En la ganadería extensiva es más importante la calidad que la cantidad. Este es uno de los objetivos de esta ganadería: lograr una producción equilibrada de alimentos de calidad. Para ello, pastores y ganaderos pastan el ganado al aire libre, en pastos de alta montaña, de primavera a otoño, explotando los recursos naturales.
Este tipo de ganadería tiene numerosas ventajas, según nos ha informado la profesora de Biología Vegetal y Ecología de la UPV, Arantza Aldezabal. De hecho, el ganado es capaz de crear una cierta diversidad a diferentes escalas temporales y espaciales. "Si no hubiera ganado, no tendríamos el paisaje de mosaico que tenemos hoy en día en el monte", añade Aldezabal. También han observado que, en general, la influencia de las cargas ganaderas medias o bajas es bastante positiva, ya que aumentan la diversidad en comunidades vegetales o pastos. Es decir, el ganado crea un equilibrio en la competencia entre especies. Pastando especies altamente competitivas, les quita cierta fuerza y les permite crecer a otros.
Por otro lado, “en el sistema de ganadería extensiva, si combinamos varias especies de ganado, al mismo tiempo diversificamos el aprovechamiento o uso de los pastos”, explica Aldezabal. Cada animal tiene una estrategia diferente a la hora de comer.
Por ejemplo, los animales de gran tamaño, como las vacas, necesitan mucha hierba. Pero las vacas, reflexivas, no pueden comer durante todo el día. Tendrán que reflexionar para procesar la comida. En este proceso el estómago está lleno y no pueden comer más hasta que termine la reflexión. "Por lo tanto, las vacas buscan un tipo de hierba que les proporciona una gran biomasa en cada mordedura. Además, son capaces de digerir la hierba con mucha fibra", dice Aldezabal. "Las yeguas, en cambio, no son rumiantes y, por tanto, comen gran parte del día. Y las ovejas buscan más hierbas que otras que les aporten proteínas. Por tanto, se produce una segregación espacial y se evita la sobreexplotación de un tipo de planta y la exclusión de otro", añade.
Además, en cuanto a la fisiología de las plantas, han visto que son capaces fisiológicamente de modelar y controlar su estrategia vital para que el pastoreo les cause el menor daño posible. "Sin duda, el sistema de ganadería extensiva es un sistema interactivo", afirma Aldezabal.
Sin embargo, cada zona tiene una capacidad de resistencia, es decir, con lo que produce es capaz de mantener un determinado número de animales sin perjudicar a esa producción durante un cierto tiempo. ¿Qué ocurre cuando se supera esta capacidad de resistencia? El ganado comienza a causar daños. El exceso de pastoreo puede perjudicar la reproducción de las plantas, ya que no deja ninguna semilla para el año siguiente; la pisada puede producir claros que, en ocasiones, han podido ser ocupados por plantas invasoras o colonizadoras rápidas. Asimismo, el pastizal se destruye, disminuyendo la diversidad de especies.
La clave está en mantener la carga ganadera en las dimensiones adecuadas para disfrutar de todas estas ventajas de la ganadería extensiva. Por el contrario, una gestión inadecuada sólo produce daños. Prueba de ello es el caso de Cantabria. Antiguamente crecían su propia raza de vacuno Tudanka para carne. Esta raza está bien adaptada al medio, necesita poco manejo... Pero no produce mucho carne. Así, los ganaderos han comprado y pastoreado razas foráneas, con mejores cualidades cárnicas y con más carne. Y han visto que razas locales y extranjeras hacen un uso diferente de los pastos. Estas razas foráneas se han ido concentrando únicamente en zonas de hierba suave y limpia, sobreexplotando estos pastos dejando el suelo desnudo.
Como consecuencia de ello, una especie de vegetación que históricamente ha estado controlada en estos pastos, la polygalifolia Euphorbia, ha crecido y aumentado considerablemente. Esta especie es tóxica para las vacas y es totalmente rechazada. Pero no perjudica a las ovejas, por lo que "con las ovejas sería posible controlar esta invasión" dice Aldezabal... Por lo tanto, la estrategia que proponen para hacer frente a esta planta es jugar con el ganado ovino.
"En la CAPV hemos realizado algunos experimentos para utilizar el ganado como herramienta de gestión, pero la idea no ha sido aún incorporada por ganaderos y pastores. Y es que en la zona de Aralar y Aizkorri, por ejemplo, se practica una ganadería extensiva, sobre todo por costumbre", ha añadido Aldezabal.
"Los pastores de Aralar son, de media, mucho más jóvenes que los de otros lugares. En estos entornos esta profesión sigue teniendo mucha fuerza", ha subrayado Aldezabal. Sin embargo, los datos indican que cada vez hay menos ganaderos y pastores en general, y que la edad media de los mismos es bastante elevada para poder mantener la profesión en el futuro.