Ileana Quiñones González es investigadora del BCBL, centro de investigación en cognición, cerebro e idioma. Para llegar a él, ha recorrido el camino correcto desde joven, porque siempre tuvo claro que quería ser investigador: “El bachillerato también lo hice en un centro especializado en ciencias y luego también estuve pensando en estudiar medicina, pero sabía que siendo médico no sería fácil dedicarme a la investigación. Así que estudié biología y hice un máster en neurociencias cognitivas. Me especializé en el estudio del cerebro mediante neuroimágenes y hice parte de mi tesis en Escocia. Volví a La Habana y empecé a trabajar en un centro muy parecido al BCBL hasta que terminé la tesis”.
Manuel Carreiras Valiña, actual director del BCBL, fue el encargado de pasar al BCBL: “Nos conocimos en un seminario internacional en La Habana. Es entonces cuando nace el BCBL en 2010 y me propone terminar la tesis en Donostia. Estoy aquí desde 2011”.
Reconoce que al principio tuvo un cierto retiro por no saber euskera, pero que uno de los principales pilares de las investigaciones era que trabajar en un centro con bilingüismo le resultaba muy atractivo, ya que el conocimiento de las dos lenguas influye mucho en el cerebro.
Además, en todos los centros de investigación los grupos de trabajo son internacionales y utilizan el inglés para dialogar. “No importa dónde estás. Ser investigador supone moverse, internacionalizar y comunicarse en inglés. Por lo tanto, no saber euskera es un problema”.
El proyecto que dirige Quiñones consiste en investigar la neuroplasticidad en personas con tumores mentales. “Esto se investiga en muchos otros lugares, pero en BCBL reconocemos el bilingüismo. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los pacientes, por lo general, siempre han sido testados en castellano, y para algunos no es esa su lengua original. Por lo tanto, hemos diseñado nuevos tests que tengan en cuenta todas las lenguas que habla el paciente y también investigamos cómo el bilingüismo influye en la plasticidad”.
Para resaltar su importancia ha puesto un ejemplo de caso conocido: “Un hombre hablaba dos lenguas, castellano, original e inglés, luego aprendido. Un accidente le obligó a una intervención quirúrgica en el cerebro. Luego no era capaz de hablar en castellano, pero sí en inglés. Por tanto, para los neurocientíficos es muy interesante investigar a los bilingües”.
Quiñones considera su trabajo totalmente vocacional, pero eso no quiere decir que no tenga aspectos negativos. Por ejemplo, le resulta especialmente difícil conciliar la búsqueda de financiación, la investigación y la familia. “Es algo que sabemos, y en BCBL, además, hacemos sesiones para analizar cómo podemos mejorar la conciliación. Es decir, hay sensibilidad y comprensión por el tema, pero en la práctica no es fácil encontrar soluciones y la distribución de cargas de trabajo no es suficiente. Es difícil ser mujer y trabajar en investigación”.
Dice que la mujer que decide ser niño tendrá algunas dificultades: “Depende de la biología. El embarazo afectará siempre a la mujer, no pudiendo asignarla a ninguna otra. Y después de tener un bebé, al principio hay cosas que sólo puede hacer su madre. En mi opinión, sería de ayuda que, teniendo en cuenta esto, existiera una previsión previa, en lugar de dejar a la madre la responsabilidad de pedir ayuda”.
Por otro lado, en BCBL nunca ha tenido problemas para llevar a los niños en sus viajes de trabajo, etc., y sus compañeros siempre han tenido una actitud de apoyo a la conciliación. Sin embargo, reconoce que es difícil: “En el confinamiento, por ejemplo, me resultó duro que los locales me vean trabajando, con el ordenador, etc. Siempre he tratado de no usar pantallas en casa: ni móviles, ni ordenadores… En el confinamiento fue imposible y me ha costado mucho”. En cualquier caso, tiene claro que quiere seguir investigando en el futuro: “La investigación es parte de mi vida”.
Nace en 1981 en Cuba. Estudió Biología y realizó un máster en neurociencias cognitivas. Se especializó en el estudio del cerebro a través de las neuroimágenes y, mientras finalizaba su tesis, en 2011 se trasladó a San Sebastián, BCBL. Desde entonces trabaja en él y actualmente dirige una línea de investigación.