Desde hace veinte años se identificó el virus del sida y aún así no se ha conseguido la vacuna. ¿Por qué es tan difícil?
Hay dos razones principales. Por un lado, el VIH es un virus pero de tipo retrovirus. Esto significa que integra su información genética en el genoma de la célula que la infecta. Esto es imprescindible para la reproducción y, de paso, queda integrado en el genoma humano que infecta su información genética.
De alguna manera, se convierte en parte del ser humano que infecta el virus. En consecuencia, es muy difícil destruir el virus sin dañar las células del cuerpo.
Es diferente de otros virus. Por ejemplo, el virus influenza que provoca la gripe es muy conocido. Esto también infecta las células del cuerpo y las utiliza para reproducirse, pero no se identifica con el genoma de las células. Es un huésped en el cuerpo del que infecta.
Entonces, una de las causas que dificulta la obtención de la vacuna es que se convierte en parte del ser humano que infecta el virus. ¿Cuál es el otro?
El otro es que el VIH cambia constantemente. La última variante es la que ha conseguido sobrevivir, lo que significa una mayor capacidad de infección celular que la otra. Por lo tanto, con cada cambio, el virus se vuelve cada vez más agresivo. Esto es muy importante para el virus. Y es que nuestro cuerpo está programado para protegernos de los ataques, para eso tiene su sistema inmunitario. El sistema inmunitario primero detecta al agresor y después lo destruye. Pero si no conoce al agresor, no puede detectarlo ni destruirlo. El cambio constante del VIH hace que el sistema inmunitario no tenga posibilidad de conocerlo. Esta es la estrategia del VIH. Por eso es tan difícil vacunarse.
Otros virus también sufren mutaciones. Por ejemplo, el virus influenza también cambia y por eso tienen que vacunarse cada año. Pero no cambia una y otra vez ni por cada persona que lo infecta. El virus influenza tiene la misma información genética después de contagiar a una persona y contagia a su acompañante sin cambios. Gracias a ello, a partir de la identificación de la variante en la que se encuentra el año, los investigadores vacunan y al menos ese año tienen la capacidad de protegerse de la gripe.
¿Qué características debería tener la vacuna anti-sida?
Una vacuna eficaz debería trabajar en dos aspectos del sistema inmunitario: por un lado, debería ser capaz de promover la síntesis de células anti-VIH, linfocitos T. Por otro lado, debería ayudar al sistema inmunitario a crear anticuerpos que neutralicen el virus.
Actualmente se está probando una veintena de vacunas, pero todas ellas sólo trabajan en la primera parte. Pocas o más, todas son capaces de promover una respuesta mediante linfocitos T. Sin embargo, hasta ahora nadie ha conseguido una vacuna que provoque anticuerpos. En ese sentido se han quedado patas.
De hecho, vosotros estáis trabajando en esa zona, en la respuesta por anticuerpos, ¿no es así?
Eso es. En realidad, la intención inicial no era esa, sino comprender cómo se introduce el virus en la célula. Al analizarlo, se ha comprobado que al infectar los linfocitos CD4 + T del ser humano, el VIH se asocia a la célula mediante una glucoproteína en la piel: gp 41. En concreto, la conexión de la cabina plasmática del linfocito a la zona de la proteína se realiza mediante la parte CDB-1. El nombre del péptido CDB-1 así lo indica: Caveolin-1 Binding Domain. Esto permite que los VIH se asocien, fusionen y atraviesen la membrana plasmática del linfocito. En definitiva, así consigue infectar la célula.
Pues nosotros nos hemos dado cuenta de que el péptido CDB-1 nunca cambia. Al ser la llave para entrar en el linfocito, no puede cambiar de aspecto, ya que de lo contrario no entraría en la cerradura y no podría infectar la célula. Por ello, todas las variantes del VIH tienen la misma llave.
Entonces hemos querido saber si se producen anticuerpos contra el péptido CBD-1. Para ello se ha realizado un péptido sintético que se ha inyectado a los conejos. Y hemos visto que el péptido sintético provoca una respuesta anticuerpo en los conejos.
Por lo tanto, tengo que reconocer que hemos sido afortunados, primero por encontrar la llave y después porque hemos comprobado que los conejos generan anticuerpos contra ella. Además, cuando hemos probado la eficacia de los anticuerpos en las culturas de las células humanas, hemos obtenido resultados realmente satisfactorios.
¿Y creéis que, al igual que en los conejos, la inyección de péptido sintético en humanos generará anticuerpos que impidan la infección?
Sí. En general, la respuesta por anticuerpos es similar en animales de laboratorio y humanos. Por eso se realizan estas pruebas en animales, primero en conejos y luego en macacos. El último paso es probar en humanos. No obstante, cabe pensar que si en los conejos se han creado anticuerpos contra el péptido, también se crearán en humanos.
En las culturas de las células humanas hemos demostrado que los anticuerpos son capaces de neutralizar varias cepas GIB-1. Este tipo es el más extendido y hay muchas cepas, pero como todos tienen la misma llave, el anticuerpo afecta a todos. De hecho, los anticuerpos se unen a la llave, impidiendo así la fusión del VIH con la célula.
Además, los anticuerpos actúan por otro lado, eliminando las células ya infectadas y evitando así la proliferación y propagación del virus.
Pero si este péptido sintético es capaz de producir una respuesta inmune, ¿por qué no se generan anticuerpos contra él cuando el péptido forma parte de la proteína superficial del virus?
El VIH es extraño en el cuerpo humano y sus proteínas son extrañas, por lo que el sistema inmunitario del hombre responde contra estas proteínas extrañas. Produce muchos anticuerpos contra muchas proteínas del VIH, pero todas ellas no son imprescindibles. Contra el péptido llave no genera anticuerpos. ¿Por qué? Pues porque el virus, por no perder la capacidad de infectar, oculta esa parte. Hemos
visto anticuerpos contra el péptido en el 1 ó 2% de los infectados, pero no es nada habitual. Esto permite utilizar el péptido sintético como vacuna terapéutica, es decir, no sólo para prevenir la infección, sino también para curarla. De hecho, en breve comenzaremos a probar el péptido con fines terapéuticos.
Sin embargo, para su uso preventivo, se incrementa el tiempo. Lo probaremos en las primeras macetas y si todo va bien, tendremos que pedir permiso para probar en humanos. Sin embargo, para la vacuna contra el sida, el péptido que hemos sintetizado no sería más que un ingrediente. Junto a ello, debería proporcionarse un componente que promueva la respuesta celular del sistema inmunitario.
Desde el punto de vista económico, hacer péptido no será caro, ¿no? Es decir, ¿el precio no impedirá la vacunación y el reparto?
No. Sintetizar péptidos no es barato, pero tampoco caro. Otras vacunas contienen material biológico y son costosas: son difíciles de hacer e incluso de conservar. Sin embargo, la elaboración de péptidos es más sencilla y se pueden hacer grandes cantidades, no tan costosas. Por tanto, el precio tampoco será obstáculo para la vacunación.