"Un suceso de estas características provocaba pánico y asombro. El historiador de la UPV-EHU, Alvaro Aragón, afirma que "normalmente se asociaba a una catástrofe natural o una epidemia".
También podía ser lo contrario. "En 1066, el cometa que apareció cuando el rey nórdico Conquistador de Gil iba a conquistar Inglaterra", afirma Aragón. Gilen aceptó la aparición como señal de buena suerte. "Algunos decían que aquello era una llamada".
El cometa fue representado en el tapiz Bayeux, en un tapiz gigante de 70 metros de longitud que se hizo en recuerdo tras la conquista. Como si fuera un cómic, en el tapiz se bordaron escenas de la conquista, donde aparece el propio cometa Halley en la parte anterior a que los normandos atravesaran el canal de la Mancha.
Para Normando la aparición de Halley fue una buena señal, pero para los anglosajones que querían defender Inglaterra fue una señal de desastre. "Siempre ha tenido estos dos enfoques y tenemos que tener en cuenta que la religión y el mito tenían una influencia enorme y que la ciencia no estaba muy desarrollada. Era costumbre tener un mago en la corte junto al rey. Nosotros les diríamos mago, pero para ellos era astrónomo, medía los movimientos de los astros, definía los calendarios, etc. Muchas veces organizaban batallas o guerras en función de eso; si los astros eran favorables, avanzaban."
La siguiente comparecencia también está registrada y en Inglaterra fue citada por el monje Eadwine. Sin embargo, no es un registro muy fiable. "Los testimonios no son muy claros, ese es el problema", afirma Aragón. Y esto tuvo gran importancia cuando posteriormente Edmund Halley quiso confirmar que los cometas de varias representaciones eran un solo cometa. Para estar seguro, tenía que recoger registros de las comparecencias y no consta que Halley conociera el registro de Eadwin.
Además, a la falta de registro hay que añadir otro problema a la hora de investigar el cometa Halley, con apariciones cada 76 años aproximadamente, pero este número no es exacto y cambia de una órbita a otra del cometa. Por ejemplo, desde que vio la Conquistadora de Gil hasta que vio a los monjes Eadwine pasaron 79 años, unos años más que el anterior.
"El periodo del cometa Halley es de 74-79 años", afirma la astrónoma de la Sociedad de Ciencias Aranzadi Kristina Zuza. "Se trata de un astro de pequeña masa y la fuerza de atracción que recibe al pasar cerca de un planeta, sobre todo cerca de Júpiter o de Saturno, altera fácilmente la trayectoria de Halley. Este efecto a veces acelera y otras ralentiza y, por tanto, cambia el periodo del cometa".
XIII. La aparición del siglo XX se ha asociado al emperador mongol Gengis Khan. "La comparecencia coincide con la época en la que Gengis Khan cometió matanzas. Y después, su sobrino Kublai Khan conquistó China", dice Aragón. No hay un documento que diga que los dos conquistadores vieron el cometa, pero los que lo vieron lo consideraron un anuncio de las conquistas.
Pasaron 79 años más hasta que el cometa Halley volvió a aparecer en 1301. Y es posible que el pintor Giotto lo haya visto. No hay certeza de ello, pero en el cuadro Culto a los Magos que pintó tres años después aparece una estrella en forma de cometa.
"Muchas veces se escucha que Halley puede ser la estrella de los nacimientos navideños. Pero eso no está demostrado; una vez hechas las estimaciones, la fecha no coincide", afirma Aragón. Este cuadro de Giotto puede hacer que la imagen de la estrella de Belén tenga forma de cometa.
Sin embargo, el Culto a los Magos no es el primer cuadro que representa el nacimiento con una estrella en cometa. Años antes, en el cuadro de nacimiento de Jesús de Pietro Cavallini también aparece representada la estrella de Belén. Este cuadro es de 1292, anterior a la comparecencia de 1301. Queda por tanto la duda sobre Giotto: ¿Representó el cometa Halley o dio esa forma a la estrella de Belén por el cuadro de Cavallini? Los expertos tampoco se ponen de acuerdo.
En cualquier caso, el cuadro El culto a los Magos de Giotto se ha convertido en un icono con el paso del tiempo y ha quedado vinculado al nombre del cometa Halley. De hecho, en 1986, año en el que la cometa pasó por última vez cerca de la Tierra, la sonda fue enviada a analizar de cerca el cometa que la agencia espacial ESA llamó Giotto.
En 1378 el cometa Halley volvería a ser visible desde la Tierra, pero no hay ningún registro histórico de aquella aparición. La siguiente comparecencia sí la de 1456.
Los que lo vieron lo relacionaron con la conquista de la ciudad de Constantinopolis. Tres años antes de la llegada del cometa, los otomanos tomaron la ciudad. Hoy la llamamos Estambul, capital del imperio romano oriental.
"Algunos creen que la aparición del cometa fue la predicción de Dios. La cristiandad hizo cosas equivocadas y la conquista de los otomanos fue considerada como un castigo. Y la visita del cometa que era la aprobación del cielo de esa pena", dice Aragón.
La conquista de Constantinopolis se ha considerado como el final de la Edad Media, por ejemplo en la educación clásica. A partir de 1453, Europa entra en otra época, el Renacimiento. Es una clasificación histórica tradicional, aunque no única. Sin embargo, desde el punto de vista de la ciencia de las cometas, es cierto que en aquella época surgieron las primeras ideas para afrontar el mito.
Uno de los que descubrió el cometa en 1456 fue el astrónomo y matemático Johann Müller. "Tradujo algunos trabajos de Ptolomeo", afirma la astrónoma Cristina Zuza. "Por eso estaba tan vestido en temas de astronomía. Y fue el primero en considerar la trayectoria de una cometa. En su opinión, el cometa realizaba un recorrido correcto. Estaba equivocada, pero fue la primera aportación científica en un cometa".
XVI. La aparición del siglo XX supuso grandes avances en la investigación de cometas. Esta aparición se encuentra en el registro del humanista alemán Petrus Apianus, que realizó la primera ilustración científica de un cometa para ilustrarlo. Años después, el italiano Jerónimo Fracastoro concluyó que las cometas no tienen cola hacia el Sol, sino hacia el otro lado.
Para la antorcha astrónoma es un gran avance. "Para llegar a esa conclusión tienes que tener en cuenta dónde está el Sol, pero no sólo con la Tierra, sino también con la cometa. Y en qué punto está el cometa y si tiene recorrido de ida o vuelta. No es fácil darse cuenta de ello en una sociedad en la que el geocentrismo era un ejemplo".
Tycho Brah no vio a Halley, pero hizo otro gran avance en la investigación de cometas. Descubrió que están fuera de la atmósfera. Para concluir esto, intentó medir el paralaje de otro cometa, comparando el movimiento del cometa con la imagen de estrellas lejanas.
Se considera que las estrellas están paradas (se mueven muy lentamente) y el cometa, visto desde dos puntos, cambia la posición visible respecto a ese fondo trasero. Este cambio permite calcular la distancia a comas. Pero Brah no vio el paralaje del cometa y llegó a la conclusión de que no estaba cerca, el cometa debía estar fuera de la atmósfera y además al menos cuatro veces más lejos que la Luna. Con esta idea renovó completamente sus conocimientos sobre cometas.
El cambio de pensamiento era importante, pero el hombre estaba dispuesto a aceptar este tipo de cambios; los años de 1531 fueron tiempos de cambio en la historia.
"Para entonces ya conocían América", dice Aragón. "Y para entonces la imprenta ya estaba en marcha y estas dos cosas tuvieron una gran influencia en la ciencia".
Además, estaba sucediendo una de las mayores reformas religiosas de Europa. La revolución de Martín Luther estaba en marcha y, en 1531, en Suiza, una secta separada del protestantismo, los zwinglitos, sufrieron un terrible fracaso en la batalla de Kappele. Los siguientes fueron los calvinistas. Se crea una iglesia reformada.
El pensamiento se estaba renovando. "La aparición de Halley fue considerada por unos como una señal contraria a este nuevo pensamiento y por otros como una señal favorable. Los católicos utilizaron la comparecencia a su favor, diciendo que su religión era real y que Dios no aceptaba reformas".
Tycho Brahe murió en 1601, seis años antes de la aparición de Halley, pero dos colaboradores de Brahe vieron el cometa Halley en 1607: Longomontano y Johannes Kepler.
Kepler es un gran nombre en astronomía, sobre todo porque dedujo que las órbitas de los planetas son elípticas. Pero paradójicamente no pensaba que los cometas se movían en órbita elíptica. Tampoco pensaba que se movían en órbita. Para él, como para Müller, tenían un recorrido directo. "Seguramente Kepler veía los cometas de una manera muy diferente, y es que tuvo muy pocas posibilidades de comparar la trayectoria de los cometas con el modelo de las órbitas de los planetas", afirma Zuza.
En aquellos años Galileo había empezado a mirar desde el telescopio. Y pronto otros astrónomos empezaron a usarlo. En 1618, el suizo Johann Cysat observó por primera vez un cometa con telescopio. Sin embargo, confirmó la teoría de la ruta directa.
En 1665, el italiano Giovanni Alfonso Borelli afirmó que la trayectoria de los cometas no podía ser correcta; propuso que debía ser una parábola.
Con este tipo de ideas, poco a poco se estaba formando la idea del sistema solar. Eran pequeños avances pero, en ese contexto, muy fuertes. "Todavía era muy joven la teoría del heliocentrismo y, aunque ya es conocida, estaba poco extendida y tenía poca importancia", afirma Zuza.
Por supuesto, la imagen mítica de las cometas era todavía fuerte. Es el caso de la historia de España. España era el imperio de aquella época, pero para entonces ya había empezado a decaer un poco. En 1598 firmó la paz de Vervins con Francia, en 1604 con Inglaterra y en 1609 con las Provincias Unidas de Holanda. Y ese mismo año Felipe III anunció la expulsión de los moriscos. "Según algunas crónicas, la aparición de Halley fue considerada como un anuncio; un mensaje de Dios para llevar adelante aquella acción", explica Aragón.
Esta comparecencia tuvo el testigo más importante de la historia: Edmund Halley. Amigo de Isaac Newton, conocía la nueva teoría de la gravedad. Dos grandes científicos trabajan de alguna manera juntos.
Pero para Aragón no es casualidad que esos dos grandes nombres sean al mismo tiempo y los mismos lugares: "La principal revolución de la ciencia tuvo lugar en la Ilustración, pero en Inglaterra comenzó años antes. Se encontraban en un contexto histórico y político especial, para entonces tenían una monarquía parlamentaria, mataron al rey y tuvieron dos revoluciones (la revolución para una república y otra para recuperar la monarquía). La existencia de ese ambiente político provocaba un ambiente científico y un pensamiento más abierto comparado con otros países. Por eso surgieron personas como Newton y Halley".
Halley empezó a aplicar la nueva teoría de Newton a los cometas y se dio cuenta de que los cometas vistos en 1531 y 1609 y lo que él vio en 1682, podían ser el mismo cometa si tenía una órbita de un período determinado.
"Además, el cometa Halley tiene otras características", dice Zuza. "Tiene una rotación opuesta a los planetas, con movimiento hacia atrás; la órbita completa la dirección inversa. Y por otra parte, su órbita presenta una inclinación de 18 grados respecto a la eclíptica, lo que significa que, visto desde la Tierra, aparece en las mismas constelaciones del cielo. Y parece que Halley también tuvo en cuenta estas dos cosas".
A partir de estas ideas se atrevió a hacer un anuncio de que el cometa volvería en 1758. El propio Halley murió en 1742. Y en 1758 el cometa no aparece.
No es del todo preciso decir que en 1758 no apareció. Porque el astrónomo amateur Johann Georg Palitz lo detectó el 25 de diciembre. Pero el cometa pasó por el perihelio (punto más cercano al Sol) el 13 de marzo de 1759, año en el que se realizaron la mayor parte de las observaciones. La primera observación profesional fue realizada por el astrónomo francés Charles Messier el 21 de enero. Sin embargo, la predicción de Halley se cumplió y dieron nombre al cometa.