Genes en el aire, proteínas en el trabajo

Roa Zubia, Guillermo

Elhuyar Zientzia

En el siglo diecinueve se extrae por primera vez el ADN de los núcleos celulares. En el vigésimo se aclara su estructura y obligación. Cuando el vigésimo primero está a punto de empezar, se habla del genoma humano. Aunque no es del todo cierto, se dice que se ha conseguido leer todo el genoma. Pero, aunque fuera cierto, leer los datos del genoma no supondría una revolución de la biología celular. Los genes son escasos depósitos de información, mientras que las proteínas son moléculas a controlar.

Afortunadamente también hemos empezado a escuchar la palabra proteoma. El conjunto de genes de un ser humano se denomina genoma y, a su vez, proteoma de proteínas. La mera creación de la palabra es representativa de empezar a comprender la importancia de las proteínas. El genoma es una mera información, por lo que mediante la manipulación de genes en el laboratorio se pretende manipular la estructura de las proteínas. En definitiva, los efectos biológicos proceden de la modificación de las estructuras de las proteínas.

El ADN es una molécula en forma de cinta larga. De este modo, tiene una secuencia exacta de bases y la información se guarda ordenada. El cambio de una base en la secuencia cambiaría la información

sería. En consecuencia, una lectura errónea llevaría al error a los ribosomas. En los ribosomas, las proteínas se sintetizan haciendo que la información leída en el ADN sea una secuencia de aminoácidos. Los aminoácidos se suceden y se forma la proteína. Pero si llega un error al ribosoma, lo correcto se sustituye por otro aminoácido. La proteína en formación no tendrá, por tanto, la estructura adecuada. Una situación de este tipo puede causar graves problemas.

¿Por qué el genoma?

El genoma se transmite de generación en generación. Es el soporte de la herencia biológica. Todos tenemos copias de los genomas de madre y padre. La combinación de ambas crea la propia. Por eso, en cierta medida nos parecemos físicamente a los padres. Pero la similitud no se limita a las características físicas. También podemos recibir enfermedades genéticas, si hay errores en los genomas de los padres.

Conocer los defectos que provocan estas enfermedades es uno de los grandes retos de la medicina actual. No es tarea fácil. Cada proteína tiene un papel muy concreto. Esto significa que leer el genoma no es suficiente. Para identificar una proteína hay que capturarla "trabajando". Encontrar qué hace y cómo lo hace. Es más, en la mayoría de los mecanismos biológicos intervienen muchas proteínas simultáneamente. Por tanto, el origen de un problema muchas veces no puede buscarse en la estructura simple de una única proteína.

Por todo ello, resulta sorprendente alcanzar el nivel alcanzado en la actualidad por la medicina. Pero el apartado de logros no termina ahí. De hecho, se ha buscado el origen genético de ciertas enfermedades sin comprender completamente el mecanismo. Por ejemplo, sabemos que el síndrome de Down se produce en niños que tienen una copia del cromosoma 21 de sobra. Otra cosa es encontrar la solución a la enfermedad.

La investigación de Genoma, además de un buen futuro, ha lanzado nuevos debates éticos. Por ejemplo, la patente y la clonación de los genes han resucitado los miedos inventados por las historias de ciencia ficción de mediados de siglo. A pesar de la necesidad de acotar, cualquier sugerencia lleva implícita su preocupación. La clonación, por ejemplo, es especialmente terrorífica, pero podría abrir la puerta de los órganos de trasplante cultivados en el laboratorio. ¿Dónde será el límite? ¿Y dónde lo ponemos?

Lectura genética

Tras numerosos anteproyectos, se puso en marcha Human Genome Project (HGP). Se trata de una colaboración internacional auspiciada por organismos públicos para la lectura completa del genoma humano. Con el paso del tiempo utilizaron mejores tecnologías y anunciaron su finalización para el año 2003. El científico Craig Venter, que trabajaba en HGP, creó la empresa privada Celera Genomics con el mismo objetivo. La metodología de la empresa es más rápida que la de la PDR. Sin embargo, tal y como se demostró en el caso del genoma de la mosca Drosophila melanogaster, con esta metodología es muy difícil leer todos y cada uno de los datos.

Hubo competencia: quién acabó antes el trabajo. Los gobiernos más poderosos del mundo mostraron su preocupación por este tema. Las autoridades solicitaron la publicidad de los datos para controlar el conflicto genómico. Tras otros movimientos, en junio se anunció la puesta en marcha de un proyecto público y privado. HGP y Celera han aunado metodologías y esfuerzos.

Por lo tanto, esta decisión tiene mucho que ver con las decisiones políticas, ya que el debate sobre la disponibilidad de los datos del genoma es muy intenso. Leer genoma ahora se quiere vender como un gran hito de la ciencia. Es un movimiento político y estratégico. No ha supuesto un nuevo concepto científico real. Con todos estos datos se abre la puerta de muchos años de trabajo, pero está claro que, por ejemplo, el cáncer o la diabetes no se curarán mañana mismo.

Babesleak
Eusko Jaurlaritzako Industria, Merkataritza eta Turismo Saila