Alrededor del 60% de las quemaduras que se tratan en los hospitales tienen lugar en el hogar. Por eso se dice que la casa es un lugar de alto riesgo. En primer lugar, los niños y las personas mayores pasan mucho tiempo en casa, y son precisamente los dos grupos de edad que más riesgo tienen de sufrir quemaduras. Por otro lado, actividades potencialmente peligrosas en el hogar (trabajos de cocina, baños de agua caliente, limpiezas con corrosivos, etc.) tanto los electrodomésticos, generadores de calor, fuentes de electricidad, etc. ).
Sin duda, los niños, las personas mayores y los que juegan de forma temeraria (o, lo que es lo mismo, imprudente) son los que más se queman en el ambiente doméstico. Y el 80% de los niños y niñas menores de diez años que se queman se fuma en su propia casa. Dentro de casa, la cocina y el baño son los más peligrosos.
Y es que los más pequeños de la casa pasan mucho tiempo en la cocina mientras la persona que les cuida realiza sus tareas. Si a esto añadimos la curiosidad propia del niño, comprenderemos fácilmente que la cocina es un verdadero lugar de riesgo.
El niño, por su curiosidad, puede decidir ‘examinar’ lo que hay en el recipiente que arde y, por lo tanto, el que se cuece en él puede caer. En otras ocasiones, la caída del líquido caliente sobre el niño es consecuencia de la torpeza, negligencia o descuido del adulto. Las quemaduras por líquidos calientes son las más frecuentes en bebés pequeños y su gravedad depende de dos factores: la temperatura del líquido y la parte del cuerpo en la que ha caído.
Por otro lado, en la cocina se acumulan muchos electrodomésticos que pueden producir quemaduras en el niño. La plancha caliente dejada sobre la mesa, el tostador encendido o el horno pueden producir quemaduras de contacto o contacto, especialmente en las manos. Pero además, si los cables de los electrodomésticos no están bien, su manipulación puede provocar quemaduras eléctricas en los dedos (incluso en la boca, dependiendo de la edad del niño). Cuidado con los alargadores conectados a la red cuyos extremos libres queden a disposición de los niños.
Por último, en la mayoría de los hogares es muy normal guardar en la cocina una gran cantidad de productos de limpieza, algunos de los cuales producen quemaduras químicas en contacto con la piel, que se agravarán aún más por ingestión. En este caso, lo mejor es llamar al teléfono del instituto toxicológico que aparece en la etiqueta y seguir las indicaciones que allí se indican.
En el momento en que vamos a bañar al bebé, es imprescindible medir previamente la temperatura del agua. Si el agua está demasiado caliente, el niño corre el riesgo de provocar grandes quemaduras.
En el cuarto de baño suelen existir numerosos aparatos eléctricos, cuya manipulación puede provocar quemaduras eléctricas. Se prestará especial atención a los cables o alargadores conectados por un lado a la red (si se meten en la boca, el niño puede sufrir quemaduras graves en la boca, los labios o la lengua).
Las capacidades físicas y psíquicas de las personas de la tercera edad se encuentran a menudo bastante atenuadas. Por ello, muchos de los riesgos mencionados para los niños y niñas son también considerables para los mayores.
Otras situaciones que se dan con los mayores son las siguientes: no es raro que una persona mayor se quede dormida, que está sola, en una mesa provista de una fuente de calor, y que en el descuido se prendan las telas de mesa con un fogón o estufa.
En otras ocasiones, sin embargo, las quemaduras eléctricas se deben al olvido de un aparato eléctrico enchufado. A menudo ocurre, por ejemplo, con las mantas eléctricas que se utilizan para aliviar el dolor. Si la persona que los utiliza tiene reducida la sensibilidad (algo bastante frecuente en las personas mayores), existe el riesgo de que el calor queme esa parte del cuerpo.
La falta de prudencia es, en definitiva, la causa principal de las quemaduras tanto en niños como en ancianos. Pero las personas adultas también hacemos imprudencias.
¿Qué hacer inmediatamente después de la quemadura?
En primer lugar, debe interrumpirse el contacto entre el agente fumador y el cuerpo. Para saber cómo hacerlo, tendremos en cuenta si se trata de quemaduras calientes, electricidad o sustancias químicas.
¿Todas las quemaduras son de la misma gravedad?
La mayoría de las quemaduras que se producen en el hogar no presentan una gravedad especial si se conoce lo que hay que hacer desde el primer momento. Pero con algunas quemaduras siempre hay que ir al médico. ¿Con quién?
En caso de duda, es mejor trasladar a la persona quemada al servicio de urgencias más cercano, sobre todo si es mayor o menor.