Cuando en los años 60 los investigadores que trabajaban en la Defensa de los Estados Unidos vieron la necesidad de una red de ordenadores, no podían imaginar la utilidad de su invención. Al igual que ha ocurrido con otras cosas que se han inventado para la guerra, la red de comunicaciones creada por estos pioneros ha ido evolucionando y extendiéndose por todo el mundo. Cuando hablamos de red de comunicaciones, por supuesto, tenemos en cuenta los accesorios físicos, protocolos, satélites, etc.
Una vez fijadas las bases físicas de la red, se elaboraron los protocolos de comunicación. Debido a que eran necesarios para el control de los robots que se crearon para la industria, en la década de los 70 se dio un gran desarrollo en este campo y posteriormente, aprovechando esta experiencia, Internet los adquirió y remodeló.
El último paso es el desarrollo y difusión de los PCs hasta la fecha. De generación en generación, estos ordenadores son cada vez más baratos, están adaptados a casi todas las necesidades y, sin duda, es el medio más útil de entre las herramientas disponibles. El avance en este campo ha sido tan importante que el analfabeto informático es un concepto cada vez más escuchado.
Como es sabido, las redes pelágicas son enormes redes utilizadas para la pesca en algunos lugares, que pueden llegar a alcanzar los diez kilómetros. La intención de los usuarios de estas redes es capturar grandes cantidades de ejemplares de una especie determinada (merluza, besugo...), pero con ellos se capturan todo tipo de peces. Es evidente que este arte de pesca tiene grandes beneficios, pero provoca una masacre. Se puede decir que Internet tiene mucho que ver con las redes pelágicas. En la red mundial quedan atrapados los usuarios, desarrolladores, comerciantes, científicos, etc. bajo el mando de nadie.
La idea inicial de Internet era crear una red de comunicaciones para investigadores de alto nivel, pero con el paso del tiempo todos han percibido las ventajas, el deseo y la necesidad de estar en la red. Una vez dentro, es imposible huir de él porque se convierte en la principal fuente de información necesaria para nuestra vida. Hasta ahora nos poníamos en contacto a través de las cartas, pero una vez que empezamos a utilizar el correo electrónico, la comunicación inicial se interrumpe y a partir de ahí necesitamos un ordenador. Sin embargo, antes de inclinarse profundamente a este medio de comunicación, habría que preguntarse si la lengua binaria más simple es suficiente (y adecuada) para explicar o transportar íntegramente el contenido y la sabiduría de la mente humana.
La respuesta parece ser afirmativa. El ordenador ha sido capaz de reproducir todos los tipos de arte que el hombre ha inventado hasta ahora (excepto los de pesca) o al menos los más importantes. Ya es posible crear y recibir literatura, dibujo, música, cine, etc. a través de ordenadores. También se han dado los primeros pasos en arquitectura y espacios tridimensionales, y a la vista de lo anterior, se puede suponer que los avances llegarán constantemente. Para llevarlo a cabo, se han superado los problemas que se iban explicando, por ejemplo, el CD-ROM ha permitido transportar fácilmente una gran capacidad de memoria; el problema de la capacidad de una sola vez lo solucionaron los discos magneto-ópticos y un largo etcétera. Parece que el ser humano ha conseguido aglutinar todas y cada una de las expresiones en un soporte único y universal, el más simple, además, en el lenguaje binario.
Telepolis (tori!) qué hacen los cibernautas (tori y tori!) según dicen, la red Internet es la calle principal de una ciudad real, donde la televisión y los teléfonos son las calles más pequeñas. En esta extensa y extensa calle, como en todas las calles principales de las ciudades, se puede encontrar de todo: vendedores despiadados, ladrones, profesionales del sexo, profesores altruistas de buen corazón, etc. Todo apunta a que sólo falta el alcalde, o alGates, quien sabe, para ser una ciudad real. Sin embargo, esta nueva ciudad tiene un problema que nunca podrá superar: virtualidad o virtualidad, es decir, no existe. Al igual que el caballero de Italo Calvino, la capacidad de existir radica en su pura voluntad.
Internet, sin embargo, se parece a las ciudades reales. Al igual que en las grandes ciudades, los problemas más graves en Internet son la seguridad, el tráfico y el reparto de mandos. En la actualidad se está trabajando mucho en el ámbito de la seguridad, que es la principal responsabilidad de las empresas que están mirando a Internet. Sin embargo, al igual que en el mundo real, los avances logrados para garantizar la seguridad se ven acompañados en todo momento de avances en el otro sentido. Todos los días se publican noticias sobre los logros de los hackers.
En muchas ciudades el número de vehículos es insostenible. En Internet ocurre lo mismo: ya no puede transportar gran cantidad de información a la velocidad adecuada. Esta información, además, es cada vez más compleja y la red no se creó para este tipo de “vehículos”. Si el Tren de Alta Velocidad entrara en el camino que sube a Igeldo, por supuesto, no sería un tren de alta velocidad. Son muchos los obstáculos para mejorar las bases físicas de la red: problemas económicos, monopolios en algunos territorios, transformaciones continuas, etc. Es evidente, por tanto, que el propio tren ha sido construido antes que el ferrocarril.
En muchas ciudades, por otra parte, un obstáculo grave para el desarrollo es la necesidad de llegar a un acuerdo multilateral. También en la red es uno de los puntos clave que habrá que resolver a corto plazo. Previamente habrá que decidir quién debe tomar las decisiones y eso será más difícil. No hay que olvidar que los intereses económicos y políticos que rodean Internet son y siguen creciendo.
Unas pocas horas son suficientes para aprender el idioma HTML ( Hyper Text Markup Language ) necesario para poner documentos en esta red. Con la ayuda de cualquier editor, el que trabaja en este trabajo se convierte inmediatamente en experto. Estos expertos de una semana expresan en voz alta que nadie las opiniones que se basan exclusivamente en sus criterios, y que, al igual que las que repiten por alguien que sabe poco, son indiscutibles. Este fenómeno se puede denominar “el problema del experto improvisado”.
Cualquiera puede, por tanto, desarrollar documentos en Internet y eso genera problemas. Estos documentos suelen contener enlaces y, si no se organizan de forma adecuada, pueden inducir a error a los usuarios, llevándolos de un lugar a otro sin sentido. Por eso, trabajar muchas veces dentro de Internet se convierte en estar en un laberinto.
Si se analiza sólo desde la superficie, parece que Internet ha unido pueblos dispersos por el mundo, creando o facilitando relaciones entre ellos. La Red, por tanto, podría ser una herramienta de creación y difusión de la cultura global desde esta perspectiva. Sin embargo, también es innegable que la frontera entre quienes tienen y no tienen Internet puede ser insalvable. Aunque la mayor parte de los avances relacionados con la comunicación (televisión, teléfono, otras calles de la ciudad, no olvides) nacieron para estrechar lazos, para quienes no consiguen tenerlos, pueden provocar una gran exclusión.
La jerarquía que esconde el hecho de que Internet clasifique a unos ordenadores como servers o servidores y a otros como clientes o destinatarios es también muy significativa, ya que de esta manera unos pocos pueden controlar la información que todos recibimos.
Todos somos capaces de ser destinatarios de Internet, pero ¿quién tiene que trabajar para que haya algo razonable en ella? Podemos dar tres respuestas posibles: científicos, ingenieros de desarrollo y artistas.
Los científicos investigan en campos punteros, crean nuevas tecnologías y técnicas que nos facilitan a los demás ser capaces de desarrollar cualquier cosa. Por lo tanto, la labor de los científicos no consiste en elaborar documentos, páginas o trabajos para Internet, sino en facilitar su fácil, rápida y mejor realización. Los científicos trabajarán siempre de cara al futuro, porque todavía es un campo muy amplio. No obstante, en algunos casos sería conveniente realizar labores de consulta.
El campo de trabajo propio de los ingenieros es el que transcurre desde la creación de modelos de trabajo hasta la demostración del trabajo realizado; partiendo de las condiciones y condiciones dadas anteriormente, siguen el camino hacia la mejor respuesta. El trabajo que realizan es sistemático. Eso tiene, por supuesto, su lado bueno y malo; ese trabajo suele ser rápido y ajustado a las necesidades, pero también tiene su lado negativo, ya que la mayoría de los trabajos son muy similares. En las herramientas de trabajo es necesario un proceso de estandarización, pero en el producto final, el producto que quiere ser el exponente de la propia empresa, es imprescindible un tono diferenciador, un rasgo particular que indica la naturaleza de esta empresa.
Los artistas son especialistas en mano de obra para dar esta característica particular. Los artistas suelen tardar mucho en terminar su trabajo y, por supuesto, con el estilo de vida actual esto se ha convertido en un problema. Por eso la pregunta que más tienen que oír es: “¿está ya hecho?”.
Como se ve, para trabajar en Internet es fundamental el trabajo en equipo que tantas veces se menciona en la actualidad, es decir, tomar las mejores diferencias de cada tipo de personal y reforzar el grupo abandonando las malas.
Después de analizar quién tiene que hacerlo, vamos a saber cómo hacerlo. Esto, no creas, se ve más claro. El coste actual de realizar pruebas en ordenadores es relativamente bajo, por lo que la técnica básica de trabajo debe ser iterativa. Conociendo la solución o aproximación de la solución a la que se pretende llegar la iteración, se trata de la solución que se da en esa dirección. Su característica principal es que el resultado obtenido en cada periodo es más preciso que el siguiente, es decir, que el valor que quieres alcanzar sea más cercano que el anterior.
Así, el primer paso de la iteración es proponer una solución. Posteriormente se analizan las diferencias con la solución real de lo propuesto y se propone una nueva solución que reduzca dichas diferencias. Los resultados obtenidos paso a paso, por lo tanto, van mejorando y en el momento en que se considera suficiente este resultado, se interrumpe la iteración. Por supuesto, los criterios para decidir este momento deben determinarse previamente.
Como ya se ha comentado anteriormente, la iteración es el método de trabajo más utilizado, pero también tiene problemas cuando, además de la solución que se propone, la solución que se propone es variable. El objetivo del proyecto se decide en la fase de análisis, por lo que a menudo esta fase es el momento más crítico del proyecto. El análisis realizado requiere dos componentes: análisis estático y dinámico.
El análisis estático propondrá la respuesta más adecuada al problema que se ha planteado en la actualidad, mientras que el dinámico analizará hacia dónde debe ir esta solución hasta la finalización del proyecto. Es muy importante realizar una medición previa adecuada de este cambio de solución, ya que en el peor de los casos el proyecto puede encontrarse en estado de divergencia. Este estado de divergencia suele producirse cuando la solución propuesta inicialmente se adelanta menos que la solución objetivo. Es evidente, por tanto, que no conviene olvidar el análisis dinámico en un entorno tan cambiante.
El destino de Internet vendrá determinado por la actual lucha comercial en el mundo. Microsoft, Netscape, Sun, Oracle, IBM y sus compañeros no saben de dónde sacar dinero. Cuando aclaren esto, el futuro de la red será mucho más claro. Sin embargo, parece inevitable estar ligado al entretenimiento, el negocio más rentable de este fin de siglo.
Sin embargo, una de las principales tareas de Internet sería lamentable que, después de tantas conversaciones, se pudiesen ver partidos de fútbol.