En la década de los 60 el crecimiento de la industria fue rápido, pero esto no fue selectivo. La competitividad se basaba en dos factores: por un lado, el bajo coste de mano de obra y, por otro, los aranceles fijados por el gobierno.
En la década de los 70 se produjo una crisis petrolífera. Mientras los Estados vecinos se enfrentaban a la crisis, España la consideró como coyuntural y retrasó los cambios necesarios. A nivel social y político se produjeron cambios profundos.
En 1985 España se integró en la Unión Económica Europea y el mercado aumentó, pero con ello la competencia entre naciones en igualdad de condiciones agudizó ese mercado. Por ello, ha sido necesaria una remodelación de la estructura industrial. En ese camino muchas pequeñas empresas han tenido que cerrar sus puertas o han caído en las garras de las multinacionales.
En la actualidad, basar la competitividad en los costes de la mano de obra no es una vía directa, lo que debería ser evidente para las empresas. En general, la innovación es la única vía y, aunque puede ser peligrosa, es más peligroso no atender la innovación.
Nuestra sociedad ha creído que la misión de la empresa es ganar dinero. Si nadie discute (salvo empresas públicas que prestan servicios sociales o que son estratégicas) que la supervivencia a largo plazo es imposible sin beneficios económicos, la misión de la empresa debería ser la de crear y mantener nuevos clientes. Las consecuencias de un conjunto de clientes son beneficios económicos, pero para ello es necesario saber captar y mantener satisfechos a los clientes.
Por otro lado, la empresa no debe ser considerada como una organización de fabricación de productos sino como un proceso de satisfacción del consumidor. El cliente no compra el producto sino la esperanza del beneficio.
En la actualidad la oferta de productos es muy amplia y lo mismo ocurre con un solo producto, muchas empresas ofrecen el mismo producto o muy similar. El consumidor elegirá el producto en función de su valor añadido, es decir, de las diferentes características que adquirirá con el producto:
Si la empresa asigna un valor añadido al producto, el consumidor quedará satisfecho y los beneficios se obtendrán obligatoriamente. Por eso es tan importante el producto, ya que el cliente comprará el producto de mayor valor añadido.
Teniendo en cuenta el desarrollo social y económico, se exigen a los productos una serie de especificidades:
El avance tecnológico hace que las posibilidades técnicas de creación de producto sean cada vez mejores:
A pesar de que el cliente solicita un producto personal, se recomienda en gran medida la estandarización, combinando elementos diferentes para crear nuevas variantes. En este sentido, la planificación de la evolución del producto en el diseño inicial facilitará los cambios posteriores facilitando el éxito comercial.
Por el tamaño del proyecto o por la dificultad intrínseca de los elementos técnicos necesarios, la dificultad puede considerarse asociada al proyecto del producto. Por ello, son necesarias las metodologías de trabajo más avanzadas y equipos de trabajo multidisciplinares.
Por otra parte, si una empresa no tiene la propiedad del producto fabricado, depende de su propietario y, en definitiva, se trata de un centro de producción. Así, cuando el propietario del producto considere que las condiciones son mejores en otro lugar, trasladará la planta de producción o pondrá a disposición de otro la licencia de fabricación del producto.
Por el contrario, si cada uno tiene su propio producto, tendrá capacidad de decisión. De alguna manera, es garante del futuro del producto.
El diseño consiste en seleccionar y aplicar una o varias soluciones técnicas. La solución técnica es una de las alternativas para solucionar los problemas del diseñador. El conjunto de soluciones técnicas constituye la base de conocimiento de la empresa, su patrimonio más rico. Muchas veces estos conocimientos están sólo en la mente del diseñador, pero éste puede estar equivocado o cambiar de empresa.
El diseño sistemático es imprescindible para evitar errores y olvidos y para que todo el conocimiento esté presente en la empresa. En el proceso de sistematización se han inventado herramientas de diseño que pueden ser de dos tipos:
Todos los pasos deben estar sistematizados para la optimización del proceso de diseño. Para esta sistematización existen diferentes herramientas de diseño: Análisis Metodológico de Conclusiones y Defectos, Diseño para Fabricación y Montaje, Manuales de diseño, etc.
La vida de un producto es cada vez más corta, ya que las necesidades y deseos de la gente cambian constantemente y aprovechando el beneficio de las nuevas tecnologías que salen, se pueden conseguir ventajas de coste y productos de mayor calidad. Por ello, el plazo para realizar un nuevo producto o una reforma de un producto debe ser cada vez más corto: cuanto más corto sea el plazo, mayor será la probabilidad de adelantarse a la competencia.
En los últimos años tenemos la filosofía de la Ingeniería Conjunta. Según esta filosofía, diferentes grupos de trabajo (producción, fabricación, marketing) trabajarán de forma paralela y no consecutiva. Entonces las correcciones de errores y cambios en general se llevan a cabo con anterioridad, aumentando la calidad y reduciendo costes y plazos.
El camino es el diseño y la innovación para no retroceder en la carrera de la competitividad y para seguir ese camino todos los miembros de la empresa deben estar implicados.