El oído es muy útil y provechoso mientras está bien. Pero a menudo no nos damos cuenta de hasta qué punto determinados factores o condiciones que conocemos bien pueden atacar y dañar ese sentido, hasta el punto de perderlo totalmente (o casi totalmente).
Por el momento, es inevitable que con los años vaya perdiendo la audición y se convierta en "sorda" o "audible". Pero deberíamos hacer lo que esté en nuestras manos para mantener nuestros oídos al máximo. Si no, después de un proceso más o menos largo, nos tendremos inmersos en aislamiento y soledad.
En la mayoría de los casos la sordera no es algo que aparece de la noche a la mañana, sino un proceso que se va sufriendo poco a poco. "Las razones son múltiples y variadas", afirma el experto José Salinero, pero "las posibilidades de agresión auditiva son mayores en sociedades industrializadas, incluso en zonas urbanas, impulsadas por las peculiaridades de estos ambientes". En este sentido, diversos estudios realizados en la actualidad han demostrado que las personas con problemas auditivos son mucho más en las ciudades que en el medio rural, por diversas razones, como veremos.
Aunque con la edad es necesario controlar más la vigilancia de los órganos auditivos, la atención al oído enfermo debe ser a cualquier edad.
Al margen de los errores y déficit auditivos que acompañan a los síndromes de malformación, deben evitarse determinadas infecciones durante el embarazo (rubéola, sífilis, herpes o toxoplasmosis, por ejemplo, mayores), así como el consumo de tóxicos por parte de la madre, drogas, alcohol u otros medicamentos otóxicos. Por todas estas razones el niño puede sufrir sordera. Como hemos visto, hay que empezar a cuidar esta parte importante de nuestro cuerpo antes de nacer.
En esta época, los déficit auditivos se deben a procesos infecciosos e inflamatorios. Esto significa que el riesgo de sufrir lesiones en estructuras del oído medio (tímpano o huesecillos) por parte de los niños que padecen repetidas veces infecciones respiratorias y auditivas superiores aumenta considerablemente. Por lo tanto, si el niño purga por los oídos (desprende pus), lo mejor es llevarlo al médico para que el especialista controle la situación. Por otro lado, es conveniente que las defensas del niño estén a un nivel normal, en el que la alimentación adecuada es importante.
En esta etapa de la vida, los factores que pueden provocar que la audición sea defectuosa suelen ser muy diferentes: normalmente se trata de traumatismos, tanto fijos como sonoros. Estos traumatismos pueden deberse a un fuerte golpe de oído (por ejemplo, accidente o deporte) y a la exposición a ambientes excesivamente ruidosos (como discotecas, bares o pubs, así como a un exceso de volumen de los auriculares de los walkie-talkies). "En estos casos la sordera sería de oído interno y corresponde sobre todo a sonidos agudos", explica el experto José Salinero.
Aquí también es importante evitar ruidos excesivos como el ambiente laboral. Por eso, si por tu trabajo necesitas utilizar maquinaria ruidosa o el ambiente de trabajo es así, deberías utilizar cascos para proteger tus oídos. Otros factores a tener en cuenta son:
Lo más afectado es el oído interno. Este tipo de sordera se llama presbiacusia y puede ser agravada por la diabetes o por la alta tensión. Además de no escuchar correctamente, los pacientes experimentan ruidos subjetivos (acúfenos).
Las pérdidas auditivas no totales se pueden reparar o mejorar con un audífono. Pero si la pérdida es total, habrá que recurrir a la cirugía para implantar un implante coclear que sustituya al oído interno y excitar las terminaciones nerviosas del nervio auditivo.
Para cuidar tus oídosAquí tienes unos sencillos consejos o recomendaciones para evitar posibles problemas de oído.
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