investigando sobre el mineral de uranio. De repente, la luz amarilla que detectó Lockeyer alrededor del Sol apareció sobre sus ojos. Ramsay necesitó una semana para recibir el reconocimiento que se negó a su predecesor. Es el aniversario de este último descubrimiento el que se celebra este año.
Actualmente, el helio se utiliza para realizar soldaduras de arco y para manejar láseres o reactores nucleares. Los buceadores también utilizan helio para alargar el tiempo bajo el agua y evitar problemas respiratorios. En cualquier caso, la parte más conocida del helio es su capacidad de enfriamiento. La temperatura de 269ºC es suficiente para enfriar cualquier sustancia o elemento al helio. Por otra parte, el helio es el único elemento que no se solidifica. Ha ganado, pues, la fama del elemento raro.
La frenética búsqueda del helio comenzó en 1950. Hasta entonces, la industria no mostró gran tendencia a utilizar el helio. A partir de ese año, sin embargo, se decidió construir depósitos de almacenamiento de helio y se procedió al estudio detallado del gas. Cuando se aisló por primera vez en bombonas de gas, comenzó el camino hacia el éxito del helio.
Entre otras cosas, la mayoría de los viajes realizados por NASA se deben al helio. Los espacios combinan el oxígeno con el hidrógeno para obtener un combustible que permita permanecer en el espacio durante mucho tiempo. El transporte de combustible especial no es fácil y para cumplir las condiciones de seguridad es necesario mantenerlo a baja temperatura. Este es el requisito del helio.
El consumo de helio se ha incrementado ininterrumpidamente en los últimos años. La ampliación de la zona de uso y el hecho de que los sectores que utilizan grandes cantidades de helio sean punteros son, junto con otros, las causas del incremento anual del consumo de helio del 10%.