Chispas eléctricas de Bizkaia

En el área de Bizkaia existen varios proyectos de producción de energía eléctrica: centrales eléctricas de ciclo combinado, planta de regasificación, IGCC... Palabras nuevas que últimamente hemos escuchado a menudo. Los políticos sí, los ciudadanos no... ¿Pero qué es lo que realmente quieren construir en nuestros terrenos?

En 1992, el Gobierno Vasco definió la planificación de la Estrategia Energética de Euskadi 3E-2000 para el periodo 1991-2000. Posteriormente, en la década de los 90, teniendo en cuenta los cambios en materia energética, revisó esta estrategia y decidió ampliarla a 2005. El objetivo marcado no es lento.

En 1995 el 20% de la electricidad consumida en la CAPV fue producida en la misma. La segunda planificación propone producir el 82% del gasto realizado en 2005. Para ello, el Gobierno Vasco prevé una inversión de 415.000 millones de pesetas (16.600 millones de libras). La mayor parte de la inversión, por encima de los 166.000 millones de pesetas (6.640 millones de libras), se destinará a la producción de energía eléctrica.

Para alcanzar este objetivo, el Gobierno Vasco está apoyando e impulsando la participación de diversas iniciativas privadas. Entre ellas se encuentran las instalaciones que quieren construir en la zona de Bizkaia: centrales eléctricas de ciclo combinado en Boroa (Amorebieta) y Santurtzi, planta de regasificación en Zierbena, ciclo combinado de gasificación integrada (IGCC) en Abanto y central de valorización de gases de vertedero en Artica (Bilbao). Según el viceconsejero de Energía del Gobierno Vasco, Javier Aramburu, estos proyectos permitirán a las empresas vascas vender energía a un precio muy competitivo. Además, ha anunciado la intención de vender externamente el gas regasificado.

La ciudadanía no está conforme

A pesar de que todos estos planes de generación de energía eléctrica avanzan, la ciudadanía ha mostrado su oposición. En declaraciones tanto en la calle como en las oficinas de diversas instituciones, los grupos ecologistas y los grupos formados al efecto han reivindicado una y otra vez la oposición a las instalaciones. Quizá los grupos que más han buscado han sido el Colectivo del Abra y el Zornotza Bizirik.

El Colectivo Abra nace el año pasado. Su objetivo es hacer frente a los proyectos en marcha en el Gran Bilbao, en el entorno de la bahía del Abra. En los actos y declaraciones públicas que se han realizado hasta la fecha, este colectivo ha criticado varios puntos sobre los proyectos. En primer lugar, se mencionan los impactos ambientales de las centrales térmicas. Denuncian que los gases emitidos en el proceso de combustión, además de ser contaminantes, provocan el cambio climático, contribuyen al calentamiento de la tierra y perforan la capa de ozono. Además, han denunciado que en los estudios medioambientales no se ha tenido en cuenta el efecto sinérgico de todas las centrales.

Por otro lado, se señala que el metano utilizado como combustible es explosivo y contaminante y que el transporte de este gas supone una importante inversión. Por último, destacan que si se llevaran a cabo todos los proyectos de centrales que se quieren construir en Bizkaia, se produciría 2,5 veces más electricidad de la que se consumirá en la CAPV, por lo que gran parte de la misma deberá ser vendida. La principal reivindicación del colectivo Abra es pedir a la población medidas de ahorro energético. También consideran que hay que impulsar fuentes de energía más limpias, pero no de forma masiva, como lo están haciendo con la energía eólica.

Para luchar contra la central térmica que quieren construir en Zornotza, a finales del año 2000 se creó el grupo Zornotza Bizirik. Aunque en un principio se mostró a favor, con el paso del tiempo el ayuntamiento se ha mostrado contrario al proyecto. Entre los argumentos presentados al efecto destaca el relativo a la clasificación de los terrenos. Según la clasificación del suelo de Boroa, la altura permitida es de 10 metros y sólo se puede alargar por razones técnicas. Por su parte, la entidad gestora del proyecto Bizkaia Energía considera que la chimenea de 50 metros a construir en la central es una razón técnica, por lo que no tiene por qué causar problemas legales. No obstante, el Ayuntamiento considera que no se trata únicamente de una chimenea, según el proyecto, la mayoría de las partes del edificio tienen una altura superior a 10 metros. J. Consejero de Industria del Gobierno Vasco J. Imaz ha insistido en que si no se cumplen las condiciones de construcción, la empresa irlandesa ESB tendrá que buscar otro lugar para construir la central.

Mientras tanto, la ciudadanía ha realizado diversas manifestaciones multitudinarias y, además de las reivindicaciones callejeras, el grupo Zornotza Bizirik ha estado formado por instituciones y oficinas. De hecho, los miembros del grupo temen la contaminación que puede generar una central de este tipo y presentan alegaciones al proyecto de la central. Para dar respuesta a todo ello y defender el proyecto, los responsables de la empresa ESB publicaron una nota de prensa en los periódicos. En el mismo, el grupo Zornotza Bizirik desmiente algunas de las cuestiones planteadas en relación al proyecto y da cuenta de las modificaciones acordadas tras el análisis y valoración de las alegaciones.

Central de ciclo combinado.

Entre estos cambios cabe destacar el de la refrigeración. Tras analizar las alegaciones, se decide sustituir el agua por un sistema de refrigeración por aire. De esta forma se evitará la reducción de agua y la generación de nieblas por parte de la central. Por otro lado, indican que van a utilizar quemadores con bajas emisiones de NOx. En cuanto al dióxido de carbono, la central de Boroa emitirá la mitad de las emisiones a la atmósfera de las centrales térmicas convencionales. Los zornotzarras también están preocupados por la influencia que tendrá el edificio de la central en el paisaje circundante, ya que contará con dos torres de 50 metros de altura y más de 7 metros de diámetro. Para hacer frente a ello, los responsables del proyecto aseguran que intentarán minimizar los impactos sobre el paisaje.

Esta nota de prensa fue publicada a finales de febrero. Posteriormente, el 27 de marzo, los responsables de ESB ofrecieron una rueda de prensa. En sus declaraciones indicaron que en los próximos meses se va a llevar a cabo una campaña para explicar los beneficios que va a reportar la central. La rueda de prensa ha anunciado que la demanda de energía eléctrica se incrementará entre un 3 y un 3,5% y espera producir el 40% de lo que se consuma en la CAPV en la central de Amorebieta. En cualquier caso, tras analizar y discutir toda la información sobre el proyecto, ESB dice que respetará la decisión de los vecinos de Amorebieta.

Ese mismo día, el diputado de Presidencia, José Luis Bilbao, hizo declaraciones a favor de la central en las Juntas Generales de Bizkaia. En su opinión, la central de Boroa es necesaria, adecuada y buena. Sin embargo, dijo que la Diputación Foral de Bizkaia no va a hacer nada en contra de la decisión final del Ayuntamiento de Amorebieta.

En relación a todo ello, cabe recordar que en marzo se publicaron dos informes a favor de la central de Amorebieta. Por un lado, el Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno español (MIMAM) ha considerado viable el proyecto de Boroa. Según la Declaración de Impacto Ambiental aprobada, la empresa ESB deberá cumplir una serie de requisitos, tanto antes del inicio de las obras como durante la fase de construcción.

Por otro lado, existe un informe elaborado por el laboratorio Labein por encargo del Gobierno Vasco. En ella se dice que de las cuatro centrales que se quieren construir en Bizkaia, la de Amorebieta es la que menos óxidos de nitrógeno emite. Según el informe, cada una de las dos chimeneas de la central emitirá 29 gramos de óxido de nitrógeno por segundo, mientras que las chimeneas de Petronor emitirán 63 gramos por segundo. En cuanto al medio ambiente, el informe destaca las ventajas ambientales de las centrales eléctricas de ciclo combinado que utilizan gas natural como combustible frente a las térmicas convencionales.

Torre de refrigeración.

Las primeras emiten dióxido de carbono a la atmósfera 2,8 veces menos que las centrales térmicas de carbón mineral y 2,2 veces menos que las centrales de fuel. Por otro lado, el estudio ha desmentido que la concentración de óxidos de nitrógeno en las localidades en las que se van a construir centrales será mayor que en otras, y que dependerá de la altura de las zonas residenciales. Por último, se señala que la construcción de la central en Boroa supone que la concentración media anual de óxidos de nitrógeno en Durango apenas variará, si bien la construcción de centrales en Santurtzi, Artica o en la zona del Abra.

Nada más hacer público el informe, los miembros del grupo Zornotza Bizirik denunciaron que no se menciona el dióxido de carbono. Asimismo, cuestionaron la fuente de los datos utilizados para la elaboración del informe y preguntaron si Labein ha realizado una investigación propia o si ha utilizado los datos aportados por la empresa. En cualquier caso, se indicó que seguirán realizando acciones contra la central.

Planta regasificadora de Zierbena

En el superpuerto de Bilbao, en el recinto de Zierbena, se pretende la construcción de una planta regasificadora de gas natural licuado y de una central eléctrica de ciclo combinado. Para llevar a cabo este proyecto se creó la sociedad Bahía de Bizkaia. La Sociedad tiene dos ramas: Bahía de Bizkaia Gas y Bahía de Bizkaia Electricidad. Los socios de la sociedad son la multinacional BP-Amoco, el Ente Vasco de la Energía, Repsol YPF e Iberdrola, todos ellos con el mismo nivel de participación. Según el proyecto, las obras debían comenzar en noviembre del año pasado y finalizar para finales del año 2003.

La mayor parte de los gases licuados proceden de los yacimientos de BP-Amoco en las islas de Trinidad y Tobago y Nigeria, y el resto de Noruega y Venezuela. Dos de los tres buques de metano utilizados para el transporte de gas se realizarán en la empresa La Naval de Sestao y el tercero lo hará el astillero del Puerto Real de Cádiz. Los barcos tendrán un volumen de 138.000 m3. Para el almacenamiento de gas se construirá un depósito de 150.000 m3 o dos tanques de 110.000 m3. Para llevar el gas de la planta de regasificación a la red general se construirá un gasoducto de 5,5 kilómetros. Para llevar a la red la energía eléctrica generada en la central eléctrica se instalará una línea de alta tensión de 14,5 kilómetros a 400 kV. Además, se construirán tres subestaciones de transmisión en Santurtzi, Zierbena y Abanto.

Buque metano.

Entre ambas instalaciones se utilizará una superficie de 230.000 m2. En total se destinarán 77.000 millones de pesetas (3.080 millones de libras). El presupuesto de la planta de regasificación asciende a 34.000 millones de pesetas (1.360 millones de libras) y el de la central eléctrica a 43.000 millones de pesetas (1.720 millones de libras). En los contratos se indica que una parte importante del suministro a utilizar en las instalaciones ha de ser realizado en la CAPV. La construcción contará con cerca de 2.000 personas, mientras que la puesta en marcha de las instalaciones supondría cerca de 100 puestos de trabajo.

La planta de regasificación deberá construirse en un plazo de 36 meses. La primera fase consiste en la importación y regasificación de 2.700 millones de metros cúbicos anuales de gas licuado, lo que supone el mínimo de gases calculado para rentabilizar la instalación. Sin embargo, en la segunda fase se puede llegar a 6.000 millones de metros cúbicos al año. Casi el 100% de las subcontrataciones se realizarán entre empresas vascas de alto nivel.

La central eléctrica de ciclo combinado debe construirse en un plazo de 27 meses. Tendrá una potencia instalada de 800 MW. El 35% será suministrado por empresas vascas y el 20% por fabricantes del resto de Comunidades Autónomas, a partir de ahí se subcontratará en la Unión Europea.

Central térmica de Santurtzi

Quieren añadir una nueva unidad a la central térmica de Santurtzi. De esta forma, a la potencia existente de 936 MW se sumarán 400 MW adicionales. La nueva unidad incorpora gas natural y gasóleo como combustible. Este proyecto cuenta con un presupuesto de 25.000 millones de pesetas (1.000 millones de libras).

Planta IGCC de Abanto

Quieren construir la planta IGCC junto a la refinería de Petronor. Para ello se prevé una superficie aproximada de 130.000 metros cuadrados. Aunque la planta tendrá una potencia instalada de 946 MW, las salidas a la red serán de 824 MW y el resto se destinará al funcionamiento interno de la instalación. Como combustible se utilizarán los residuos generados en la producción de fuel. Se consumirán aproximadamente 1,5 toneladas de materia prima al año y se producirán 15.000 toneladas de hidrógeno. Además, se obtendrá azufre sólido y pasta metálica que se venderá a la industria química y metalúrgica respectivamente. Se espera una eficiencia neta de la instalación superior al 43%. La construcción contará con cerca de 2.500 operarios. En cuanto a la puesta en marcha de la instalación, se crearán unos 120 puestos de trabajo directos y otros 500 indirectos.

El coste del proyecto asciende a 161.000 millones de pesetas (6.440 libras). Para hacer frente a esta fortuna, Petronor espera recibir ayudas públicas similares a las obtenidas en otros países europeos. Sin embargo, está dispuesto a avanzar sin subvención. De hecho, según los responsables, el objetivo de la instalación que quieren construir es estratégico. Por un lado, consideran necesario adaptarse a los cambios que se están produciendo en el mercado de productos refinados. Por otro lado, se considera imprescindible para asegurar el futuro de la empresa.

Central eléctrica de ciclo combinado de Boroa

La empresa irlandesa ESB (Electricity Supply Board of Ireland) tiene previsto construir una central térmica de ciclo combinado en el barrio de Boroa de Amorebieta, para lo que han constituido la sociedad privada Bizkaia Energia. ESB es una empresa pública que se encarga de la distribución de energía eléctrica en Irlanda. En caso de construirse, la central tendría instalada una potencia de 800 MW. Contará con dos calderas, dos generadores y dos turbinas de vapor que consumirán anualmente 1.000 millones de metros cúbicos de gas. La central se construirá con 60.000 m2.

Para llevar la energía eléctrica a la red se instalarán líneas de alta tensión.

El coste del proyecto asciende a 65.000 millones de pesetas (2.600 millones de libras) y se espera que esté finalizado para el año 2004. Bizkaia Energia prevé que los componentes e infraestructuras de la planta y el trabajo civil se realicen por las compañías vascas. No obstante, las turbinas deberán ser realizadas por una empresa externa, ya que en todo el mundo sólo existen cinco empresas productoras de turbinas de gas. Pero sea cual sea el fabricante, será requisito estar en posesión del certificado de calidad ISO 9000. Cabe destacar que el coste de las turbinas se sitúa en torno al 50% de la inversión total prevista para la central, es decir, 32.500 millones de pesetas (1.300 millones de libras). Durante la construcción generará aproximadamente 500 puestos de trabajo temporales. En el momento de su puesta en marcha, serán 50 los puestos de trabajo cualificados.

Incineradora de Artica

El barrio bilbaíno de Artica pretende convertir los residuos sólidos en cenizas y construir una planta de producción de energía eléctrica. Este proyecto cuenta con un presupuesto de 25.000 millones de pesetas (1.000 millones de libras) y está ya muy avanzado. De hecho, a finales del año pasado obtuvo la licencia de actividad y, por otro lado, el estudio de impacto ambiental también ha recibido el visto bueno. Se espera que la central esté operativa en el plazo de 26 meses desde el inicio de las obras. Para llevar a cabo el proyecto se creó la empresa mixta Zabalgarbi. Son socios de la misma la empresa francesa Vivendi, la Diputación de Bizkaia, Sener, EVE, BBK, Babcock & Wilcox, la Mancomunidad de Municipios de la Margen Izquierda y los Institutos de Ahorro y Diversificación Energética dependientes del Gobierno de Madrid.

Estas son, por tanto, las instalaciones que quieren construir en nuestros terrenos. En los próximos meses sabremos si los proyectos han sido rechazados o si van a comenzar a construirse.

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