1996/06/01
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Botiquín necesario
Texto generado por el traductor automático Elia sin revisión posterior por traductores.
Elia Elhuyar
Si eres de los que guardan de todo en el botiquín de casa, te conviene leer lo siguiente. Incluso si no tienes botiquín en casa. Aquí tienes unos sencillos consejos a tener en cuenta.
¿Qué podemos hacer si alguien de casa tiene de repente alguna molestia leve, como el dolor de garganta o la cabeza? Lo más normal es poner en marcha medidas sencillas para tratar estas molestias en el hogar, intentando controlar los síntomas de cerca. Una vez tomadas estas medidas sencillas, y tras volver a valorar la situación en 48 horas, podemos acudir al médico si no se ha producido ninguna mejoría, o si ha aparecido algún síntoma nuevo, como la fiebre.
Mientras tanto, el botiquín doméstico de primeros auxilios ha adquirido un gran protagonismo, sobre todo en las primeras 48 horas. Pero siempre teniendo en cuenta que el botiquín doméstico no es, en ningún caso, sustituto de la farmacia o farmacia de la calle, ni abierto (y semi-consumidos), ni un almacén de medicamentos y medicamentos que pueden estar caducados o caducados.
Botiquín: ¿dónde y cómo?
Cualquier persona debería saber que el botiquín doméstico debe estar en un lugar fresco y seco, por lo que el baño no es un lugar apropiado para el botiquín, ya que los cambios que se pueden producir en la temperatura y en la humedad (que son frecuentes en los baños) pueden alterar la vida y la eficacia de los medicamentos. Debe estar situado a cierta altura y cerrado con llave para evitar que los niños puedan circular por el interior.
Su mantenimiento es tan importante como el contenido del botiquín, ya que en su día fue recetado por el médico, pero ahora no se guardará ningún medicamento que nadie tome. Cualquier tablet o cápsula que lleve más de dos años en casa será desechada, así como cualquier pomada o ungüento que endurezca, agriete o pierda la sustancia que contiene, aunque sea utilizable a la fecha de caducidad.
El gas y las vendas esterilizadas, el rollo de esparadrapo y los apósitos (tiritas) son esenciales en el botiquín doméstico.
El botiquín doméstico quedará debidamente equipado si se cumplen las siguientes recomendaciones:
- Termómetro, pinzas y tijeras para completar el utillaje básico. El termómetro, por tanto, debe ser fiable y fácilmente legible. Puede ser cualquier modelo o marca, normal o en boinas. En cuanto a las pinzas y tijeras, es preferible que sean especiales, que no se utilicen para otros usos domésticos y que, si hay niños, sean de bordes o puntas desnudas.
- Algodón hidrófilo para limpieza y desinfección de heridas. Un pack de 200 gramos (el mínimo es la marca) es suficiente.
- Alcohol de 96° y agua oxigenada. Envases de 250 ml o 250 cm cúbicos por unidad (cuarto de litro).
- Un antiséptico líquido de tipo mercromina o yodo. Existen mercrominas de color (generalmente rojas) y sin color. No hay diferencias en cuanto al efecto antiséptico entre ambos, las diferencias son otras: limpieza, miedo a ensuciar la ropa, etc.
- Gas y vendas esterilizadas de diferentes medidas para proteger y vender las heridas tan comunes en el hogar. Dado que normalmente en una caja vienen gases del mismo tamaño (diez por diez centímetros, o veinte por veinte), quizá cuando por primera vez decidimos formar el botiquín, con los granos de varias cajas podemos hacer una especie de popurri o mezcla, guardando todos en una sola caja.
- 1 o más rollos de esparadrapo. En la actualidad existen los llamados esparadrapos de papel, hipoalérgicos, que permiten la salida de la transpiración y que no producen ningún daño en su retirada. Hay muchos nombres comerciales y medidas, pero el esparadrapo más estándar es de 2,5 cm.
- Apósitos para cubrir heridas y rozaduras (tiritas). Actualmente existen varias marcas que ofrecen surtidos, de 3 a 4 tamaños, camisetas e impermeables. Para los niños, en lugar de curar el “pup de cinco xentimos, con trapo de veinte xentimos”, hay tiritas hechas con personajes inventados hoy por Disney, y no cabe duda de que los niños están mucho más “mejor” si los ponemos, en lugar de tiritas normales.
- Algún analgésico y anticatarral para intentar paliar o paliar los primeros síntomas de la gripe. Presentaciones efervescentes (es decir, se funde inmediatamente después de verter la pastilla o el comprimido en un vaso de agua) o que se venden en exceso, con sabor a naranja, que se disuelven inmediatamente con un poco de líquido. Las marcas comerciales son muy numerosas y no hace falta receta médica para comprarlas en farmacia.
- Pastillas descongestivas para aliviar y disfrutar del dolor de garganta y irritabilidad, normalmente sin antibióticos.
- Para los que tienen empachos, corazones e indigestiones es conveniente tener antiácidos. Simplemente sal de fruta (ENO) o bicarbonato sódico.
- Y finalmente, un retoque o linimiento para utilizarlo cuando haya molestias musculares, retorcidos, etc. Pueden ser pomadas, gelatinas, sprays, espumas, etc.
¿Y cuando vamos de vacaciones, qué?
Aunque es imprescindible tener un botiquín mínimo en casa, debes recordar al lector que la automedicación es peligrosa. La automedicación puede alterar los síntomas y dificultar el diagnóstico de la enfermedad.
A menudo hay que tener en cuenta que los medicamentos están más hinchados que los que están equipados, y en ellos hay muchas cosas inútiles (tantacontadores, jeringas, pomadas y colirios, sin tener en cuenta los antibióticos o jarabes utilizados en una ronda anterior). Nunca debe usarse sin prescripción médica. La automedicación es peligrosa, ya que puede alterar los síntomas y dificultar el diagnóstico de la enfermedad.
Por eso, si cuando vayas de vacaciones quieres llevar el botiquín a cero, el contenido variará en función de dónde vayas y los días que vas a estar allí. Sin embargo, hay cosas que siempre hay que llevar: analgésicos (para eliminar el dolor) y antipiréticos (contra la fiebre); crema solar; antihistamínicos, para tratar punciones y alergias; material para hacer curas (vendas, gases, esparadrapo, etc.) y también contra diarreas (pero nunca se dará a los niños sin consultar con el médico).
Y todo eso lo has metido en su cajita, ¡que lo pases bien!