La primavera caliente que hemos tenido este año y las posteriores lluvias han conseguido que la cosecha de nuestras huertas sea muy abundante. Los primeros calentamientos dieron lugar a habas, guisantes, ajos frescos, cebolleta y pimientos verdes, seguidos de la cosecha más rica y variada del año: judías verdes, tomates, pimientos, pepinos, calabacín, berenjenas, zanahoria, rábanos, remolacha... Todos ellos, por supuesto, son perfectos para nuestro cuerpo y, además, tenemos a nuestra disposición lo necesario para enriquecer esta gran oportunidad: la patata.
Las primeras verduras que aparecieron fueron las habas y los guisantes, haciendo de puente entre los platos pesados de invierno y las ensaladas de verano. Junto a las judías verdes, las habas y los guisantes forman parte del grupo de las legumbres frescas y son muy ricas en vitamina B1; al igual que todas las verduras, también contienen fibra soluble en agua. Mezclados con la patata, conseguiremos los primeros platos adecuados de cualquier comida.
Los ajos frescos, las cebolletas y los pimientos, como es sabido, se combinan de cualquier manera como acompañantes, tanto para mezclar con los alimentos cocidos como para comer crudo en ensalada. Los pimientos son los más ricos en vitamina C, mientras que el ajo fresco y la cebolleta, como denuncia su olor, tienen un alto contenido en azufre.
El tesoro de nuestras huertas nos facilita enormemente las formas de hacer ensaladas tan apreciadas en esta época del año, teniendo en cuenta que todas estas verduras se caracterizan por ser acuosas. La aportación de hidratos de carbono es principalmente fibra. La mayoría son muy ricas en vitaminas y cada una aporta un grupo de vitaminas: las de color rojo (zanahorias, pimientos rojos o calabaza) nos aportan vitamina A y son antioxidantes y protegen contra el cáncer.
El resto de hortalizas sirven para obtener vitaminas del grupo B y por eso decimos que es necesario hacer comidas variadas, más aún en esta época del año. Aunque te guste, no basta con ahornear cada día ensaladas con sólo lechuga, tomate y cebolla; aprovecha la oportunidad que tienes ahora y prepara ensaladas mezclando pepino, pimiento, zanahoria, maíz, espárragos, champiñones, etc.
Ahora es la oportunidad de aprovechar este tesoro que tenemos a nuestro alcance. La cosecha de nuestras huertas nos brinda la oportunidad de cocinar excelentes comidas y, además, de vivir sano; no olvidemos lo que dice el refrán: “Comiendo ajo estamos protegidos contra siete enfermedades”.
L A B U R A SSi llevamos mucho tiempo practicando deporte y durante ese tiempo ingerimos de forma continua y en pequeñas cantidades carbohidratos (bebidas dulces, compuestos de glucosa, etc.) se sabe que la resistencia aumenta. El año pasado se realizó una interesante investigación en este campo en Gran Bretaña. Fueron ocho las personas que durante dos horas se dedicaron a hacer deporte, les dieron poca cantidad de hidratos de carbono y comprobaron que en los últimos 15 minutos de la sesión habían alcanzado el máximo rendimiento. Cuatro de estas personas fueron golpeadas con glúcidos antes del último cuarto de hora de la sesión para aumentar su resistencia. Sin embargo, cuando analizaron los resultados, pudieron ver otra cosa; aunque el nivel de glucosa en sangre de estos deportistas era más alto, no se observaron diferencias en el rendimiento. Según la respuesta de los investigadores, durante este largo período de tiempo los hidratos de carbono afectan a las concentraciones de serotonina cerebral, lo que provoca una sensación de fatiga en el sistema nervioso. |