Los ultrasonidos se conocen desde hace tiempo. Se trata de sonidos de más de 20.000 hertzios, por lo que el oído humano no puede percibirlos. El comportamiento de los ultrasonidos es el mismo que el de los sonidos que escuchamos: se utilizan medios para moverse de un medio a otro --aire, tejidos humanos...-, se mueven a una velocidad determinada, tienen forma de onda y transportan energía.
Estos sonidos tienen muchas aplicaciones. Al ser capaces de acceder al interior de los materiales y obtener mucha información de ello, en muchos sectores los ultrasonidos son una herramienta tecnológica de gran utilidad. Pero quizá uno de los usos más conocidos es el estudio de los tejidos biológicos. Como se ha mencionado anteriormente, las ecografías se basan en ultrasonidos. Para la realización de las ecografías, primero se moja con una sustancia gelatinosa la parte del cuerpo a estudiar. Este gel trabaja como conductor. Para el envío de ondas de ultrasonidos se utiliza un transductor. El transductor se utiliza como sonar y dirige las ondas hacia el paciente. El sonido del transductor se refleja en las estructuras del interior del cuerpo, y un ordenador analiza la información de esos sonidos y crea una imagen en la pantalla.
En definitiva, las ecografías se basan en los principios físicos del radar que utilizan los murciélagos o los barcos; es decir, el eco que se produce al chocar las ondas sonoras contra un tejido nos indica su posición, tamaño y composición (sólido, líquido, mezcla).
Las ecografías, en general, se realizan para observar los órganos internos y los vasos sanguíneos: vientre, mamas, pelvis, próstata, escroto y tiroides, entre otros. Aunque a menudo las ecografías se asocian a mujeres, también las realizan los hombres.
La ecografía abdominal, por ejemplo, puede detectar tumores de hígado, vesícula biliar y páncreas, tanto en hombres como en mujeres, así como tumores intraabdominales. Generalmente se utiliza para el estudio de riñones, hígado, páncreas, bazo y vasos sanguíneos abdominales. Es muy útil para diagnosticar causas de dolores abdominales como apendicitis o piedras del riñón o vesícula. De hecho, nos informa del tamaño de los órganos abdominales, nos indica si hay o no restos de tumor en ellos y del origen de los mismos. También sirve para investigar la ictericia, ya que permite el diagnóstico de la dilatación del conducto biliar.
Las ecografías abdominales se utilizan no sólo para el diagnóstico de las enfermedades mencionadas, sino también para guiar procesos operatorios como las punciones con aguja de lesiones abdominales (que sirven para obtener diagnóstico histológico o análisis microbiológico) y los abscesos, así como para la implantación de catéteres de drenaje de grupos de líquidos.
Las ecografías de mama se realizan generalmente a mujeres. Se utilizan para diferenciar los nódulos tangibles que pueden aparecer en las mamografías y/o en el ginecólogo. El objetivo principal de este tipo de ecografías es detectar si el tumor es sólido o líquido para estudiar su bondad. Ofrece muy buenas imágenes, excepto en mujeres muy obesas. Como ya se ha mencionado anteriormente, el objetivo principal es identificar si el nódulo o tumor que previamente ha sido observado por el médico en contacto con él o a través de la mamografía es sólido o líquido.
No es una técnica sustitutiva de la mamografía, sino complementaria. Además, en general, una vez realizada la mamografía, los radiólogos realizan también una ecografía para profundizar más en el diagnóstico. La técnica de separación de estructuras sólidas y líquidas es especialmente adecuada. Por ello, a menudo se utiliza en la detección de quistes de pecho, pequeñas estructuras llenas de líquido.
Para el diagnóstico del cáncer de próstata en hombres se realiza una ecografía rectal. Para ello se introduce por el recto una sonda de tamaño aproximado de un dedo que emite ultrasonidos. Estos ultrasonidos provocan ecos al chocar con la próstata. Todos estos ecos son nuevamente recogidos por la sonda y procesados en el ordenador hasta que la imagen de la próstata se genera en la pantalla.
Cuando la sonda entra en el recto es posible que el paciente perciba cierta presión. El proceso dura unos minutos. Asimismo, la ecografía rectal es uno de los métodos más utilizados para la biopsia. De hecho, los tumores de próstata y el tejido normal de próstata, en general, reflejan diferentes ondas sonoras. Por ello, se utiliza la ecografía rectal para orientar la aguja de biopsia hacia la localización exacta del tumor de próstata. No obstante, no se recomienda la realización de ecografía rectal en casos de diagnóstico precoz del cáncer de próstata.
En general, las ecografías no producen heridas, no producen dolor y son técnicas rápidas. Además, no se utilizan radiaciones aunque se realizan en el servicio de radiodiagnóstico. Por ello, once enfermedades se utilizan no sólo para el diagnóstico sino también para el desarrollo fetal durante el embarazo. De hecho, las ecografías son un sistema seguro de observación del interior, según las investigaciones realizadas, no parece que los ultrasonidos dañen.
El uso de las ecografías en el campo de la obstetricia comenzó en 1958, siendo uno de los episodios más memorables de la medicina. De hecho, por primera vez se pudo realizar un examen seguro del feto y su entorno (placenta, líquido amniótico, etc.). Con el paso de los años, sus aplicaciones se han extendido no sólo al ámbito del diagnóstico, sino también a otros ámbitos.
Otra de las aplicaciones de las ecografías tridimensionales en obstetricia es la detección de anomalías del feto. Se pueden observar lesiones faciales, de extremidades y de columna vertebral, así como su posible utilización ante problemas cardiacos. Esta técnica no detecta más malformaciones que la ecografía bidimensional, sino que muestra con mayor precisión la gravedad de estas lesiones. Sin embargo, según Juan Cruz Trecet, ginecólogo del Hospital Donostia y de Policlínica Gipuzkoa, el 99% de las ecografías que se realizan en la actualidad se siguen realizando en dos dimensiones.
Cuando a las imágenes tridimensionales se les añade movimiento, se les llama ecografías de cuatro dimensiones. Estas ecografías permiten estudiar en tiempo real un cierto comportamiento fetal. De hecho, observan los movimientos del cuerpo y la cara del feto. Con esta técnica se pueden observar con mayor detalle las malformaciones fetales como anomalías de las piernas y manos, columna bífida y tumores.
En definitiva, puede decirse que contribuye a un diagnóstico más preciso del feto. De hecho, la observación de los movimientos del rostro ayuda a menudo a los expertos a obtener información complementaria sobre el feto. Por lo demás, el ginecólogo Juan Cruz Trecet comenta que es más una cuestión de visibilidad. En su opinión, las ecografías 4D serían adecuadas para resolver dudas que puedan surgir en las ecografías 2D.
Sea cual sea la ecografía de dos, tres o cuatro dimensiones, no cabe duda de que esta tecnología nos habla de enfermedades no emergentes, y no siempre de enfermedades, que seguirán dando.