Urbanizaciones en dunas, aparcamientos, muelles deportivos, golf en dunas y acantilados, desecaciones de marismas... son algunos de los ataques que están distorsionando totalmente la costa de Lapurdi. Se puede decir, sin miedo, que si no se adoptan medidas dentro de unos años, los valores ecológicos de las costas del Norte serán totalmente destruidos. Pero conozcamos más de cerca la situación.
La costa de Anglet presenta notables peculiaridades, mientras que el resto de la costa de Euskal Herria es acantilada, la de Anglet, como sucesión de la de Landas, es una costa arenosa.
Los planos antiguos indican que la antigua playa y dunas de Angelu se extendían desde la ría de Atturri hasta los antiguos acantilados de Biarritz y hacia el interior a dos o tres kilómetros.
Sin embargo, esta situación era muy cambiante, ya que el viento provocaba que el resto de esta costa arenosa cerrara repetidamente la desembocadura de Atturri, obligando al río a abrir nuevos caminos para poder salir al mar. Testigos de este fenómeno son los lagos costeros o las marismas cercanas a Orx, tan abundantes en la costa de las Landas.
Pero la situación actual es muy diferente. Tras la canalización de la desembocadura del río Atturri, las construcciones que se han realizado en las dunas han reducido notablemente su anchura, mientras que el desarrollo en el medio marino ha cubierto la mayor parte de los últimos vestigios de las dunas con golf, paseo y aparcamiento.
Sin embargo, se puede afirmar sin duda que las huellas dunares que se han liberado de esta masacre son las más grandes, estructuradas y de biodiesel de Euskal Herria. Pero a esta bella costa le viene un futuro oscuro, ya que el Ayuntamiento de Anglet quiere construir un puerto deportivo en la zona de Chiberta y una urbanización espectacular. Si el proyecto prosperase, además de destruir los restos dunares, supondría la desaparición de tres lagos costeros de Euskal Herria.
Los malos resultados de este tipo de experiencias en otros países, como el de Xokoburua, deberían mostrar algo a los responsables políticos, pero mientras no sea así, los grupos ecologistas tendrán que seguir defendiendo los últimos vestigios de nuestro patrimonio ecológico.
A nivel internacional, desde el punto de vista turístico, Biarritz es sin duda el municipio más conocido y prestigioso de la costa vasca.
Sus playas, hoteles y casinos han sido hasta hace poco el punto de encuentro de la aristocracia, lugar ocupado por los turistas.
En la base de los acantilados que se utilizaron para construir este legendario pueblo se abren al mar numerosas pequeñas y encantadoras playas (Miramar, Grand Plage, Puerto Viejo, Costa de los Vascos,...). Debido a este emplazamiento, estas playas nunca han sido de gran superficie y por ello no desarrollaron grandes dunas al interior.
Sin embargo, las casas y otras construcciones que se han levantado en los alrededores de las playas y en ocasiones en las playas, han desmantelado el encanto y la naturalidad de estos rincones.
En el litoral de Bidarte existen dos tipos de playas:
Estas últimas requieren un análisis más exhaustivo, ya que han sufrido grandes ataques ecológicos en nombre del desarrollo turístico. En el caso de Ilbarritz, por ejemplo, en la ría de este pequeño arroyo, donde antiguamente ocupaban las marismas y dunas, se ha construido un campo de golf que ha sido completamente alterado gracias a su entusión hasta el mar.
En cuanto al nido, además de soportar la canalización salvaje de las rías mencionadas en los artículos de las marismas, las carreteras y aparcamientos construidos en la parte trasera de la playa han limitado las dunas a pequeños montículos de escasos metros.
¿Es imposible el desarrollo y el equilibrio de conservación entre patrimonios ecológicos?
No son las playas las atracciones naturales más llamativas de Getaria, sino los espectaculares acantilados, pero como vamos a hablar de ellos en otro artículo, de momento lo abandonaremos.
En Getaria tenemos tres playas muy pequeñas y de bolos y gravas. La playa de Zenitz es la más grande y bonita de las tres. La playa, perteneciente a Donibane Lohizune y Getaria, desemboca en el río Baldarreta sin ningún tipo de canalización, junto con los acantilados que rodean la playa, formando un entorno de gran valor.
Las otras dos, la costa y el muelle de Harotz, son playas pequeñas y de piedra, que además quedan inundadas en marea alta.
El acantilado de Getaria se adentra en los territorios de San Juan de Luz hacia el sur y en su base hay otras dos maravillosas playas como la playa de Zenitz: Maiarkoenia y Akotz, ambas de gran belleza pero a la vez bastante peligrosas.
Más al sur, donde se revelan los acantilados, se encuentra la playa de Romardie, que desemboca en el río Artxiloa. Hasta hace poco, en esta playa se podían ver bellas dunas y una pequeña marisma, pero los tres campings construidos ilegalmente, además de destruir los valores ecológicos de este lugar, han pasado a manos privadas amplias plantaciones legalmente públicas, dejando claro que las leyes no son iguales para todos.
Por último, las encontramos en la bahía de San Juan de Luz, conocidas como Santa Bárbara y Grand Plage. Al igual que ocurre en otras poblaciones costeras, San Juan de Luz está levantado sobre las marismas del río Urdazubi y especialmente sobre las dunas de su playa, debido al turismo, el gran crecimiento que ha experimentado el municipio en los últimos años, que ha destruido completamente los últimos restos de dunas.
A la izquierda de la bahía de San Juan de Luz, al otro lado del río Urdazubi, se encuentra el pueblo de Ziburu. En este pueblo, y más concretamente en el barrio de Socoa, tenemos un par de pequeñas playas. Uno, situado en la desembocadura del río Untxin, antes de la canalización del río y la construcción de la carretera, tenía pequeñas pero interesantes dunas, pero hoy en día no queda nada de ese tesoro.
El otro, situado bajo el fuerte de Socoa, es en gran medida artificial, debido a la construcción del dique izquierdo de la bahía.
La larga y maravillosa playa de Ondarraitz, en Hendaia, es el testigo de los arenales y la barra de arena de la antigua bahía de Txingudi.
La canalización de la desembocadura del río Bidasoa y las urbanizaciones que se han levantado sobre todo sobre playas y dunas han alterado notablemente la estructura natural de esta gran playa y han destruido grandes superficies dunares. Sin embargo, en el extremo izquierdo de la playa, conocido como Xokoburu, se han mantenido algunos restos de dunas, uno de los más importantes del País Vasco.
Estas dunas han sufrido un duro ataque, en el que el Ayuntamiento de Hendaia, en la parte que la ley costera francesa tenía declarada como propiedad pública, ha vuelto a demostrar con claridad la falta de sensibilidad ambiental de los responsables políticos a la hora de construir ilegalmente el puerto deportivo y la inmensa urbanización.