El patrimonio de un pueblo suele ser de tres tipos: material, cultural y biológico. Los dos primeros los entendemos bastante bien porque son la base de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, la tercera no se valora adecuadamente: se trata de un error estratégico inexcusable, que en un futuro próximo va a traer cada vez más arrepentimientos. La biodiversidad es, de hecho, una gran fuente potencial de riqueza material, generalmente no explotada. Sin embargo, el patrimonio biológico mundial está sufriendo una terrible alarma: en los próximos 50 años no habrá lugar para la mayoría de los animales y plantas. Sin embargo, la integridad de los seres vivos de este planeta está sin explorarse; la investigación de esta biodiversidad es uno de los grandes retos de la ciencia actual y, al mismo tiempo, una de las necesidades más urgentes de toda la humanidad.
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