Mujeres matemáticas

XX. Hasta principios del siglo XX, entre los matemáticos que tomaron parte en el edificio de las Matemáticas, aparecen pocas mujeres. Entre las mujeres matemáticas se encuentran: Hypatia (?-415) griega, que sacó resurrección sobre la matemática clásica; Emilie Marquise du Châtelet (1706-1749), francesa, fundadora de los textos de Newton y Leibniz; Emilie María Gaetana Gusta (1718-1799), cátedra italiana de ciencias Vasphia Estas mujeres son conocidas porque han destacado sus trabajos. Hay que decir, sin embargo, que en este y en otros ámbitos quizá no haya tanta relevancia, pero que muchas mujeres que han hecho grandes trabajos no aparecen en la historia.

Sonia Vasilievna Kovalevskaya.

Las causas de esta situación fueron las condiciones en la evolución de la sociedad, que básicamente determinaban la situación económica, el grado de conocimiento, los prejuicios, las decisiones religiosas, las constituciones y los sistemas de gobierno. Bajo los sistemas capitalistas, sus consecuencias ideológicas hacían pensar que la mujer, sobre todo en Matemáticas y Ciencias de la Naturaleza, era más rebelde que el hombre y que no era tan productiva.

La valoración de la capacidad intelectual de las mujeres afirmaba que por la ideología burguesa no era capaz de estudiar. En Alemania, por ejemplo, muchas Universidades e instituciones similares de alto nivel permanecieron cerradas a mujeres que permanecieron cerradas hasta mediados del siglo pasado. Se aprobaron en las Universidades y Escuelas Superiores a partir de 1870, eso sí, como oyentes y sin derecho a matrícula. A partir de 1890 pudieron matricularse como alumno de pleno derecho. Pero en 1902 el Consejo Académico de la Universidad de Berlín no aceptaba la matrícula y en Prusia, hasta 1908 no se había regulado la admisión. Sin embargo, en algunos cursos se ofreció al Ministro de Educación la posibilidad de prohibir el acceso de las mujeres. Este caso, el de los científicos, es sólo un ejemplo de las dificultades que las mujeres han tenido en la sociedad. No hay que olvidar los que han tenido en otros ámbitos de la vida.

Sonia Vasilievna nació el 3 de enero de 1850 en Moscú. Según las costumbres, Sonia y su hermana estudiaron en casa con institutrices. Ambas mujeres se ocuparon de las actividades intelectuales. Mientras Sonia era atraida por las matemáticas, su hermana se vinculó a la Literatura.

Su pasión por las matemáticas se debe a un tío que le transmitía todos los descubrimientos matemáticos que tenía. Un día se dio cuenta de que las paredes de la habitación de los niños estaban recubiertas de hojas con cálculos matemáticos, ya que los papeles pintados procedentes de Moscú no llegaban a tiempo. Eran escritos de su tío sobre el cálculo diferencial y Sonia empezó a analizarlo con entusiasmo.

Más tarde destacaba en las Matemáticas de San Petersburgo, por lo que decidió continuar sus estudios de Matemáticas, a pesar de la oposición de su padre. Mientras tanto, la joven aristocracia y la burguesía rusa empezaron a pedir una educación más libre (y las mujeres, sobre todo, una actividad intelectual propia). Al no poder cursar estudios superiores en Rusia, se intentaba ir al extranjero. Pero eso también era difícil y muchas veces se celebraban matrimonios de conveniencia.

Con 17 años, Sonia, su hermana y un amigo, le propusieron a un compañero de clase (Vladimir Onufriyevitx Kovalevsky) que se casara y eligió Sonia. Tras superar todos los obstáculos, Sonia y Vladimir se casaron a los 18 años. Después de un año y medio en San Petersburgo, fueron a estudiar a Heidelberg. Allí tuvieron una vida doméstica. Sonia partió hacia Berlín a finales de 1870. Su marido, por su parte, cursó los estudios de Geología en Jena y Munich. Como en los matrimonios de conveniencia era bastante frecuente, con esta distribución Sonia quería superar los avatares que tenía con su marido.

En todas las Universidades de Berlín le impidieron entrar. Por ello recurrió al catedrático Karl Weierstrass. Consciente de la capacidad de Weierstrass Sonia, a pesar de ser contrario a la incorporación de las mujeres a la universidad, la recibe dos veces por semana para consultas y le ayuda a cursar estudios.

Primera y última página de una carta escrita por Vasilievna Kovalevs-kaya.

En 1871 realiza dos viajes a París para ver y acompañar a su hermana. Un amigo de su hermana fue encarcelado tras los sucesos del baño y condenado a muerte. En una carta que escribió a su padre para informarle de la situación de entonces decía:

Estábamos tan fascinados por estas nuevas ideas, tan convencidos de que el orden social menerador no aguantaría mucho, que creíamos que teníamos en nuestras manos la era de la libertad y la ilustración universal. Soñábamos que estaba cerca y que la llegada estaba segura.

En sus estudios Weierstrass trabajó inicialmente los trabajos y métodos que le presentaba. Poco después logró conocer lo suficiente como para presentar sus investigaciones. Escribió tres trabajos: el primero, sobre la teoría de las ecuaciones diferenciales en derivadas parciales, que permitió responder a algunas de las preguntas que hasta entonces estaban abiertas; el segundo, referido a la estructura del anillo de Saturno; el tercero, explicó las condiciones de las funciones racionales de las cuatro líneas cuatrimálgicas (de diferente cero (x,Q(x))), de la función F x y de la función racional de Q(x).

El propio Weierstrass llamaba a estas obras que no iba a tener ningún impedimento para aceptar cada obra como tesis doctoral y añadía: “Pero, como es la primera vez que una mujer quiere doctorarse en trabajos matemáticos, la Facultad además de tener motivos para establecer condiciones rígidas, es partidaria de mis intereses favoritos... Pero, en cuanto a la preparación matemática de la señora Kovalevskiy, puedo asegurar que he tenido pocos alumnos comparables con ella en cuanto a comprensión, opinión adecuada, esfuerzo y llama por la ciencia.”

El primer trabajo fue reconocido como tesis doctoral en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Gotinga, liberándose de un examen duro para el doctorado. En 1874, por lo tanto, le dieron el título de doctor “en ausencia de él”. En la solicitud escrita al Decano se indicaba lo siguiente:

Ante hombres desconocidos, la situación de la rutina que yo mismo me obligaría a responder me atasca y me confunde. A ello añadió: No domino bien el alemán para hablar, aunque pienso y escribo en Matemáticas. Mi falta de capacidad para expresarme en alemán se debe a que hace cinco años empecé a estudiar y en cuatro de ellos la vida en Berlín era doméstica.

En los años siguientes su trabajo se vio afectado por circunstancias familiares (muerte de su padre, suicidio de su marido, nacimiento de su hija, ...). La refracción de la luz en las zonas acristaladas trabajaba en temas relativos a la estructura e integral abelinas del anillo de Saturno. Su objetivo no era enriquecer las Ciencias Físicas, sino que el conocimiento adquirido quería demostrarlo rígido y matemáticamente. En 1881 la Universidad de Estocolmo le ofreció la cátedra.

La admisión de la cátedra se retrasó y hasta 1883 no fue a Estocolmo. Escribió entonces al Rector de la Universidad:

Doy las gracias a la Universidad de Estocolmo, la única Universidad Europea que me ha abierto sus puertas.

Academia de Ciencias de San Petersburgo.

Para que se entienda perfectamente lo que la cátedra anunciaba, hay que tener en cuenta que tampoco se podía acceder como oyente a la Universidad de Berlín.

Publicó una selección de trabajos de Estocolmo. La rotación de un sólido pesado en torno a un punto fijo le valió el Premio Bordin de la Academia de Ciencias de París, el mayor galardón concedido a una mujer que recibió el día de Navidad de 1888. La importancia del trabajo consistía en considerar t el tiempo como una variable compleja.

En 1890 fue elegido miembro de la Academia de Ciencias de Petersburgo.

Además de los trabajos científicos, Sonia se dedicó a las letras. Escribió memorias de la infancia. Terminó una novela titulada “Catedrático no titular”. También escribió poemas y artículos periodísticos. Asumió los problemas sociales y luchó por los derechos de las mujeres. En su opinión:

Me consideran pioneros en el movimiento de emancipación de la mujer en Estocolmo.

En enero de 1891, cuando regresaba de Italia a Estocolmo, sorprendió una gran ronquera. Al principio no le hizo mucho caso, pero su situación se fue agravando y el 29 de enero murió a los 41 años. En el legado quedaron las investigaciones iniciadas en Matemáticas. Periódicos y revistas alabaron su labor científica y su actividad social. El cementerio de Estocolmo fue cubierto de flores.

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