Los baserritarras austríacos y alemanes cultivan tomate, pimientos, patata, puerros, etc. en sus tierras, tanto para el hogar como para la venta. El girasol y la colza crecen para producir combustible. Este combustible es utilizado en tractores de caserío y maquinaria agrícola. Solucionan así su problema con el suministro de petróleo. Además, aunque el precio del gasóleo suba, no tienen motivo de preocupación.
Técnicos de Itsasmendikoi y Neiker-Tecnalia, durante una visita realizada el pasado año a Austria, se prensaron las cosechas de girasol o colza en lagares y conocieron el sistema para utilizar el aceite obtenido como combustible para la maquinaria agrícola, de la mano de sus agricultores. Con este sistema, los cultivos cultivados por los agricultores pueden convertirse en combustible de las máquinas. Los aceites se pueden extraer de semillas y frutos de diversas plantas oleaginosas, con unas 300 especies. Sin embargo, los más utilizados son la colza, el girasol, la soja y la palma. Muchos baserritarras austríacos y alemanes ya han apostado por este sistema de autoabastecimiento. Es una opción futura del sector agrícola del País Vasco: plantar una cosecha de girasol o colza que, en lugar de venderla, será molida en una prensa. Así, por cada kilo de girasol o colza prensada en lagares se obtiene un tercio de aceite que puede ser utilizado como combustible de las máquinas.
En los terrenos de Neiker-Tecnalia y Itsasmendikoi (IMK) de Arkaute se plantan aproximadamente 20 hectáreas de colza. La semilla se siembra hacia septiembre y se recolecta a finales de julio. La cosecha recogida se guarda en silos antes de su procesado. A continuación se envía la semilla a la prensa, donde se extrae el aceite y la torta (el exceso de girasol y colza extraídos de la prensa). Se obtienen 1.000 kg de aceite por hectárea y 2.000 kg de tortas. Por tanto, en estas 20 hectáreas se obtienen 20.000 litros de aceite y 40.000 kg de torta. Para obtener un litro de aceite se necesitan tres kilogramos de girasol o colza.
El aceite se recoge en el decantador que se coloca en la parte inferior de la prensa. Se deja reposar durante un mes para que las impurezas se rompan. A continuación se pasa el aceite al contenedor de forma definitiva. Este contenedor dispone de un caudalímetro para medir y controlar el consumo de los vehículos que utilizan este combustible.
De esta forma, el agricultor utiliza el aceite como combustible para las máquinas y el excedente de girasol y colza (torta) extraído de la prensa puede ser aprovechado o vendido como alimento para el ganado (cerdos, ovejas, vacas). Esta torta es un alimento rico en proteínas y de alto valor energético: 15% aceite y 30% proteínas aproximadamente. Sin embargo, no se puede almacenar durante mucho tiempo, ya que pierde la alimentabilidad. Por ello, las tortas son enviadas a las fábricas de piensos aproximadamente cada quince días.
Los expertos creen que este sistema puede ser rentable en Navarra, Álava y Bizkaia. Son ya muchos los agricultores europeos que lo han puesto en marcha. Sin embargo, este sistema obliga a los agricultores a realizar inversiones previas. De hecho, para poder funcionar con este tipo de combustibles es necesario adaptar los motores de las máquinas.
Los vehículos funcionan con diesel y aceite vegetal. Conviene arrancar el motor con gasóleo y sustituir este combustible por aceite vegetal cuando la temperatura de funcionamiento del motor sea la adecuada. A temperatura ambiente, la viscosidad del aceite es elevada y tardaría mucho en arrancar. En caso de parada prolongada del motor, o cuando se prevea que el motor se enfríe antes de volver a arrancar el vehículo, se sustituirá el aceite del sistema de alimentación por gasóleo. Para realizar este cambio se activa manualmente un interruptor.
Sin embargo, tiene ventajas como que cada prensa o lagar puede ser utilizado por varios agricultores a la vez, repartiendo gastos. También aumenta la biodiversidad del suelo, junto con la cosecha de los agricultores.
Fuerte impulso de los biocombustibles. Cada vez se crean más plantas de biocarburantes y cada vez son más los agricultores europeos que siembran semillas para biocombustibles. Teniendo en cuenta el retroceso que ha sufrido la agricultura en los últimos años, el biodiesel podría ser una vía para crear nuevos mercados, ingresos y empleos. A pesar de que el proyecto o sistema sigue siendo pionero en el País Vasco, los expertos esperan que en el futuro pueda dar sus frutos.